Mauricio Macri salió muy ofuscado de la reunión del PRO que encabezó en la sede partidaria de Balcarce. No había conseguido que aprueben un comunicado para cuestionar a Javier Milei por la designación de los jueces de la Corte Suprema por decreto. Cuando le preguntaron si iba a hablar, dijo (palabras más, palabras menos): "¿Para qué? Si ya hablé y todos saben lo que pienso de Lijo". En la entrada, lo intentaron alcanzar con sus preguntas algunos periodistas y él se desentendió: "Tengo el cumpleaños de mi hija y me está esperando hace un rato”. Se ve que cuando terminó el festejo de Antonia todavía no le había bajado la bronca. Así que a eso de las 22.49 (un horario raro para tuitear, sobre todo para Macri que contó que cuando era presidente se desconectaba a la seis de la tarde y ponía Netflix). En el tuit no solo cuestionaba lo que hizo Milei, sino que buscó dejar en claro que sigue controlando a la mayoría de su partido.
El encuentro estuvo plagado de discrepancias. Macri vino con un borrador del comunicado del PRO, que estaba basado en un informe para la Fundación Pensar de Martín Casares, exjefe de Gabinete de Martín Garavano. No era nada que desentonara con el texto que sacó AmCham, la Cámara de Comercio de las empresas de Estados Unidos en la Argentina. Los términos eran parecidos: las instituciones, la inseguridad jurídica, la imagen ante el mundo. Se encontró con un férreo rechazo del diputado Diego Santilli, del intendente de Mar del Plata (y ex juez federal) Guillermo Montenegro, pero también del gobernador de Chubut, Nacho Torres. Luego de un rato, quedó en claro que no iba a haber comunicado posible.
Macri había aprendido la lección: en enero, sacó otro comunicado del PRO, en este caso sin consultar, donde tildó de "autoritario" al Gobierno de Milei por no mandar el Presupuesto 2025 al Congreso en las extraordinarias. Lo que siguió fue una rebelión de dirigentes acuerdistas del PRO, que buscaron desmarcarse. Así que esta vez optó por no forzar más la inestable unidad del PRO.
No obstante, quienes lo vieron en el encuentro contaban que se lo notaba ofuscado por no poder conseguir alinear a la tropa. Pero quienes lo conocen aún más dicen que su enojo viene de otro lado: le molestó mucho la reciente denuncia que le hizo un funcionario del Gobierno, que lo acusó de estar detrás del "sabotaje" de la licitación de la hidrovía.
Pocas pulgas
Fuera por los motivos que hayan sido, Macri estaba con pocas pulgas. Le preguntaron si quería salir a hablar y soltó un corto: "¿Para qué? Si ya todo el mundo sabe lo que pienso de Lijo". Así cortó cualquier posibilidad de sumarse a la charla con los periodistas, que rápidamente quedó en manos del jefe de la bancada de Senadores, Alfredo de Angeli. Macri, en cambio, salió raudo y en silencio.
Pero evidentemente la cosa no iba a quedar así. Después de que Antonia sopló las velitas, Macri siguió macerando la frustración de no haber podido ni conducir a la cúpula del PRO para hacer un comunicado ante un hecho político del que estaban hablando todos. Su liderazgo del partido, con este tipo de situaciones, se muestra cada vez más difuso.
El resultado fue el tuit de las 22.49, que contiene someramente lo que Macri quería que dijera el PRO: "La experiencia empírica me indica que la designación de jueces a través de un mecanismo como el utilizado por el gobierno no es correcta". Fue la forma elegante que encontró Macri para sortear el hecho de que él fue el primero que intentó utilizar el mecanismo de nombrar jueces de la Corte por decreto. Como no pudo por el rechazo que generó, finalmente asumieron con aprobación del Senado.
Y sigue: "Ratifico mi posición de que los jueces que ocupen los cargos más altos del Poder Judicial no pueden ser objeto de tanto rechazo. La confianza en la justicia y en las instituciones es una condición indispensable para la estabilidad de la democracia y la prosperidad del país".
Y le adjuntó el documento de Casares que daba las razones por las que el PRO consideraba pernicioso que Milei haya elegido este camino.
Hasta aquí, más o menos, lo que se discutió en la reunión. Pero Macri decidió, todavía con el mal trago del encuentro de la mañana, agregar todavía algo más: "Mi posición es la mayoritaria dentro del PRO, como quedó plasmada en el informe producido por la Fundación Pensar". ¿La opinión de un exfuncionario en la Fundación Pensar da cuenta de esa mayoría? ¿Por qué el líder del PRO tiene que estar explicando que lo que él dice lo sostiene la mayoría de su partido? O peor: ¿Por qué antes no hacía falta que lo explique?
La respuesta es obvia: porque hay otro sector del PRO, que busca acordar con Milei, y que pone así en duda su liderazgo. En la serie Juego de Tronos, el patriarca de la casa del Leon Lannister, Tywin Lannister, le dice al rey: "Cualquiera hombre que tiene que decir 'Yo soy el rey', no es un verdadero rey". La frase de Macri indica que le falta ver algunas temporadas de Juego de Tronos.