Quienes recorremos el país haciendo política recibimos frecuentemente una pregunta, con tono de reclamo: ¿qué hace la oposición? La repregunta inmediata es: ¿cuál oposición? Porque hay varias formas de presunta oposición, pero una sola real. La que los medios denominan amigable es una mala puesta en escena, construida de puro amague (Stolbizer, Lousteau). La estrategia de la embajada de los EE.UU es juntar y articular todo lo que más se pueda, para aislar y hostigar a CFK. Es el famoso 70/30 de Rodriguez Larreta. Ella es el enemigo público número uno de TODA la derecha. No todo el K, ni todo el peronismo, ni todo el gremialismo generan ese escozor en los círculos del poder. ¿O por qué la quieren matar, proscribir, encarcelar y/o jubilar? ¿Porque les es inocua? Ese “detalle” la hace insustituible. Y es un error hipócrita querer jubilarla con honores. Grabois en Rosario lo dijo muy bien: “No es que sin ella no alcanza o no se puede: ¡no se debe!”. Es otra cosa totalmente distinta ¿Se entiende?

Es fundamental visualizar bien el mapa político argentino, para no confundir gordura con hinchazón. Hay opositores genuinos, falsos y están los traidores; hay de todo en la viña del señor. En cuanto a los opositores genuinos, no todos tienen el mismo rol ni representan lo mismo. Hay dirigentes políticos, líderes gremiales, legisladores, movimientos sociales, religiosos, etc. ”Cada lechón en su teta es la forma de mamar”. Estamos acostumbrados a meterlos a todos en la misma bolsa y pedirles a todos lo mismo. Y no es así: hay áreas de competencia y grados de responsabilidad. Desde que asumió el gobierno, Milei viene atacando en forma sistemática e inclemente el empleo, el salario y las jubilaciones. Un territorio casi exclusivo de la CGT y las dos CTA. Es la hora de los gremialistas. Ellos deberían ser la vanguardia de la lucha, para que la política articule esos frutos y los transforme en acción concreta. Pero sólo una minoría de gremialistas -muy valiosa- pone el cuerpo, tal como la hora lo exige. Sin lucha no hay milagro, con diálogo y reuniones todavía seríamos siervos de la gleba.

La responsabilidad de la CGT oficial es indubitable: no se le puede reclamar a la “política” lo que es competencia de los gremialistas. La calle está para más, desde el minuto uno de este gobierno los sectores populares están esperando un plan de lucha que nunca aparece.

Cada paro que convocaron fue acompañado masivamente, empezando por el 24 de enero del 2024, a sólo 30 días de asumir Milei. El 1 de mayo gran concentración -casi espontánea- frente al monumento al trabajo; y el 9 de Mayo otro parazo. El secretario general de Smata dijo ese día a la prensa: ”Bueno, ahora supongo que vendrá un plan de lucha”. ¿Lucha? ¡Te la debo! En vez de escalar el conflicto, fueron a la Rosada a conversar amigablemente, luego se reunieron con el FMI, con el embajador EE.UU (con foto incluida) y le dieron el apoyo político primero a Quintela y luego a Axel Kicillof (ver el llamativo discurso de Andrés Rodriguez, secretario general gral de UPCN). Paco Manrique y Pablo Moyano renunciaron a la comisión directiva de la CGT, son buenos compañeros. Pero la creatividad camaleónica del oficialismo cegetista encontró una fórmula para parecer opositores sin serlo. ¿Cuál fue esa táctica “salvadora"? Mimetizarse en marchas ajenas, haciéndose los progres. Así resolvieron adherirse a la marcha de la Universidad del 9 de abril del 24, de los DDHH del 24 de marzo, y del colectivo LGTBQ+ de este año. No adhirieron por convicción, les importan un bledo esos temas, se “escondieron" para no implementar su propio plan de lucha. Y se recubrieron con un cendal de excusas, que les proveen consultoras de dudosa reputación y medios hegemónicos, sobre el estado de ánimo de la opinión pública. Todo para justificar su defección. Dice un proverbio chino que desde que se inventaron las excusas se terminaron los responsables.

Otra pregunta recurrente es: ¿qué hacen los diputados y senadores? Los nuestros, los patriotas, desde mi punto de vista están actuando, más que correctamente. Hay un núcleo duro, estable, de muy buenos legisladores/as, comprometidos, con buena formación político-técnica, como desde hace tiempo no se veía en nuestros bloques. Hacen lo que deben hacer en minoría: oponerse con razones fundadas y datos certeros. Las defecciones y traiciones son otra discusión. No podemos culparlos a ellos de tamañas felonias. Si no se consigue quórum o los votos necesarios para derogar una ley, no es achacable a mal desempeño, ni es su responsabilidad. El nudo parlamentario es cómo votó la sociedad, lo cual distribuye las bancas. Milagros no se pueden hacer. Si no hay legisladores suficientes, no se los puede fabricar. La responsabilidad hay que buscarla en la oposición amigable, los gobernadores vendidos del PJ, que en un tergiversado federalismo, lo que están haciendo es balcanizar la patria. No es martirizando y estigmatizando a los compañeros como se aporta a la solución. Sino, hacemos como los curas que “retan a los que van a misa, por los que no van”.

Sí Derecho al Futuro, el espacio que creó Kicillof, ayuda a la unidad o fractura más la oposición genuina, lo dirá el tiempo. El argumento de que como todos tienen un espacio propio, Kicillof también debe tener el suyo, es tan infantil que no merece mayores comentarios. A simple vista no parece ser la mejor contribución a una estrategia común de oposición. Se debe fortalecer al PJ y a su presidencia. Es ahí desde donde se debe articular la oposición nacional y popular al proyecto neocolonial de Milei. Debilitar ese espacio es un grave error. Pero es prematuro abrir un juicio definitivo sobre la actitud de los seguidores de Kicillof, depende mucho de la actitud que tome el propio gobernador. Que ahora, aparte de gobernar una provincia inmensa y difícil con el hostigamiento del gobierno nacional, se suma la tarea de hacer política partidaria diaria; además debe atender su propia candidatura a presidente, que lanzó con tres años de anticipación. Parece mucho, ojalá llegue a buen puerto con tantas y variadas responsabilidades, porque Axel es un querido compañero, extremadamente valioso.

Tampoco ayuda demasiado a sumar masa crítica y organización la discusión sobre si Milei es facista o no. ¿Cambia algo que lo sea? Derrochar energía en dilucidar esta cuestión es rizar el rizo. Porteñocentrismo al palo. Es a todas luces innecesaria, distrae y es poco funcional en este momento. Llámalo como quieras: lo importante es que te opongas y te sumes a un proyecto colectivo. Porque de Milei salimos en unidad, con el voto popular, respaldando un proyecto de país. No hay un horizonte insurreccional o de Argentinazo a la vista. Para recuperar el gobierno hay que ganar elecciones y las elecciones se ganan con proyecto, candidatos y votos. ¿Se entiende? Un proyecto de nación necesita un programa, saber qué queremos hacer con el país y con quienes lo vamos hacer. Eso es clave. Pero el mejor proyecto del mundo, sin votos, es como un tractor sin motor. Está, pero no cumple ninguna función.

No hay 2027 sin 2025. El que gane la Provincia de Buenos Aires gana el país. ¿Hay mejor candidata que CFK para encabezar la lista de diputados? Claramente NO. Si no es ella ¿quién? Necesitamos poner una cara, un nombre, un DNI concreto, sin chamuyo. Con un decálogo de buenas intenciones no alcanza, ni se gana. Hay que dejar de jugar a las internas (ya habrá tiempo). Hay que fortalecer a CFK. Octubre está a la vuelta de la esquina. Quien tenga un candidato mejor que ELLA, que lo diga. Basta de tontear. La historia la está llamando de nuevo. CFK no va a faltar a la cita, ni defraudar a su pueblo. Nunca lo hizo.