Hay una canción de Alfredo Zitarrosa que bien hace Leonardo Pastore en traer al presente: “Doña Soledad”. En ella, publicada por primera vez por su autor en 1972, el prócer de la música oriental ironiza justamente sobre la libertad, palabra banalizada si las hay. De qué quieren decir “con eso de la libertad” cuando al morir “no quiera(n) saber lo que cuesta un ataúd”. Otra pieza de Zitarrosa que el cantautor y guitarrista suma como imprescindible en este contexto culturalmente distópico es la bella “Adagio en mi país”. No tanto por su parte vinculada al vía crucis del personaje entre la dictadura y el exilio, sino por el tono esperanzador del final, ese que habla del ardor del sol popular alumbrando la tierra. “Creo que no debemos perder esa esperanza. Lo siento cuando canto este tema y somos uno con el público. Se nota en los rostros una emoción contenida, sobre todo en ese final, cuando una especie de complicidad estalla en un 'acá estamos y no vamos a aflojar'”, cuenta el músico, nacido hace 52 años en Lanús, ante la inminencia de su presentación en el Club Social Cambalache (Defensa 1179), este sábado 1° de marzo a las 21.
Lo cuenta porque, de la misma manera que lo hizo años atrás con Carlos Gardel, Pastore pondrá esta vez su voz íntegramente –excepto que le pidan algún tango en el bis- a disposición del cancionero de Zitarrosa. Secundado por Rodrigo Albornoz en guitarra, Mariano Pampero Escobar en guitarrón, Mariano Risso en percusión y Hernán Malagoli en piano y dirección, no solo recreará las imprescindibles “Doña Soledad” y “Adagio en mi país”, sino también clásicos del acervo zitarroseano. Entre ellos, “El violín de Becho”, “Crece desde el pié”, “Milonga para una niña”, “A José Artigas”, “La canción y el poema”, y versiones de otros compositores que el cantautor uruguayo recreó para bien de la humanidad de este lado del mundo. El triunfazo “Vuelta de obligado”, de Miguel Brascó y Alberto Merlo, en especial, claro. Pero también “Por los médanos blancos”, tema de Manuel Picón que Pastore traerá al hoy a dúo con María Cecilia Aquino.
“Creo que uno debe cantar lo que siente y, para mí, la obra de Alfredo, además de llegarme mucho, es de las mayores que existen en el canto popular. Sus canciones fueron, son y serán siempre necesarias e imprescindibles”, engloba el cantor, cuyo nivel de riesgo en el tratamiento de las versiones es bajo. Se permite ciertos matices, pero tanto el texto como la música no sufren alteraciones.
“Leonardo Pastore canta a Zitarrosa”, tal el nombre formal del concierto, implica un paso más en la batalla de este inspirado cantor, que empezó cantando tangos de Carlos Gardel a los 10 años, en el Café Tortoni; continuó el primer año del milenio con la publicación de Viejos tiempos, disco producido por Víctor Hugo Morales; y profundizó su acervo a través de dos álbumes dedicados a sus dos grandes amores musicales. El mismo Zitarrosa, vía Recordándote, homenaje a Alfredo Zitarrosa, editado en 2012, y Carlos Gardel Original. Ese disco producido por León Gieco, por recrear los arreglos musicales originales del “Zorzal”, casi liga un Grammy Latino como mejor álbum de tango en 2016. “Sin dudas, Zitarrosa tenía una estética gardeliana. Solo ver cómo se presentaba vestido y peinado, y cómo cumplía con su rol de verdadero cantor con guitarras”, afirma el cantor, aunando sus dos pasiones. “Además, don Alfredo realmente fue una especie de mito viviente para mucha gente. Era un Gardel de su tiempo”.
-Hace más de diez años grabaste Recordándote, un disco poblado por versiones de Zitarrosa. ¿Hay diferencias notoria entre aquel material y el que estás presentando ahora en vivo?
-Sí. Creo que los temas los vas madurando con el tiempo y siento que hay una entrega superior a aquella del disco, además de haberlo cantado en vivo en muchos conciertos desde la presentación del material en 2012.
De su abordaje gardeliano, en tanto –y más allá del repertorio que presenta cada vez que el cantor sale del país-, está fresco el recuerdo de cuando interpretó “Muchachos”, el hit del mundial 2022, al estilo del morocho del Abasto, luego intervenido por la Inteligencia Artificial para un canal de YouTube. “Como toda novedad, cuando es bien usada es interesante”, reflexiona acerca de la alquimia música-IA. “Pero el caso de la versión de 'Muchachos', a la que le pusieron una voz de Gardel a la mía, provocó que me quede un cierto sabor amargo, porque eso no lo decidí yo”, recuerda el tenor, que grabó su versión antes de la final entre Argentina y Francia, y totalmente ajeno a que tendría una intervención tecnológica.
La conexión Pastore-Gardel tuvo otra impronta –obviamente con final feliz- tras la edición en vivo de Carlos Gardel Original, disco para el que sus hacedores –se suma aquí el pianista Hernán Malagori- rescataron arreglos musicales originales extraídos de temas que Gardel grabó en Nueva York bajo los arreglos de Terig Tucci, y los reescribieron nota por nota. Fue tal el que sucedió a Cancionero, último disco del cantor en estudio, y el que precederá a “varios discos” en proceso. “Lo más próximo será lanzar un trabajo en vivo con un concierto que di en Tokio el año pasado, dedicado al cancionero popular argentino, y otro en estudio con temas de Alberto Cortez, que ya está grabado”, anuncia Pastore, en un momento agitado de su carrera.