"¿Cómo será el mundo cuando los últimos árboles hayan muerto?", plantea Alberto Romero. "¿Cómo recordaremos sus hojas, sus espinas, la sombra sobre nuestras cabezas, los bosques que forman y las criaturas que los habitan? ¿Cómo será el aire de ese mundo del futuro? Irrespirable". El cineasta plantea la base de su film El crepúsculo de las especies, que se estrenó en el Cine Gaumont.
La película se desarrolla en el año 2063, momento en el que todos los bosques se han extinto y la humanidad se prepara para abandonar el planeta por la falta de oxígeno atmosférico. En ese contexto, Diana (Marta Lubos), una bióloga de 75 años, viaja con su mente a 2022 y recuerda a Miguel (Miguel Ángel Fiorucci), el último guardián de los bosques pampeanos. "Diana habla de nuestro presente desde ese futuro", asegura Romero. "Narra un tiempo marcado por el peligro y la fragilidad: los incendios intencionales y la caza furtiva son las amenazas del bosque de Caldén, y Miguel es su guardián".
"Imaginé ese mundo con una luz invisible", continúa el cineasta. "Esta película ha sido rodada con los procedimientos de la fotografía infrarroja, una luz que el ojo humano no ve, pero que muestra de manera sorprendente la energía de la vida y los abismos del cosmos. Es un ejercicio de la imaginación sobre una realidad inminente, tangible y urgente. Es una fábula sobre nuestra existencia en este mundo frágil, bello y finito".