El equipo económico sigue jugando al límite con su estrategia cambiaria. Se empecinó con la idea de sostener una corrección del tipo de cambio oficial a un ritmo del 1 por ciento mensual y en el mercado son cada vez más los que consideran que no tiene la espalda para aguantarlo. Durante los últimos días sorprendió que algunos bancos de inversión internacionales como el Bank of America tiraron leña al fuego y estimaron una devaluación para fin de año que va a contramano de lo que quiere el gobierno.

Los funcionarios del Palacio de Hacienda perciben que el mercado cambió su humor y empieza a evaporarse la confianza en la estrategia macro. La idea que el superávit fiscal resuelve todos los problemas pierde total sentido en la medida que el Banco Central dilapida reservas internacionales. El viernes pasado bajaron cerca de 580 millones de dólares y en lo que va de este año el retroceso ya es superior a 1612 millones de dólares.

El equipo económico viene desacomodado después del escándalo con la estafa de la moneda digital de $LIBRA, los activos bursátiles arrastran fuertes caídas y en los últimos días hubo una única respuesta oficial. Los funcionarios de Hacienda intentaron convencer a los inversores que el acuerdo con el Fondo se podría cerrar en las próximas semanas.

Dudas

La necesidad de mostrar avances fue tan evidente que trascendió una reunión por zoom que llevó adelante el Ministro de Economía con la número dos del FMI, Gita Gopinath. La representante del Fondo volvió a repetir otra vez el discurso de siempre: “se están haciendo avances positivos”. Pero no dio indicios ni fechas claras de cuándo se concretaría la negociación.

La incógnita sobre la cantidad de recursos que el organismo internacional liberará para la Argentina sigue latente. El accionar del FMI es absolutamente zigzagueante. Por un lado celebra públicamente el ajuste que lleva adelante el gobierno y por el otro lado hace circular que este esquema cambiaria no cierra y que el país necesita devaluar al menos 30 por ciento. ¿Realmente le va a prestar nuevos recursos si antes no hay un salto del dólar?

El déficit de la cuenta corriente cambiaria de enero fue de 1600 millones de dólares y refuerza la postura del FMI sobre el atraso del tipo de cambio. Durante el mismo mes de 2024 se había registrado un superávit de cuenta corriente de más de 2300 millones. Esta situación hace que las reservas internacionales del Banco Central empiecen a ser un colador. La consultora 1816 estimó que el nivel de reservas netas son tan negativas como lo eran hace un año.

La tensión con las acciones, la caída de los bonos y el salto del riesgo país muestra que el superávit fiscal y el ajuste monetario no son las únicas variables que mira el mercado. El desequilibrio del frente externo empieza a incrementar los nervios del mercado e incluso sorprendió el fuego amigo.

Algunos de los principales bancos de inversión internacionales, que hace meses celebran la política de recortes del gasto público del Milei, publicaron documentos entre sus clientes que dejan entrever que la política cambiaria tiene pocas oportunidades de sostenerse. Por ejemplo, el Bank of America estima para finales de año un tipo de cambio oficial encima de los 1400 pesos, una cifra por encima de los 1200 a los que apunta el gobierno. Se alineó con lo que pide el Fondo Monetario Internacional.

No fue el único de los bancos internacionales que comienza a sacar los pies del plato a la estrategia cambiaria. El Citi Group afirmó que “el efecto secundario de la reducción del crawling peg es una probable apreciación adicional del tipo de cambio real. Esto impulsará importaciones y bajará las exportaciones”. La conclusión de la entidad fue lineal: “las presiones hacia una nueva devaluación del tipo de cambio podrían intensificarse".