Y llegó el Día D, nomás. O, mejor dicho, el Día O. La Academia de Hollywood celebrará desde las 21 –con transmisión de TNT y la plataforma Max a partir de las 20– la 97º edición de los Premios Oscar, en su habitual sede del Dolby Theatre de Los Ángeles y con el debut en la conducción del comediante Conan O'Brien, quien tomará la posta de su colega Jimmy Kimmel. Dos certezas atraviesan la gala de esta noche. La primera es que hacía un buen tiempo que la calidad de las películas nominadas no era tan baja: apenas Anora y -siendo muy generosos- Un completo desconocido tienen méritos cinematográficos para alzarse con la estatuilla principal. La otra certeza es que la estrepitosa caída en desgracia de Emilia Pérez –que partió como favorita gracias a sus 13 nominaciones, por delante de El brutalista y Wicked, con 10, y Un completo desconocido y Cónclave, con 8– a raíz de los pifies digitales de su protagonista, Karla Sofía Gascón, y otros tantos dislates configuró un escenario dinámico que vuelve muy difícil vaticinar quién puede ganar.

La lotería de Mejor Película

Hasta hace poco más de un mes, Emilia Pérez era número puesto para alzarse con la estatuilla principal, hasta que una serie de tuits racistas y xenófobos de Gascón desató una ola de repudios, declaraciones cruzadas y otros tantos tiros en los pies, tal como se contó en estas páginas ayer. Este escandalete hizo que su favoritismo cayera más rápido que la cotización de $Libra, en tanto se produjo en medio del proceso de votación de los casi diez mil académicos. Sus competidoras, mientras tanto, apelaron al bajo perfil y siguieron aquella máxima según la cual no hay que interrumpir al enemigo cuando se está equivocando. Era cuestión de esperar a que escampe y que las premiaciones posteriores reconfiguraran un escenario que, ahora, parece tener dos nuevas favoritas: Anora y Cónclave.

Dueña de seis nominaciones, Anora ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y no ha hecho más cosechar elogios unánimes. Daba la sensación que la película de Sean Baker ocuparía el lugar de la producción indie que nominan para luego premiarla con nada, hasta que vivió un fin de semana de ensueño a comienzos de febrero, cuando encadenó triunfos en los Critics’ Choice y los influyentes DGA y PGA de los sindicatos de directores y productores, respectivamente. Atención a ese último, porque se ha convertido en un medidor muy preciso del gusto académico, como demuestra que en 12 de los últimos 15 años la elegida por los productores haya coincido con la ganadora del Oscar a Mejor Película. Sin embargo, el fin de semana pasado entregó una última sorpresa con Cónclave imponiéndose en el SAG del Sindicato de Actores, el más numeroso de todos los sindicatos gracias a sus 160 mil miembros y la rama que más votantes aporta a la Academia.

Anora viene de ganar la Palma de Oro en Cannes.

Ese triunfo significó un empujón a sus aspiraciones, ya que una porción importante de electores elige en ambas entidades y nueve de las últimas quince ganadoras del SAG a Mejor Elenco –el reconocimiento más importante– repitieron en el rubro principal del Oscar. Por si fuera poco, también se quedó con cuatro Bafta británicos jugando de local, incluyendo el de Mejor Película. Es probable que los votantes europeos del Oscar tengan más sintonía con el academismo pulido de Cónclave que con el desparpajo, la volatilidad y la efervescencia de Anora. En cualquier otra ocasión se diría que las otras siete aspirantes a la estatuilla (El brutalista, Un completo desconocido, Duna: Parte dos, Aún estoy aquí, la aquí inédita Nickel Boys, La sustancia y Wicked) deben esperar un milagro, pero en un año con tantas particularidades, subas y bajas, todo puede ocurrir. Incluso que gane El brutalista, que empezó muy bien con tres Globos de Oro –aspiraba a siete– y luego se evaporó.

Baker podría tener otros motivos para irse contento, más allá de su suerte en la terna central. ¿Por qué? Porque cada categoría del Oscar –salvo Mejor Película– es votada por aquellos miembros pertenecientes a esa rama y buena parte de los miembros de los sindicatos también está en la Academia. Dado que ganó el mencionado DGA, el responsable de Tangerine y El proyecto Florida llega con algunos cuerpos de ventaja en el rubro de las sillas plegables. Más aún si se tiene en cuenta que sus competidores son Brady Corbet (El brutalista), James Mangold (Un completo desconocido), Jacques Audiard (Emilia Pérez) y la francesa Coralie Fargeat (La sustancia); es decir, no está el alemán Edward Berger, director de Cónclave.

Ocurra lo que ocurra, habrá un cineasta ganador -o ganadora- primerizo, ya que para los cinco es su primera nominación. Una situación poco habitual y cuyo antecedente más próximo data de 1997, cuando compitieron Peter Cattaneo por The Full Monty, Atom Egoyan por Dulce porvenir, Curtis Hanson por L. A. Confidencial, Gus Van Sant por En busca del destino y, el gran ganador de aquella velada, James Cameron por Titanic.

Chalamet encarna a Dylan en Un completo desconocido.

¿Y las categorías de guion? El Sindicato de Guionistas eligió a Anora para el WGA a Mejor Guion Original y a Nickel Boys para el de Guion Adaptado. Las estatuillas en el resto de las galas estuvieron más repartidas: en los Globos de Oro, donde no hay división entre adaptaciones y originales, ganó Cónclave, que también triunfó en la subcategoría Adaptación del Bafta y el Critics’ Choice. Un dolor real se llevó de Inglaterra el premio a Guion Original, mientras que La sustancia hizo lo propio en los Critics’. Final más que abierto.

La disputa interpretativa

Y hablando de La sustancia… La película de Coralie Fargeat fue un inesperado fenómeno comercial en casi todo el mundo. En la Argentina, por ejemplo, vendió más de 300 mil entradas, una cifra impresionante para una película que no es de Hollywood, no pertenece a una franquicia, no tiene actores reconocidos para las nuevas generaciones (Demi Moore era una ilustre desconocida para la Generación Z) y, más allá de sus truquitos populistas, apunta a un público adulto. No es para despreciar una cosecha de cinco nominaciones: Película, Dirección, Maquillaje y peinado, Guion Original y Actriz para Moore.

La protagonista de Ghost, la sombra del amor, entre otros hitos del pochoclo noventoso, viene teniendo una notable temporada, que comenzó el primer fin de semana del año con un triunfo como Mejor Actriz en la subcategoría Comedia o Musical de los Globos de Oro. “Entendí que el reconocimiento no sería algo que se me permitiera tener, que podía hacer películas que tuvieran éxito y ganaran mucho dinero, pero que no podía ser reconocida. Me lo creí y eso me atravesó con el tiempo, hasta el punto de que hace unos años pensé que tal vez esto era todo. Pero entonces me llegó a la mesa un guion mágico, audaz, valiente y absolutamente disparatado titulado La sustancia, y el universo me dijo que aún no había terminado”, dijo aquella vez sobre el escenario del Hotel Beverly Hilton de Los Ángeles.

Emilia Pérez cayó en desgracia por los tuits racistas de Gascón.

La de Moore es la enésima historia de una actriz o actor subvalorado que encuentra un segundo aire para sumergirse en las aguas del prestigio cuando ya nadie daba nada por ellos. Y es sabido que pocas fábulas gustan más en Hollywood que los regresos con gloria. Dado que también ganó el Critics’ Choice y el SAG, ya está acariciando el Oscar interpretativo femenino. Salvo, claro, que ocurra un batacazo, lo que podría llegar por el lado de Mikey Madison, cuya notable labor en Anora le valió el Bafta, o de Fernanda Torres, de la brasileña Aún estoy aquí, que sorprendió a casi todos cuando se llevó el Globo de Oro en la subcategoría Drama.

Karla Sofía Gascón, desde ya, está virtualmente cancelada. Pero no su compañera de elenco Zoe Saldaña, a la que Netflix le ha dado el dudoso honor de salvar la poca dignidad que queda apostando un pleno a ella en Actriz de Reparto. La morocha estuvo en cuanta campaña promocional hubo en las últimas semanas y, al menos por ahora, viene bancando muy bien la parada. En lo que va del año ganó todo: Globo de Oro, SAG, Bafta, Critics’ Choice… De perder esta noche, sería menos por ella que por las esquirlas del Perezgate.

Las sorpresas tampoco habrá que esperarlas por el lado de reparto masculino, donde Kieran Culkin se llevó cuanta estatuilla le pusieran delante (Globo de Oro, SAG, Bafta, Critics’ Choice…) gracias a su trabajo en Un dolor real, que en los pronósticos previos al comienzo del año rankeaba mucho más mejor que lo que terminaron deparando las nominaciones y premiaciones. De allí que la segunda película como director de Jesse Eisemberg haya conseguido apenas dos candidaturas al Oscar (la otra es Guion Original) y tenga chances más que concretas sólo en esta.

Actor protagónico también parecía abrochada, hasta que el SAG del último fin de semana para Timothée Chalamet por su interpretación del joven Bob Dylan en Un completo desconocido volvió a insuflar suspenso. De ganar hoy, el actorcito del momento se convertiría en el intérprete más joven en imponerse en esta categoría, con 29 años y 65 días. Ese récord lo ostenta actualmente Adrien Brody, elegido por su labor en El pianista en marzo de 2003, cuando le faltaba un mes para soplar las treinta velitas.

Demi Moore es candidata por La propuesta.

Casualidades de la vida, o quizá no, lo cierto es que hasta el SAG el favorito indiscutido era… Brody, quien buscará su segundo Oscar por El brutalista, donde interpreta a un arquitecto judío que huye del nazismo hacia Estados Unidos e inicia una faraónica construcción para un millonario. Si se tiene en cuenta que en El pianista era un músico judío polaco que luchaba por la supervivencia en Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial, el actor de nariz prominente es, como dijo la comediante Nikki Glaser en los Globo de Oro, un doble sobreviviente del Holocausto.

Extranjeras y animación

Si el Pérezgate llega también a Film Internacional, donde la película de Audiard aspira a repetir el doblete con Mejor Película que en 2020 consiguió la coreana Parásitos, de Bong Joon-ho, es una pregunta que, al menos por ahora, no tiene respuesta. Puede que se imponga en esta categoría a modo de consuelo general, como ocurrió en los Critics’ Choice o el Bafta, pero también que la onda expansiva sea tan grande que ni siquiera gane aquí. En ese caso se abren las puertas tanto para la letona Flow como para Aún estoy aquí, de Walter Salles y la quinta producción de Brasil en llegar a la categoría internacional. La última vez había sido en 1999 gracias a Estación central, cuyo director fue… Walter Salles. La protagonista de aquel film fue, Fernanda Montenegro, que también fue nominada como Actriz y no es otra que la madre de Fernanda Torres. Son, claro, la primera madre e hija latinoamericanas en llegar a la gran gala del espectáculo y dos de las seis mujeres de esta región que disputaron la estatuilla interpretativa femenina.

Por su parte, Flow le valió la primera nominación al pequeño país europeo y es la primera producción animada nominada a Film internacional que no es un documental (las anteriores fueron Flee y Waltz with Bashir). Hasta ahora se llevó cuatro premios del Festival de Annecy, el más importante dentro del campo de la animación, y el Globo de Oro, pero de la categoría Film Animado, que también integra en el Oscar y asoma muy disputada, con rivales como Intensa-mente 2 y Robot salvaje. En sólo algunas horas se sabrá quiénes se irán embriagados de gloria y quiénes deberán quitarse el gusto de la derrota en algún fiestón del jet set.