Desde Montevideo

Enviado especial

José Carlos Mahía, 58 años, seis períodos consecutivos legislador, docente y ministro de Educación y Cultura designado, recorrió un camino común con el presidente Yamandú Orsi. Aunque militan en distintos espacios del Frente Amplio – el primero en Asamblea Uruguay y su compañero en el MPP de Pepe Mujica - , los une una coincidencia pedagógica. Los dos son profesores de historia egresados del Instituto Artigas (IPA) con una promoción de diferencia.  Página/12 dialogó con el integrante del nuevo gabinete en el edificio Alemania, frente a la rambla de Montevideo.

-¿Se conoce con Orsi desde la época de estudiantes?

- Nos formamos en el mismo lugar de donde egresan los profesores de la Educación Media en Uruguay, que es el Instituto de Profesores Artigas y tenemos una historia en común bastante larga. Le llevo diez meses de diferencia.

-¿Llegaron a cursar juntos?

-No, porque entré en el año 85 cuando volvió la democracia al Uruguay y Yamandú en el 86. Sí nos tocaron luchas estudiantiles en las mismas épocas, nos tocó ocupar el IPA porque pedíamos una especie de cogobierno que no estaba y bueno, después los dos nos identificamos con el Frente Amplio, con la izquierda en distintos sectores. Yo terminé con el paso de los años como diputado en el año 95 y Yamandú, cuando ganamos el gobierno en el 2005, pasó a ser secretario general de la intendencia de Canelones. Después competimos en el Departamento. De cada diez votos, seis fueron para Yamandú, cuatro para mí y fuimos los candidatos más votados de Canelones. Él desarrolló su carrera política hacia la presidencia desde la intendencia con el Pepe Mujica y yo en el Parlamento con Danilo Astori. Así crecimos.

-¿Usted es un producto de la educación pública,¿Cuál es su mirada sobre ella en el Uruguay de hoy?

- Básicamente diría primero que soy producto de la educación pública y hasta hoy envío a mis hijos a que estudien en ella. Es decir, digo lo que hago y hago lo que digo. Entiendo que la educación pública tiene que ser el lugar donde se genere la igualdad de oportunidades. Y lo practico desde mi vida personal y familiar. En cuanto al estado de la educación uruguaya, hemos tenido dificultades en este período como el problema presupuestario. Lo que se tradujo en grupos más grandes afectados por la reducción de horas y por lo tanto hay una afectación fuerte a la calidad de la educación. También es importante el ausentismo y la deserción estudiantil ha sido llamativa, incluso en el nivel primario que antes no pasaba. 

- ¿En una de las entrevistas que dio también mencionó el problema de la educación carcelaria y la vinculó al tema de la inseguridad creciente?

- En Uruguay hay una mayor cantidad de presos aunque no haya una mayor seguridad y las cárceles se están transformando gradualmente en una especie de bombas de tiempo. Donde parece que se pensara que las personas ingresan y no van a salir nunca. Y acá en el Uruguay no hay prisión perpetua.

- Si se compara al Uruguay con la Argentina, aquí hay un ministerio de Educación y Cultura desde 1970 y en mi país se degradó a subsecretaria y en el marco de otro ministerio, el de Capital Humano. ¿Ese status educativo ni se discute acá?

- No, eso no está en cuestión. Acá en Uruguay tenemos un sistema educativo atípico. Porque la educación posee rango constitucional en dos entes autónomos que rigen con autonomía técnica y mucha protección constitucional. Son la ANEP o sea la Administración Nacional de Educación Pública y la Universidad de la República. 

- ¿De todo lo que usted hizo como legislador en seis períodos que se percibe hoy en proyectos concretos del área educativa?

- Ahora inicio el séptimo período como representante pero suspenderé mi actuación legislativa para asumir el cargo de ministro. Estuve treinta años en el Parlamento. Pienso que la clave es la gestión. Por ejemplo, no se reflejan las asignaciones presupuestales que nosotros votamos. Se derogó parcialmente la ley de Educación que promovimos en los gobiernos del Frente. Se eliminó la participación de los docentes en los Consejos de la Educación Media y Primaria del país. Se eliminó el concepto de sistema nacional de Educación Pública y solo quedó como sistema de Educación.

- ¿Qué opina sobre la utilización de la Inteligencia Artificial en la Educación?

- Está interpelando al mundo en todas las áreas. En Uruguay no hay ninguna excepción a ello. Es claro que está en la agenda pública en distintas áreas. En la AGECIC, que maneja la tecnología del Estado, la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento. Está en las industrias vinculadas a la tecnología como las telefónicas, que en Uruguay es estatal, la ANTEL. Por supuesto que está en la Educación también y el Plan Ceibal es su mejor expresión.

- ¿Qué opina de la declamada batalla cultural, como la está dando la ultraderecha en Occidente, ya que usted asumirá como ministro del área?

- Entiendo la batalla porque la derecha la plantea en el mundo y en el Uruguay también. Hace largos años hablan de eso porque la izquierda tiene cierto grado de monopolio de hecho en el mundo de los artistas y las expresiones culturales. Yo apuesto a que en este gobierno la cultura tenga un rol absolutamente relevante. Por lo que significan las industrias culturales. El Frente Amplio promovió la primera ley de cine del país que venía de una original de 1951. Se creó estos años una agencia de cine en la administración que termina y nosotros acompañamos. Y también su dotación presupuestaria. El cine y la industria audiovisual suponen trabajo de calidad, para jóvenes y una ventana al futuro en la que debemos involucrarnos mucho más.

- ¿Cómo definiría a este cuarto gobierno del Frente Amplio que está a punto de comenzar? ¿Cómo el inicio de qué?

- Le agrego: con una interrupción conservadora de Lacalle Pou, de la derecha uruguaya. Este ciclo comenzó con un notorio sesgo progresista. A comienzos del siglo XX yo diría que Uruguay tuvo un inicio de corte progresista con José Batlle y Ordoñez. El primer batllismo. Y creo que el Frente Amplio es el batllismo del siglo XXI. Aquel marcó la agenda del siglo XX con empresas estatales, con la ley de ocho horas, con la creación del Consejo de Educación Secundaria, el puerto de Montevideo. Cuando empezó el primer gobierno de Tabaré Vázquez hizo una reforma tributaria, un sistema de Salud nuevo, generó una serie de derechos como la ley de ocho horas para el peón rural, una enorme cantidad de leyes . El Uruguay del siglo XXI lo marcó la agenda que creó la izquierda. 

- Cuál es el secreto para la convivencia perdurable dentro del Frente entre  socialdemócratas, socialistas, comunistas, el MPP de los ex Tupamaros y otras expresiones políticas?

- Yo siento que la clave estuvo en su origen, en el general Seregni y en los primeros fundadores del Frente Amplio. Que supieron mirar más lejos y más allá de sus sectores y ambiciones personales. Segundo, tuvimos un programa común y todos vamos a ese programa común. Tercero: se generó una mística. La bandera roja, azul y blanca del Frente Amplio que es la primera bandera que hizo Artigas, Yo me defino primero como frenteamplista antes que de mi sector. La resistencia a la dictadura también nos unificó mucho. Y la prioridad de la izquierda en Uruguay es la unidad de acción. Nosotros la cuidamos mucho. Ha sido la clave del éxito. No nos podemos dar el lujo de hacer perfilismos. Porque eso puede dinamitar al gobierno de izquierda. Sabemos la responsabilidad que tenemos. 

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