Axel Kicillof recibió en La Plata a decenas de intendentes de todos los sectores de Unión por la Patria, legisladores nacionales y provinciales, referentes políticos y gremiales a los que convocó a la unidad para defender la democracia, el federalismo y la Constitución. Fue horas después de que el presidente Javier Milei le pidiera que renuncie y amenazara con una intervención federal sobre la provincia de Buenos Aires.

“La provincia de Buenos Aires no se somete a amenazas. No vamos a permitir que los intereses y el destino de los bonaerenses queden en manos de los caprichos prepotentes o el resentimiento de un presidente que sigue sin asumir sus responsabilidades. Por eso agradecí a otros espacios políticos y a dirigentes, los mensajes a todos los que se han sumado a este repudio porque va a hacer falta la unidad para defender la democracia”, dijo Kicillof, quien estuvo acompañado en el escenario por su vice, Verónica Magario.

Fueron decenas las expresiones públicas y los comunicados de dirigentes de todo el arco peronista, pero también del radicalismo y del PRO. Otros prefirieron la privacidad de una llamada. Una presencia que no pasó desapercibida fue la de la esposa del gobernador, Soledad Quereilhac, quien se ubicó entre las sillas destinadas a los invitados. La docente de la UBA no suele participar de las conferencias o de las actividades de gestión del mandatario, por lo que su paso por allí fue un asterisco por la importancia que Kicillof le dio al tema.

Un posteo explosivo detonó el viernes en La Plata

A Kicillof el mensaje de Milei lo agarró por sorpresa, pero no tanto. El gobernador ya había advertido una serie de sucesos que calificó al límite de la democracia. Desde el entorno del gobernador confiaron a Buenos Aires/12 entender que la salida del mensaje “estaba preparado”.

En la Gobernación entienden que el discurso que Kicillof dio el jueves en La Costa, cuando convocó a Milei a reunirse para abordar la problemática de seguridad, fue bien recepcionado. Las señales las dieron no solo dirigentes políticos, sino también periodistas alineados con La Libertad Avanza, que valoraron el gesto desde los medios más afines a la Casa Rosada.

Este viernes el gobernador redobló la apuesta cuando, al cierre de su discurso, reiteró la invitación: "Le pido que no sea cobarde, que deje el Twitter, los delirios autoritarios, y se reúna a trabajar con seriedad en un tema tan importante y complejo”, disparó.

De todos modos generó una buena señal al interior de la Casa de Gobierno en calle 6 que salieran diversos dirigentes a expresarse en contra. “Salió todo el mundo y eso es una barrera sanitaria para que no se establezca que tiene lógica lo que dice”, valoró una altísima fuente del Poder Ejecutivo. “Tiran esos bolazos para ver cómo miden”, agregó.

“Milei venía agresivo, pero que verbalice la idea de una intervención ya es pasar la pantalla. Hoy tiene una mayoría en la Corte, si lo hace ¿a quien le reclamamos?”, cuestionaron.

Los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Alberto Weretilneck (Río Negro), Martín Llaryora (Córdoba), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Raúl Jalil (Catamarca), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego) fueron los mandatarios provinciales que se comunicaron con Kicillof.

“Algunos dijeron que este tipo está loco, que es un delirio y también los alertó porque el ataque hoy es a Axel, pero mañana no saben. Pone en riesgo el federalismo”, dijeron en  La Plata.

Otros dirigentes como el presidente del Comité Provincia de la UCR, Miguel Fernández; y el senador nacional por la Provincia, Maximiliano Abad, fueron otros dirigentes de la oposición bonaerense que se comunicaron con el mandatario. Luego, ambos se expresaron vía redes sociales.

A lo largo de la jornada, un equipo compuesto por la vicegobernadora Magario, el ministro de Seguridad, Javier Alonso; su par de Gobierno, Carlos Bianco y la secretaria General, Agustina Vila, realizó un control del estado de situación, no solo mediático, sino también coordinando y atendiendo a dirigentes que expresaban sus opiniones sobre los inesperados comentarios del presidente.

La seguridad y especialmente el asesinato de Kim Gómez (7) en La Plata fueron el punto final del estallido de un clima que en el Gobierno bonaerense ya venían alertando. Según confiaron fuentes del Ejecutivo provincial a este medio, el equipo de Seguridad trabajaba con la ministra Patricia Bullrich en el despliegue de las fuerzas federales en territorio bonaerense, todo ello abocado al narco. 

El cese de la coordinación se dio cuando ocurrió el crimen de Lucas Aguilar, el delivery de Moreno. Especulan con que hubo una orden “de arriba” a Bullrich para que corte lazos.

En la mesa del gobernador ponen en común los números y señalan que en enero y febrero cayó 12 por ciento la cantidad de homicidios en relación al mismo periodo del año pasado. “No hay un baño de sangre”, sentencian. “Hay casos, no es que no existen los delitos, pero lo que dicen es una estupidez basada en una fake. Son los mejores números de la historia de la provincia”, destacan.

Aún así, este viernes no hubo anuncios, pero sí adelantos de que el gobernador dará novedades en el marco de la apertura de sesiones el próximo miércoles en la Legislatura. Otra cosa es segura: en ningún momento se puso en duda la continuidad en el cargo del ministro Alonso, quien permanecerá en funciones.

Apoyo en unidad y foto peronista en La Plata

Los mensajes, comunicados, declaraciones y llamados que coparon el día en el peronismo se materializaron en la húmeda y calurosa tarde en la ciudad de La Plata.

Entre los intendentes, además de los axelistas Jorge Ferraresi, Mario Secco, Fabián Cagliardi, Gustavo Barrera o Andrés Watson, se sumaron los de La Cámpora, Mayra Mendoza, Julián Álvarez o Maximiliano Wesner. Importantes nombres del Frente Renovador como Malena Galmarini, Alexis Guerrera y Javier Osuna, también fueron de la partida.

“Fue una respuesta muy responsable y seria del gobernador. Es una barbaridad lo que está pasando, es triste. No es fácil esto, es un retroceso. Esa prepotencia contra la Provincia cuesta digerirla porque hacemos un esfuerzo muy grande para contener a nuestra gente”, dijo a este medio el intendente de Ensenada, Mario Secco. “Estamos todos unidos, si lo estuvimos para otras cosas ¿cómo no lo vamos a estar para esto?”, cuestionó.

A su turno, el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, dijo que “es importante que el presidente tome dimensión que su rol constitucional no es trabajar con los que piensen como él, sino con todas las jurisdicciones”.

“Esto fortalece la unidad de las fuerzas políticas de la Provincia, que excede nuestro espacio político. Hoy aparece una amenaza a la democracia, por ende creo que fue bueno que no solo los referentes de nuestro espacio hayan dado apoyo al gobernador, sino además el resto de las fuerzas políticas”, valoró.

La referente del Frente Renovador, Malena Galmarini, señaló a Buenos Aires/12, que las palabras de Kicillof fueron “atinadas” y que “ameritaba que estemos todos para defender a la Provincia”.

“Creo que el presidente no entiende de qué habla, son exabruptos de cuando se pone nervioso, cuando la ansiedad le gana. Eso claramente tiene que ver con la tapa del New York Times, que muestra que no había una operación del peronismo la estafa en la que está envuelto”, postuló.

Previo a la conferencia, el mensaje de Milei rápidamente generó repudios y rechazos. Por caso, el PJ bonaerense que preside Máximo Kirchner se expresó a través de un comunicado en el que focalizó la “gravedad institucional” que representa el acto. 

Del mismo modo se expresó el presidente de la Cámara de Diputados, Alexis Guerrera, hombre de suma confianza del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien dijo a Radio 10 que el mensaje de Milei “tiene una gravedad institucional muy importante”.

“Avanzar sobre la autonomía de una provincia es gravísimo. La obligación de un presidente es trabajar con todos los gobernadores, más allá de cómo piensen”, marcó Guerrera. “Hace un año atrás los bonaerenses elegimos a Axel Kicillof por cuatro años más. Es un avasallamiento no solo a la autonomía de la Provincia, sino a la voluntad popular”, aseveró.