Si Javier Milei esperaba que, con su salida a pedir la renuncia de Axel Kicillof y amenazar con intervenir la provincia, lo siguiera gran parte de sus habituales aliados políticos, cuando se dio vuelta se encontró solo. El PRO hizo silencio, salvo el jefe de Gobierno, Jorge Macri, que se mostró en desacuerdo. Desde el bloque que conduce Miguel Pichetto también hubo voces que cuestionaron a Milei al tiempo que se diferenciaban de Kicillof. Los radicales con peluca, esta vez, también callaron. Menos condescendientes, los radicales de Facundo Manes y Martín Lousteau plantearon que no hay causales para una intervención federal y remarcaron que se trata de otro intento de tapar el escándalo de las criptomonedas.

El PRO, inmerso en una interna para aliarse o no con Milei, no logró decir nada respecto de que el presidente pidió la renuncia del gobernador de la provincia de Buenos Aires y amenazó con intervenirla. Tampoco el PRO bonaerense. Quien terminó opinando del tema de casualidad fue el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.

El jefe de Gobierno porteño Jorge Macri se diferenció de Javier Milei en su ataque a Axel Kicillof por la inseguridad, en la cual pidió la renuncia del gobernador bonaerense y la intervención federal a la provincia de Buenos Aires. Macri atacó a Kicillof pero se desmarcó de lo que planteó el presidente: "Lo que quiero es que Kicillof se haga cargo, no quiero relevarlo de ninguna de sus responsabilidades, se presentó, se suponía que iba a arreglar este problema, que se haga cargo y lo arregle. Lo dije siempre: la situación de inseguridad está descontrolada en la Provincia”.

Un tanto desorientado se mostró Mauricio Macri que no solo no dijo nada sobre el ataque de Milei a Kicillof, sino que recurrió a su cuenta en X para hablar del subterráneo. "Felicitaciones, @jorgemacri, por el nuevo subte F, que conectará Barracas con Palermo a través de 11 estaciones intermedias y llegará hasta la cercanía de la Bombonera!", escribió el hombre que había prometido hacer 10 kilómetros de subte por año allá lejos y hace tiempo.

Ninguno fue capaz de hacer lo que hizo el exfuncionario macrista Pablo Avelluto, hace tiempo crítico de la línea que adquirió el PRO. Sin correrse un centímetro de sus posiciones políticas, solamente tuvo que escribir: "Tengo y tuve grandes diferencias con el gobernador Kicillofok">@Kicillofok. Pero ante este nuevo atropello antidemocrático y autoritario del presidente me solidarizo con su gobierno y los bonaerenses. La defensa de la democracia y el respeto a la Constitución debe ser una causa de todos", advirtió.

No era tan dificil.

Radicales enojados

La UCR, por su parte, también mostró dos caras. El radicalismo aliado a Milei, con Rodrigo De Loredo a la cabeza, esta vez no sintió que fuera necesario decir nada (con los decretos para que asuman ministros de la Corte, De Loredo había llegado a postear un tibio "No comparto").

Y, del otro lado, el titular del Comité Nacional de la UCR, Martin Lousteau, se mostró en desacuerdo con la amenaza de intervención. "Otra vez el presidente ignora la Constitución, o no la conoce o no le importa nada. ¿Cuáles son las causales de intervención? Es sólo para garantizar el funcionamiento democrático o por amenaza externa. No hay ningún otro causal de intervención. Me parece gravísimo. Es claramente inconstitucional", planteó el senador. Incluso, hizo una comparación entre Buenos Aire y Santa Fe, gobernada por el radical Maximiliano Pullaro. "¿En qué se diferencia un santafesino y un bonaerense? ¿Por qué el Gobierno en un caso dice que colabora y en otro le dice al gobernador que se vaya?", marcó las contradicciones de Milei.

Lousteau advirtió que la Argentina está teniendo "una degradación democrática muy rápida". "Me parece gravísimo desde el punto de vista de la tranquilidad y seguridad de los bonaerenses que tienen el mismo derecho que otras provincias a la asistencia de Nación, y desde el punto de vista de la amenaza, que es claramente inconstitucional”, indicó el senador porteño.

Por su parte, el diputado Pablo Juliano -cercano a Facundo Manes- advirtió: "Apenas días después de designar jueces por decreto, el Presidente anuncia por Twitter la intención de intervenir la provincia más importante del país. El nivel de improvisación es absoluto". 

"No oculto mis diferencias con Kicillof, pero lo que está en juego es mucho más grande: un jefe de Estado que avanza sin límites y cada vez se asemeja más a un tirano", remarcó. "El Presidente ofrece más problemas, una cortina de humo y, sobre todo, una peligrosa muestra de delirio político. La gran crisis de inseguridad y violencia que vivimos los habitantes de nuestra provincia no puede quedar sometida al uso político del dolor o a la desidia institucional de los gobernantes", indicó.

El titular de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, también lejos de cualquier cercanía con Kicillof remarcó: "Señor presidente Javier Milei: respete el mandato constitucional del gobernador y ponga las fuerzas federales y al Estado nacional a disposición”.

Y siguen las firmas

Desde el espacio de Pichetto, la que salió a hablar fue Margarita Stolbizer: "Presidente, si Kicillof es gobernador es porque usted dividió a la oposición y llenó las listas de legisladores de LLA que le votan todo al mismo tiempo que usted le pide que renuncie. No tribuneé, largue el teléfono, ya debería saber que no todo se arregla ni se promociona posteando. Si quiere que la gente de la Provincia deje de sufrir, coordine en serio, labure en serio y camine el conurbano, que apenas conoce las esquinas a las que fue a hacer campaña".

La izquierda tampoco acompañó la idea. "Más allá que hay que leerlo en clave de campaña electoral, el planteo de Milei de intervención federal a la PBA es una muestra más de su política crecientemente autoritaria y antidemocrática, de un gobierno que viene de nombrar inconstitucionalmente dos jueces de la Corte por decreto", advirtió Christian "Chipi" Castillo.