David Johansen, que murió el viernes 28 a los 75 años tras lidiar contra un cáncer durante un lustro, era de esos músicos a los que la etiqueta de pionero le sentaba perfecto. Al frente de los New York Dolls, el cantante fue responsable de encender un fuego rockero que más tarde decantaría en el punk y el glam, entre otros géneros. "A nosotros nos echan la culpa de todo", se reía Johansen ante Página/12 en 2008, en una entrevista telefónica previa a la primera visita a la Argentina de los reunidos Dolls. “Pero, en definitiva, somos una banda de rock and roll. De eso se trata.”

El comunicado en el que se anunció el fallecimiento del cantante aclara que "murió en su hogar en la ciudad de Nueva York el viernes por la tarde, tomado de la mano de su esposa Mara Hennessey y su hija Leah, rodeado de música, flores y amor". Hace tres semanas se había hecho pública su batalla contra el cáncer y se supo que había quedado postrado por una caída justo después del día de Acción de Gracias de 2024.

El cantante nació en 1950 en Staten Island, donde arrancó su carrera en una banda llamada The Vagabond Missionaries. A las 21 ya era líder de los New York Dolls, que encontraron su formación definitiva con los guitarristas Johnny Thunders y Sylvain Sylvain, el bajista Arthur "Killer" Kane y el baterista Jerry Nolan. "Salimos de una zona de Nueva York en la que estaban sucediendo muchas cosas artísticas", le dijo Johansen a este diario. "En ese lugar, lo que nosotros hacíamos no se consideraba escandaloso ni nada por el estilo, simplemente éramos la banda que tocaba cuando los artistas querían bailar. Así que para nosotros era algo natural". Pero en la música de la banda había una condensación de todo lo bueno que el género había dado hasta el presente desde el blues y el R&B vía Rolling Stones hasta el salvajismo de los Stooges, con un tamiz de desprolijidad y desfachatez tan insólito como profundamente neoyorquino. En esa síntesis del pasado también estaba la semilla del futuro.

"Todas las bandas hacían óperas, no había más rock’n’roll", recordó Sylvain Sylvain ante Página/12 el momento de formación de los Dolls. "Ya no era sexy, era un puto aburrimiento. Y dijimos: ‘Fuck, esto es un asco, queremos volver a divertirnos’. Por eso nos convertimos en los favoritos de toda la gente del centro de Nueva York, las drag queens y las superstars de Warhol, y los chicos del East Village, lo que ahora llaman el Lower East Side. Ellos también estaban aburridos, así que les encantaba vestirse para la ocasión, igual que nosotros, y se convertía en una noche loca".

Noches locas en las que los chicos se vestían como chicas, arriba y abajo del escenario, aunque los "lipstick killers" (asesinos del lápiz labial, como les decían) fueran héteros y las damas lo supieran bien. "Somos como un movimiento artístico, como el dadaísmo o lo que sea", le dijo Johansen a este diario. "Es una idea que por sí misma está abierta a la interpretación, pero para mí significa que hay muchos modos de ver las cosas más allá de las nociones prescriptas".

El quinteto publicó en 1973 su debut homónimo, producido por Todd Rundgren, y corrió con la misma suerte que otros pioneros: vendió poco, lo que generó que la banda tuviera problemas de inmediato, y se convirtió en un álbum de culto. Hoy es considerado un hito del rock de los '70, al igual que su sucesor, Too Much Too Soon, también poco apreciado en su momento. Thunders y Nolan abandonaron la banda en 1975 para formar los Heartbreakers, mientras los Dolls siguieron adelante un par de años más. Incluso, llegaron a tener como manager a Malcolm McLaren, que más tarde armaría a los Sex Pistols en su tienda de Londres.

La carrera solista de Johansen se volcó hacia el soul blanco, lanzo cuatro discos (David Johansen, In Style, Here Comes the Night y Sweet Revenge, y consechó algunos éxitos menores. En los '80 asumió un alter ego llamado Buxter Poindexter, se puso a hacer swing y metió un hit, "Hot Hot Hot". Su último viraje estilístico fue un regreso al blues con The Harry Smiths

Desde los '70, el cantante también encontró espacio para expresarse en la actuación. Participó de varias series y películas, pero la más recordada es Freejack, de 1992. Allí formaba parte del elenco junto a Anthony Hopkins, Rene Ruso y Emilio Estevez, además del músico al que había idolatrado y que había sido su motivación para ponerse frente a un micrófono: Mick Jagger. El parecido físico entre ambos vocalistas nunca fue tan evidente como cuando compartieron fílmico, pero la influencia stone siempre había sido crucial para el neoyorquino.

En los 2004, cuando Johansen estaba con la mente en otros proyectos musicales, apareció una invitación para volver a formar los New York Dolls. Ya no estaban Thunders y Nolan, ambos fallecidos por sobredosis de heroína, pero era difícil rechazar el convite de quien había sido presidente del club de fans inglés de la banda: el mismísimo Morrissey. Como el líder de The Smiths debía curar el festival Meltdown, tuvo la fantástica idea que revivió al quinteto. Cuando se juntaron, Arthur Kane llevaba años como mormón y fue su comunidad religiosa la que consiguió el dinero para comprarle un bajo. Pese a que llevaban décadas sin tocar y que sus energías no eran las de antes, el show fue como meter los dedos en el enchufe.

Ni siquiera el fallecimiento de Kane frenó la reunión de los Dolls: con Johansen y Sylvain, más músicos a los que ellos habían influido (como Sammi Yafa, ex Hanoi Rocks), el grupo salió de gira, y no sólo publicó un disco en vivo sino que hasta grabó más veces en estudio que la formación original. La presentación de One Day It Will Please Us to Remember Even This fue la que trajo al grupo un par de veces a la Argentina, y luego publicaron Cause I Sez So Dancing Backward in High Heels.

Tras la nueva disolución de los Dolls en 2011, Johansen tuvo apariciones esporádicas en televisión y en 2022, Martin Scorsese y David Tedeschi estrenaron el documental Personality Crisis: One Night Only, que narra la historia del cantante intercalada con su actuación en el Café Carlyle de Nueva York dos años antes. Para cuando se dio a conocer el film, Johansen era el último sobreviviente de los Dolls, porque Sylvain Sylvain había muerto en 2021. "Extraño a mis amigos que no están, pero no soy un tipo nostálgico", le había dicho el cantante a este diario en 2005. "Para mí, ellos todavía están acá, como si estuvieran congelados en el tiempo o algo así. Uno es consciente de la realidad y del mundo pero, de vez en cuando, ¿no le pasa que siente que no puede ser que tenga la edad que tiene? Bueno, eso es lo que me pasa a mí".