Hace 30 años, en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que se celebró en China, líderes de 189 países y más de 30.000 activistas feministas consensuaron una hoja de ruta adelantada a su tiempo, que se proponía lograr la igualdad de derechos para las mujeres y niñas. Ese programa, conocido como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, se convirtió en la agenda política mundial sobre igualdad de género con el mayor respaldo a escala mundial. Paradójicamente –o no– ni siquiera los países más desarrollados y avanzados económicamente han cumplido con todos los objetivos. Ninguno, según datos de la ONU.