EPI 2  Un gran despliegue y ningún resultado.

Hay algo que al recorrer la zona se hace muy evidente. Lo dicen vecinos e investigadores: la mayor parte del territorio de Ballesteros Sud y en especial la zona en la que desapareció Lían, son áreas de tierra cultivada con soja y maiz: “¿Para encontrar a un niño de 90 centímetros desaparecido hace una semana en un lugar así, no sería lo más lógico levantar la cosecha? Por supuesto que sí, pero nadie se quiere hacer cargo de pagar eso o de confrontar a quien haya que confrontar, para hacerlo faltando dos meses para la época de la cosecha”.

El sábado, la ministra Patricia Bullrich, que tiene una relación muy fluida con el ministro de Seguridad de la Provincia --Quinteros-- dijo en declaraciones radiales con el tono de misterio o clarividencia que impone el secreto de sumario: “Yo creo que quizás estamos frente a un caso que no es que se perdió”.

Apenas se inició el operativo de búsqueda, hubo buen timing entre Nación y Provincia. Nación envió fuerzas federales. La Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) se unió a la investigación y el Ministerio Público Fiscal (MPF) conformó un Equipo Conjunto de Investigación (ECI). 

También se activó la Alerta Sofía y la Interpol emitió una alerta internacional. El mismo ministro y sus voceros subrayan constantemente la excelente relación que éste tiene con la prensa.

"Todavía mejor que hacer es decir y mostrar", habrán pensado las autoridades durante las primeras horas de la desaparición: así que si la prensa local y nacional iban a copar la zona y poner sus ojos sobre este pueblo de menos de 700 habitantes mientras durara ese “boom”, mejor que se viera un despliegue de película.

Para el martes 25 de febrero la justicia ya había puesto el grito en el cielo por la presencia multitudinaria de prensa en el lugar: se había dictado secreto de sumario y armado un doble vallado policial para bloquear el acceso de fotógrafos y periodistas a la zona de donde fabrican los ladrillos y vive la familia de Lian. 

El viernes 28 ya quedaban pocos efectivos en la zona, lo mínimo para asegurar una guardia. Incluso desde fuentes cercanas al Ministerio de Quinteros sugieren que, por la cantidad de días que el nene lleva desaparecido, el rastrillaje cumple en este momento un rol casi testimonial.