Además de las agresiones y amenazas proferidas por Javier Milei, la apertura de las sesiones ordinarias dejó momentos destacados: el jefe de Estado parado desde un banco; un busto del Presidente; cacerolazos e incluso la presencia de jeques árabes en el Congreso.
El ultraderechista salió de Casa Rosada minutos antes de las nueve de la noche y avanzó -en medio de un fuerte operativo policial- por una avenida de Mayo semi desierta de militantes libertarios.
Pero sí recibió al Presidente un grupo de manifestantes que organizaron un cacerolazo en las afueras del parlamento. El sonido de las cacerolas y los abucheos logró colarse en la transmisión televisiva que armó el Gobierno.
Un busto y un banquito
Una vez en el recinto, Milei se subió a un banquito detrás del atril desde el que brindó su discurso. La pequeña plataforma estaba camuflada abajo de la alfombra del recinto.
Antes de que llegara el Presidente, la diputada libertaria Lorena Villaverde ingresó al recinto con un busto de Milei que sus compañeros de bancada utilizaron para posar y sacarse fotos.
Villaverde, además, se acercó hasta donde estaban sentados los jueces de la Corte Suprema de Justicia y se tomó una selfie con Ricardo Lorenzetti.
Los jeques
En la semana, el Gobierno había anunciado que iba a restringir el ingreso de la prensa al Congreso. En la apertura de las sesiones extraordinarias, periodistas parlamentarios denunciaron que los palcos destinados a los trabajadores de prensa estaban ocupados por, entre otros, jeques árabes.