El juez federal de Garantías Julio Leonardo Bavio procesó al ex juez federal Raúl Reynoso y el ex fiscal federal José Luis Bruno como "autores responsables del delito de prevaricato" por el supuesto favorecimiento procesal a un hombre involucrado en una organización narcocriminal. También les trabó embargo, por $5 millones en el caso del ex juez y de 2 millones en el caso del ex fiscal. 

En la misma resolución, del 28 de febrero, el magistrado procesó al ciudadano sirio radicado en Salvador Mazza Barakat Barakat por considerarlo "partícipe primario del delito de cohecho activo agravado". En su caso, a diferencia del ex juez y el ex fiscal, le dictó la prisión preventiva. 

Este nuevo procesamiento contra Reynoso, que ya fue condenado por delitos similares cometidos cuando fue juez federal en Orán, es porque el 2 de mayo de 2012 "dictó de manera ilegitima una resolución" por la cual cual revocó de oficio el procesamiento ya dictado por otro juez para "modificar arbitrariamente la participación de Federico Gerardo Rojas", de necesaria a secundaria, en el delito de transporte de estupefacientes agravado, y de esa manera le revocó la prisión preventiva y le otorgó la libertad. 

El procesamiento a Bruno es porque no impugnó esta resolución de Reynoso y de esta manera "habría consagrado ilegítimamente un estado de impunidad", porque una vez en libertad Rojas siguió con la actividad narcotráfico e incluso fue condenado por otro hecho, pero en relación a este caso huyó y se matiene en esa condición. 

Cuatro meses antes de la resolución de Reynoso de mayo de 2012, un juez subrogante, el abogado Ramón Antonio Valor, había procesado y dispuesto la prisión preventiva de Rojas, a quien consideró partícipe necesario del delito de transporte de estupefacientes, por el traslado de más de 70 kilos de pasta base de cocaína, junto a Gustavo Arnaldo Molina (o Cala) y Melisa Alemán. Los tres fueron detenidos por la Gendarmería Nacional, y la droga fue secuestrada, en un operativo realizado en noviembre de 2011, en la ruta nacional 34. 

Con la prueba que se reunió en el expediente, entre ellas escuchas telefónicas, el juez subrogante evaluó que Rojas prestó una "activa colaboración y participación" en este transporte, "quien a bordo de un vehículo marca Fiat dominio IAB831 era el encargado de brindar cobertura" al vehículo que llevaba la carga de droga, en el que iban Molina y Alemán.  

Una vez dictado este procesamiento, la abogada de Rojas, María Elena Esper, solicitó que se le dictara la falta de mérito, argumentando que su participación no estaba acreditada. Ese pedido motivó la resolución del 2 de mayo de 2012 de Reynoso. 

En el procesamiento el juez Bavio recordó que Reynoso y Esper ya fueron condenados (en marzo de 2019) "por favorecer mediante actos procesales ilegítimos a cambio del cobro de dádivas, asignando 'participaciones secundarias' para disminuir el grado de responsabilidad y poder así otorgar libertades a personas detenidas". (En esa causa también fue condenado Antonio Valor).

Bavio consideró que Reynoso concluyó "forzadamente que los verdaderos autores del evento (de transporte de cocaína) fueron únicamente los imputados Gustavo Arnaldo Molina (Cala) y Melisa Alemán". Añadió que a pesar de que reconoció "la existencia de diálogos telefónicos claramente comprometedores" entre Rojas y la pareja compuesta por Molina y Alemán, el ex juez concluyó que esos diálogos "no acreditaban con la debida contundencia que la cooperación brindada por Rojas a los autores principales, haya sido de fundamental importancia para que el delito se concretara".

En cuanto a Bruno, se le imputó "haber actuado de común acuerdo" con Reynoso "para favorecer los intereses procesales del acusado Federico Gerardo Rojas". Los fiscales Eduardo Villalba, Diego Iglesias y Carlos Amad le atribuyeron en su momento "haber perjudicado deliberadamente la promoción de la acción penal en la causa en la que debía intervenir, por cuanto, omitiendo los deberes a su cargo, favoreció de manera ilegítima" de Rojas porque no haber impugnado la resolución que lo favoreció y le otorgó la libertad, a pesar de que para entonces estaba firme la anterior resolución del juez subrogante por la que había sido procesado con prisión preventiva. 

El intermediario de la coima 

Barakat Barakat fue procesado por tráfico de influencias agravado, como intermediario de una coima de 150 mil dólares que René Antonio Arancibia pagó en 2011 para obtener la libertad en una causa por narcotráfico. 

Arancibia reconoció haber entregado esa dádiva. Y en una audiencia realizada a finales del año pasado Barakat confesó su participación y señaló al ex juez Reynoso y al ex fiscal Bruno como quienes recibieron ese dinero, con la intermediación también del abogado Arsenio Eladio Gaona, que es pariente de Reynoso y está imputado en la causa en la que el ex juez terminó condenado, solo que el abogado no fue juzgado porque se fugó.

Arancibia está casado con la hermana de la ex concubina de Barakat. Por ese conocimiento le habría pedido ayuda para evitar ser detenido en una causa por narcotráfico que estaba radicada en el Juzgado Federal de Orán y en la que se le había dictado la orden de captura, el 17 de noviembre de 2011. 

Barakat, que conocía a Gaona porque había sido su abogado en un trámite civil, le hizo llegar la oferta, Gaona le pidió unos días para averiguar y luego se realizó la operación, en el período comprendido entre el dictado de la orden de captura de Arancibia y la resolución por la que se le otorgó su libertad provisoria, el 21 de diciembre de 2012. 

Arancibia le entregó los 150 mil dólares a Barakat y él se los pasó a Gaona, quien a su vez le entegó 130 mil dólares a Reynoso y 20 mil a Bruno. Como parte del acuerdo Arancibia debía entregarse en el Juzgado Federal de Orán, Gaona le pidió que lo llevara él personalmente desde Salvador Mazza, lo que hizo. 

Barakat contó además que inicialmente los 20 mil dólares iban a ser para él, por su intermediación, pero Gaona le dijo que necesitaba 20 mil para el fiscal Bruno para que no apelara. Como Arancibia dijo que no tenía más plata en ese momento, le prometió entregarle un automóvil VW Bora, que fue secuestrado, por lo que la transferencia no llegó a concretarse.