En un recinto vacío de opositores y mandatarios provinciales, sin presencia de la prensa y con aplausos libertarios en cada fragmento del discurso, el presidente Javier Milei le pidió al Congreso que acompañe al Gobierno en un nuevo acuerdo con el FMI, anunció que continuarán con las desregulaciones y dijo que “están terminando con la inflación”, aunque aclaró que podría “haber volatilidad”.
Los datos económicos que difundió el Presidente marcan, según su óptica, que la economía Argentina va bien: “creció de punta a punta 5 por ciento en términos interanuales, a diferencia de los agoreros de siempre que pronosticaban una caída vertical” y aseguró: “el ajuste fue expansivo” porque giró en torno “al sector público” y no sobre el privado.
Los números sobre el crecimiento económico contrastan con estimaciones recientes sobre el consumo masivo, principalmente alimentos: se desplomó 10.6 por ciento interanual en enero. La comparación, realizada por la consultora especializada Scentia, es contra el mismo mes de 2024, plena asunción de Milei al Poder Ejecutivo con devaluación del 50 por ciento mediante.
El acuerdo con el FMI
El Presidente convocó al Congreso para que vote a favor de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: “Emprender un nuevo acuerdo sin aumentar la deuda bruta” para evitar “deteriorar los activos del Banco Central”.
Sin embargo, el FMI no ve en el futuro repetir el pasado: Argentina debe garantizar que no utilizará las divisas para sostener “el dólar barato”, como ocurrió en la presidencia de Mauricio Macri, con el mismo ministro de Hacienda, Luis Caputo. Esa es la razón central por la que el FMI sólo encuentra como salida la devaluación del peso.
Al respecto, Milei afirmó que estarían destinadas a sanear los activos del Banco Central y que para “honrar nuestro compromiso” se reducirá el gasto público. De esta manera, predestinó que la Argentina irá “hacia un esquema cambiario más libre y eficiente”.
Inflación
“La convertibilidad era el programa más exitoso de estabilización de nuestra historia”, lanzó Milei. “Porque ahora nuestro programa económico es el mejor de nuestra historia”, manifestó al comparar su gestión con la de Carlos Menem y el 1 a 1. Sin embargo, advirtió sobre las distintas tendencias que podrían afectar el proceso: “no significa que no vaya a haber volatilidad” pero “la inflación tenderá a cero y el PBI per cápita seguirá creciendo”, auguró.
En las estadísticas del Indec, la baja del Índice de Precios al Consumidor es evidente y concuerda con el discurso oficial. Para los especialistas, ese logro está vinculado a las variables de previsibilidad sobre la devaluación del dólar y a la política fiscal restrictiva. Pero advierten que si se tienen en cuenta parámetros como el atraso cambiario y los pedidos, incluso del FMI, para que suba del dólar “la batalla no está ganada”.
“En el corto plazo, existe cierto potencial alcista en Estados Unidos, donde el sentimiento positivo podría impulsar la actividad, pero los riesgos generales son a la baja para la mayoría de las demás economías, incluido el riesgo de perturbaciones inducidas por las políticas en el proceso de desinflación o salidas de capitales de las economías emergentes”, avisó esta semana Kristalina Georgieva, directora del FMI, a los ministros de Economía reunidos en el G20.
El Gobierno de la Libertad Avanza se autoproclama como anti Estado y contrario a las regulaciones pero hace meses que fija la tasa de interés, el precio del dólar y le pone techo a las paritarias. La medición de la inflación también atraviesa cuestionamientos que no están dirigidos al Indec como institución sino a la encuesta que utiliza para la estimación: no pondera el peso de las tarifas en la canasta actual. En ese sentido, la recuperación salarial que celebra el Presidente también se muestra distorsionada.
Crawling peg
El mecanismo gradual de ajuste del tipo de cambio oficial funciona como ancla inflacionaria. “Sin intervención corregimos el problema de precios relativos que nos dejaron. Hoy la brecha se encuentra en valores inferiores al 15 por ciento”, detalló evidenciando la intervención. La incidencia del valor del dólar en la economía argentina es trascendental porque involucra a los bienes que se comercian internacionalmente e impacta en el resto de los precios.
Superávit fiscal
“Gracias al coloso (Luis) Caputo conseguimos el equilibrio fiscal en el primer mes de gestión”, expresó el presidente sobre quien años atrás había dicho que fue “el peor ministro de Economía". Gobernaba Mauricio Macri. Para lograr el superávit fiscal y financiero por primera vez en 14 años, la administración libertaria aplicó el ajuste del gasto público más grande en 31 años, según Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). Las principales partidas por las que pasó la deep motosierra fueron las prestaciones sociales 30.6 por ciento y los gastos de capital, 23.1 por ciento. La jubilación mínima perdió así 33,6 por ciento del poder de compra solo en 2024.
“Pasamos de heredar 15 puntos de déficit consolidado entre el tesoro y el BCRA, a tener durante nuestro primer año superávit financiero libre de default”, aseguró el presidente. El ajuste además abarcó los gastos del Estado en 14.1 por ciento, con despidos de casi 36.000 trabajadores; los subsidios económicos en 12.1 por ciento, cuya contracara fueron los aumentos de tarifas; y las transferencias a provincias y a universidades en 9.7 y 3.9, respectivamente.
“Debemos transformar en obligatorio el equilibrio fiscal para cualquier presupuesto estatal" afirmó y consideró que si no se hace ahora “los cambios van a llegar a partir del 11 de diciembre”. En ese marco, estableció que la meta fiscal para el año 2027 es que el gasto público consolidado argentino sea de 25 puntos del PBI “como máximo”.
Además, dio lineamientos sobre la continuidad del rumbo aperturista. “Necesitamos devolverle a los argentinos la libertad de comerciar con el resto del mundo”.
Impuestos
El mandatario libertario se refirió a las distintos tributos y aranceles que eliminaron o reformaron y destacó la supresión del impuesto País, las modificaciones al monotributo, el “éxito” del blanqueo y la reducción a la industria automotriz. Para adelante, consideró que “es imperativo llevar a cabo una reforma impositiva estructural, para así reducir en un 90 por ciento la cantidad de impuestos nacionales y pasar a tener únicamente 6 impuestos”.
Obra pública
“Eliminamos la obra pública, uno de los curros más grandes de la política”, espetó y opinó que el rubro “no genera trabajo” porque “hay que pagarla” con impuestos, inflación o deuda. En términos reales, de acuerdo a un informe de Analytica, el rubro se retrajo 76 por ciento.