La apertura de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación se vivió con fuertes tensiones y terminó en un escándalo para el gobierno. Entre los invitados estuvieron los jueces de la Corte con el flamante designado por decreto Manuel García Mansilla, pero hubo, además de los libertarios, solo un centenar de legisladores de la oposición amigable, seis gobernadores y las tribunas llenas de trolls