El principal objetivo de Donald Trump en su actual gobierno es volver a situar a los Estados Unidos como un actor con peso decisivo y con una renovada capacidad de intervención en los principales conflictos a nivel global, siempre a partir de una perspectiva imperial de acumulación de poder.

Sus propuestas en Ucrania y en Medio Oriente, guiadas más por la rentabilidad económica que por el pacifismo, son apenas los pasos iniciales de un proyecto a largo plazo que tendrá su etapa más dif