La 97° gala de entrega de los Oscar, los premios con los que la industria del cine de los Estados Unidos se autocelebra, llegaba precedida por las múltiples polémicas que envolvieron al musical Emilia Pérez desde que, a finales de enero, se convirtió en la más nominada de 2025. Desde entonces, pasó de ser la favorita ineludible a caer rápidamente en desgracia y una de las claves de la noche pasaba por ver en cuántas de las 13 categorías en las que resultó ternada se iría con las manos vacías. Una incógnita no exenta de morbo.

La otra cuestión destacada para quienes se sentaron a ver la velada desde América Latina tenía que ver con la triple nominación de la brasileña Ya no estoy aquí. Predeciblemente, la producción dirigida por Walter Salles formaba parte de la categoría de Mejor Película Internacional, pero además fue incluída entre las diez seleccionadas en el rubro principal, el de Mejor Película, y la actriz Fernanda Torres era una de las cinco elegidas para la categoría de Mejor Actriz. De ganar en cualquiera de ellos se convertiría en el primer Oscar en la historia para el cine de Brasil.

La transmisión comenzó con las interpretaciones que Cynthia Erivo y Ariana Grande, nominadas como actrices por su labor en Wicked, otro musical, realizaron de varios temas de la banda sonora de la película; ninguno de ellos integraba la categoría de Mejor Canción. Luego vino la presentación de rigor, realizada por el anfitrión de la noche, el debutante Conan O’Brien, quien realizó el habitual número de stand up citando a todas las películas nominadas y permitiéndose bromear con el escándalo de los tuits polémicos de la española Karla Sofía Gascón, la primera mujer trans en ser nominada a Mejor Actriz, presente durate la ceremonia, pero de muy bajo perfil.

El primer premio de la noche se lo llevó Kieran Culkin como Mejor Actor de Reparto, por su labor en la película Un dolor real, escrita y dirigida por el actor Jesse Eisenberg. Enseguida la letona Flow, de Gints Ulbadonis, recién estrenada en salas locales, se llevó el merecido galardón a Mejor Película Animada, convirtiéndose en la tercera producción extranjera en ganar la categoría. Las otras dos fueron El viaje de Chihiro (2003) y El niño y la garza, el año pasado, ambas obras dirigidas por el gran maestro japonés Hayao Miyazaki. Por su parte, el corto iraní In the Shadow of the Cypress se llevó el de Mejor Corto Animado. Sus directores, Hossein Molayemi y Shirin Sohani, realizaron una medida pero clara crítica a la situación política interna de su país.

El reconocimiento a Mejor Diseño de Vestuario quedó en manos de Paul Tazewell, diseñador de Wicked, quien celebró ser el primer hombre negro en recibir el Oscar en esta categoría. Los siguientes en la grilla de entrega fueron los premios dedicados a los guionistas, que de algún modo sirven de referencia para la categoría de Mejor Película. El de Mejor Guión Original le correspondió a Sean Baker, también nominado en la categoría de dirección, como responsable de Anora, la gran favorita de la noche tras el declive de Emilia Pérez. Que, por otra parte, tuvo su primer revés en el rubro de Guión Adaptado, que finalmente se lo llevó el británico Peter Straughan por su labor en el thriller eclesiástico Cónclave.

La sustancia, el sorprendente éxito de público dirigido por la francesa Coralie Fargeat que puede verse en Mubi, logró alzarse con el primer Oscar de sus cinco nominaciones, correspondiente a Mejor Maquillaje y Peinado, gracias al trabajo que realizaron Pierre Olivier Persin, Stéphanie Guillon y Marilyne Scarselli para desfigurar a las protagonistas Demi Moore y Margaret Qualley. El programa continuó con un número musical en homenaje al personaje de James Bond, del que formaron parte varias de las canciones más emblemáticas de la franquicia.

El primer gesto político lo realizó la actriz Daryl Hannah, quien envió amor para Ucrania antes de presentar el premio a Mejor Montaje, categoría en la que Anora volvió a derrotar a Emilia Pérez. El premio lo recogió el propio Baker, encargado de editar su propia película. La cosa fue distinta en el rubro de Mejor Actriz de Reparto, en el que Zoe Saldaña resultó la elegida, dándole el premio a la controvertida película francesa ambientada en México. Una conmovida Saldaña celebró sus raíces latinoamericanas y le dedicó el premio a su abuela, una inmigrante dominicana que llegó a EE. UU. en 1962.

El comediante Ben Stiller fue el encargado de presentar la terna de Mejor Diseño de Producción, donde el musical Wicked, continuación del clásico El Mago de Oz, se quedó con su segundo Oscar de la noche. Por su parte, el responsable de anunciar al ganador del rubro Mejor Canción Original fue nada menos que el eterno Rolling Stone Mick Jagger, quien bromeó sobre el hecho de ser más joven que Bob Dylan. En esta categoría Emilia Pérez jugaba por partida doble, ya que dos de sus canciones se encontraban entre las nominadas: “Mi camino” y “El mal”. Esta última fue la ganadora. La gran perdedora fue Diane Warren, compositora de “The Journey”, perteneciente a The Six Triple Eight. Nominada un total de 16 veces en esta categoría, Warren nunca pudo alzarse con la estatuilla. Ese fue el último premio entregado al cierre de esta edición, dejando abiertas las principales incógnitas.