“¿Carnaval es feriado en Argentina?” “¿Qué días no se trabaja por el feriado de Carnaval?” “¿Cómo se pagan los feriados de Carnaval?” “Carnaval extendido: ¿por qué decretaron feriado?” Los títulos se multiplican en los portales y las redes sociales, buscando generar tráfico a fuerza de preguntas que actúan como señuelos. La lógica del clickbait se impone en el periodismo y desplaza aquellas formas de titulación que apelaban a vueltas de tuercas irónicas o juegos intertextuales. En la era de la sobreinformación, predominan las estrategias más directas, no hay tiempos para guiños al lector.
¿Qué es hoy el carnaval en términos de comunicación y periodismo? ¿Es algo más que un título anzuelo? ¿Qué queda de aquellas miradas que concebían al carnaval como dos hojas en el calendario en el que parecían suspenderse todo tipo de jerarquías y “cada uno se sentía uno más entre sus semejantes”? Algo de ese espíritu aún sobrevive en los tablados de Montevideo, donde 17 personas se reúnen en una murga, hacen balances anuales de los problemas que tienen en común y hasta riman posibles soluciones.
Desde Argentina, se puede aportar una pieza clave del periodismo narrativo de los años sesenta. Luego de Operación Masacre y luego de la experiencia con Prensa Latina en Cuba, Rodolfo Walsh regresó a la Argentina e intentó desarrollar una carrera como escritor. Publicó el libro de cuentos Los oficios terrestres, dos obras de teatro, hizo traducciones, armó una antología, comenzó a trabajar en una novela que nunca terminó. Pero no recibía propuestas de los medios gráficos y la pobreza apretaba. A regañadientes, se sumó como colaborador del seminario Panorama, que publicaba la editorial Abril.
Su “intención consciente y deliberada” fue trabajar en crónicas de viajes por la Argentina profunda “con el mismo cuidado y la misma preocupación con que se podía trabajar un cuento o el capítulo de una novela, es decir, dedicarle, por ejemplo a una sola nota el trabajo de un mes, un trabajo intensivo”.
En abril de 1966 se publicó la primera de ellas: “Carnaval caté”, que reconstruye el auge de las comparsas en Corrientes. El artículo ensambla forma y contenido con eficacia y belleza. Apelando a la técnica cinematográfica del montaje paralelo, va narrando de manera simultánea la historia y los preparativos del carnaval con el estado de emergencia ante la creciente del Paraná.
Las primeras líneas condensan el núcleo de la historia:
El señor Boschetti miró al cielo y dijo:
–Con tal que no llueva. Parecía preocupado.
–Si la luna se hace con agua –agregó–, estamos perdidos.
Desde setiembre a febrero había llovido día por medio en Corrientes. Había grandes zonas inundadas y las pérdidas eran tremendas: 90% del algodón, 60% de tabaco, 80% de arroz. Pero lo que desesperaba al señor Boschetti era la posibilidad de que las lluvias arruinaran, además, el carnaval.
El uso de metáforas acuáticas va in crescendo a lo largo de la crónica, hasta que con el advenimiento de las inundaciones también parecen empaparse las páginas que el lector tiene en sus manos.
Walsh propone una lectura poliédrica de la fiesta popular, combina análisis económico, político, sociológico con historia, cultura y espectáculo. La nota parece saltar de sección en sección con una prosa que cose de forma eximia la diversidad de abordajes, la observación participante y las fuentes documentales y testimoniales.
Siempre en busca de datos precisos, pone en tensión los gastos que se destinan al carnaval con las cifras del presupuesto anual que dedica la provincia a la enseñanza media y artística. La paridad golpea al lector. Pero el autor de “Esa mujer” no se queda en su mirada porteño-céntrica y cede la palabra a las fuentes locales. “Con suprimir el carnaval, no se eliminaría uno solo de los males que sufre el pueblo correntino. Al contrario, se le quitaría la única diversión gratuita”, dice un coreógrafo. Walsh, así, no sólo da una lección de estilo, también de ética periodística.
¿Por qué se llama “Carnaval caté”? Busquen la crónica. No sólo encontrarán el significado de la palabra “caté”: podrán disfrutar de una obra maestra del periodismo.
* Licenciado en Comunicación (UBA), coautor del sitio www.periodistasenelcine.com