El anuncio del Gobierno porteño sobre la construcción de la Línea F de la red de subtes podría poner fin a casi 25 años de demoras en el cumplimiento de la ley que estableció la traza que debería tener al día de hoy, con tres líneas más que las existentes. A la espera de la apertura oficial de la licitación, la primera etapa de la F agregaría, además, los primeros kilómetros a la red luego del parate en las obras de extensión, que se mantienen frenadas desde la inauguración de las últimas estaciones hace seis años. De haberse cumplido la ley, la red tendría hoy más de veinte kilómetros adicionales. 

Cuando los y las legisladoras aprobaron en noviembre de 2001 la Ley N°670, proyectaban que la red de subtes de Buenos Aires llegaría al menos a acercarse a los 80 kilómetros de extensión total. Sumada la entonces inexistente Línea H y otras nuevas estaciones que se construyeron en el camino, la red tiene hoy 56,7 kilómetros. Según lo previsto por aquella ley, las nuevas líneas F, G e I, que en el medio sufrieron algunas modificaciones a la traza proyectada, agregarían 22,5 kilómetros para rozar los 80. Pero 24 años después, ninguna de las tres líneas registró avance alguno en su construcción. 

Las incógnitas

En el medio, las promesas de Mauricio Macri de construir 10 kilómetros por año y otros amagues del oficialismo con relación a la Línea F, que ni siquiera llegaron al inicio de los estudios técnicos para su construcción. El reciente anuncio del Gobierno porteño parece venir a romper esa monotonía. Todavía resta saber cómo se financiará el proyecto con mil millones de dólares de prespuesto, y que la apertura de la licitación se haga oficial, aunque desde el GCBA indican que el proceso se pondría en marcha en junio. La oposición porteña, en tanto, trata el tema con cautela: "Esta película ya la vimos", fue la frase que publicó la cuenta de X del bloque de Unión por la Patria, acompañada por recortes periodísticos de otros anuncios similares de las anteriores gestiones oficialistas, que no se concretaron

Según lo anunciado el viernes, la construcción comenzaría el año que viene con vistas a que los trenes empiecen a andar en 2031. Ese año se inauguraría el primer tramo de cinco kilómetros de la línea con recorrido entre los barrios de Barracas y Recoleta, y con seis estaciones más distanciadas entre sí de lo que suelen estar en el resto de la red: Brandsen y Montes de Oca; Constitución con combinación con la C; Cochabamba y Entre Ríos con combinación con la E; Chile y Entre Ríos; Congreso con combinación con la A; y Tucumán y Callao, desde donde se podrá combinar con las líneas B y D. La F conectaría así con todas las otras líneas a excepción de la H, con la que recién combinaría en el segundo tramo, sin fecha anunciada. 

Ese segundo tramo vendría a completar lo estipulado por la ley para llevar a la nueva línea a una extensión de alrededor de 9 kilómetros. Serían cinco nuevas estaciones en Callao y Santa Fe; Pueyrredón y Las Heras con combinación con la H; Hospital Rivadavia; Parque Las Heras; y Plaza Italia. Según las estimaciones del GCBA, la línea, que contará con 14 trenes, alcanzaría a 300 mil pasajeros diarios ya que desagotaría un corredor laboral importante como es el eje Callao / Entre Ríos que hoy se reparte entre la línea H y, mayormente, la C.

De Retiro al Cid Campeador

De concretarse, la ciudad quedaría con dos pendientes en relación a lo proyectado en la ley: las líneas G e I. La primera es la más larga de las dos con 7,3 kilómetros y 11 estaciones que conectarían la estación Retiro con el Cid Campeador. La línea está proyectada para recorrer la ciudad por debajo de las avenida Santa Fe, Córdoba, Corrientes y Díaz Vélez hasta el tradicional monumento de Caballito, en el cruce con Honorio Pueyrredón. La Línea I, en tanto, uniría Parque Chacabuco con Plaza Italia, comenzando en la actual estación Emilio Mitre de la E y atravesando 6,6 kilómetros divididos en 10 estaciones. 

Si a esto se le suman las estaciones que la H tiene pendientes en un tramo de unos 2 kilómetros hacia el sur, hasta la avenida Sáenz, y hacia el norte, hasta Retiro, el subte porteño completaría una red que superaría los 80 kilómetros, un número que, así y todo, deja a la ciudad por debajo de otras capitales de la región. La comparación más cercana es la que se suele realizar con el Metro de Santiago de Chile, que actualmente cuenta con siete líneas y casi 150 kilómetros de extensión que articulan vías subterráneas y viaductos. El metro todavía está en vías de ampliación con la construcción de otras tres nuevas líneas

La comparación histórica tampoco es favorable: mientras Santiago de Chile comenzó la construcción de su red en 1975, la de Buenos Aires empezó en 1913 con la Línea A, siendo la primera de América Latina. Santiago construyó casi 150 kilómetros desde su inauguración, mientras que Buenos Aires sólo hizo alrededor de 30 km y la red no se amplía desde 2019. Ese año se inauguraron las tres estaciones de la Línea E que conectan su antigua terminal en Bolívar y Diagonal Sur con Retiro, y desde entonces no hay ninguna obra de ampliación en marcha, un hecho que no se registraba desde mediados de la década de los '70.