El juez federal de Garantías Julio Bavio hizo lugar a la ampliación de la investigación penal seguida contra integrantes de una organización narcocriminal que integrada en su mayoría por gendarmes y ex gendarmes y que opera en el NOA, el NEA y Buenos Aires, aunque no se descartan otros nexos de orden trasnacional.
En este caso, la audiencia realizada el viernes último se dirigió principalmente contra Jonathan Leonel Ostapowicz y Richar Ariel Delgado, dos comerciantes detenidos el martes 25 de febrero en la ciudad de Posadas, en Misiones, como resultado de varios allanamientos que también derivaron en el secuestro de tres vehículos de alta gama, más de 20 teléfonos celulares, nueve computadoras, armas, más de 16 millones de pesos, 1.800.000 guaraníes, 1.709 reales y poco más de 6 mil dólares.
A requerimiento de la fiscalía a cargo de Ricardo Toranzos, el juez Bavio dio por formalizada la imputación contra Ostapowicz y Richar Delgado por el delito de "transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, en calidad de coautores". Asimismo, ordenó que permanezcan bajo prisión preventiva, autorizó la realización de una serie de pericias y admitió el levantamiento del secretario bancario y bursátil de los dos imputados.
Por sus características y por pedido expreso del fiscal, el caso fue declarado de carácter complejo, ya que la mayoría de los acusados tienen vinculación directa con la Gendarmería Nacional, dos de ellos estaba en actividad cuando fueron detenidos, en tanto, que otros dos habían sido dados de baja y un quinto estaba por ingresar a esa fuerza.
Rachir Delgado había sido dado de baja de la Gendarmería Nacional después de haber sido descubierto transportando una importante cantidad de dólares en su vehículo.
En la audiencia de ampliación de la investigación la fiscalía sostuvo que Ostapowicz y Rachir Delgado y el también ex gendarme Adrián Emilio Escarlata tenían la voz de mando de esta organización en la que también están detenidos, desde el año pasado, Diego Hernán Delgado, Federico Rubén Batista, Gabriel Osvaldo Ruiz Apaza, Francisco Agustín Flores, Escarlata y Marlene Leonor Hañek. En este caso el viernes último, el juez también hizo lugar al pedido de la fiscalía de prorrogar la investigación respecto de estas personas.
Diego Delgado y Batista son gendarmes. Y Escarlata también había sido dado de baja de la fuerza. Sin embargo, usaba los conocimientos que había obtenido en su paso por la Gendarmería para enseñar a evadir los controles.
En la audiencia la fiscalía resaltó que Escarlata compartía audios al estilo de tutoriales en los que enseñaba como “embutir” la droga en los vehículos, incluso en uno sugirió como algo novedoso utilizar parte del respaldar de los asientos para ocultar los paquetes de droga.
En general los ex gendarmes y gendarmes usaban sus conocimientos de la fuerza. También se impartían instrucciones respecto a cómo actuar ante los controles de la Gendarmería; se explicaban los protocolos internos impartidos al personal de esa fuerza, con lo cual ponían a los implicados en una posición ventajosa.
En un caso Delgado alertó sobre la apertura de un nuevo puesto de control fijo en la localidad de Joaquín V. González, con el cual se vería reforzada la presencia de la Gendarmería en el sur de la provincia.
Más de 334 kilos de cocaína
Al presentar la acusación en la audiencia del viernes último, el fiscal Toranzos explicó que la investigación se inició el 19 de mayo tras la detención de Diego Delgado, un gendarme con el grado de cabo que fue detenido en la ruta provincia 5, a la altura del kilómetro 170, en el pequeño pueblo de General Pizarro, en el departamento de Anta.
Delgado, quien cumplía servicio en el Destacamento Móvil N° 1 de Campo de Mayo de esa fuerza, circulaba a gran velocidad al mando de una camioneta Volkswagen Amarok, de norte a sur, con rumbo a Buenos Aires. El fiscal sostuvo que el cabo vio el control de sus colegas, del Escuadrón 45, pero detuvo su marcha metros más adelante e inmediatamente bajó los vidrios de las ventanillas.
Cuando los gendarmes del control se acercaron reconocieron en el asiento trasero un uniforme y un bolso de esa fuerza y en la caja de la camioneta vieron cajas de cartón de las que sobresalían varios paquetes de droga, tipo “ladrillo”.
En total, Delgado transportaba más de 303 kilos de cocaína, carga valuada en más de 4 mil millones de pesos. “A partir de este procedimiento, y el secuestro del teléfono del gendarme, se inició una investigación que dejó al descubierto un complejo entramado de maniobras ilícitas”, explicó el fiscal.
Posteriormente, la fiscalía logró identificar y detener a Batista, el 10 de octubre de 2024, quien también era gendarme en actividad en Campo de Mayo.
Se pudo establecer que Batista, se había ausentado de sus funciones para tomar un vuelo hasta Posadas, donde recibió la camioneta VW Amarok de manos de Ostapowicz, con el mandato de llevarla a Delgado, quien la usó para ir a Orán, cargar la droga y regresar a Buenos Aires.
El fiscal reseñó que la investigación avanzó luego a partir del resultado de las pericias telefónicas y las tareas de campo, que permitieron interceptar un segundo transporte de cocaína en Rosario de la Frontera, por poco más de 31 kilos.
El procedimiento se llevó a cabo el 26 de octubre sobre la ruta nacional 34, a la altura del puesto de control de El Naranjo, donde fue detenido Escarlata y su pareja, Hañek; además de Ruiz Apaza y Flores.
El fiscal explicó que el transporte de esta droga, que iba oculta en una rueda de auxilio, se hizo bajo la modalidad de convoy, con dos camionetas. En una VW Amarok iban Escarlata y su pareja, con la cocaína. Como coche puntero iban Ruiz Apaza y Flores, en una camioneta Toyota.
La fiscalía resaltó que Escarlata intentó destruir su teléfono celular después de que se descubriera la droga dentro de la rueda de auxilio, acción que finalmente le jugó en contra dado que la pericia de ese teléfono permitió recuperar información que lo incrimina, tanto a él como al resto de los imputados.
La conexión entre este grupo de primeros detenidos y Ostapowicz y Richar Delgado, la fiscalía adjudicó a la colaboración de los fiscales Pedro Rebollo, de Gualeguaychú, y Santiago Marquevich, de Hurlingham. Explicó que ambos llevan adelante causas penales complejas en las que Ostapowicz y Delgado aparecen vinculados con actividades de narcotráfico y lavado de activos.
En esta línea resaltó que el 25 de febrero se realizaron allanamientos en las localidades misioneras de Bernardo Irigoyen, Posadas, en la ciudad salteña de Orán y en la provincia de Buenos Aires, calificados de exitosos, tanto por la detención de los dos comerciantes, como por la enorme cantidad de secuestro, tanto de dispositivos electrónicos, máquinas de contar billetes, una pistola y una escopeta, grandes sumas de dinero, un auto marca Mercedes Benz y dos camionetas Jeep y Ford Raptor.
Los allanamientos se hicieron en las viviendas de los dos nuevos acusados y también en un estudio contable, entre otros inmuebles.
El fiscal señaló que Ostapowicz y Delgado están siendo investigados en otras causas por lavado de activos, en Misiones, Entre Ríos y Buenos Aires.