En su editorial de carnaval en la AM 750, Víctor Hugo Morales reflexiona sobre sobre el poder de los medios, la presión de los grupos de poder, el escándalo de criptomonedas que sacude al presidente Javier Milei y el rol de la oposición.
El editorial completo de Víctor Hugo Morales
Al periodismo de la argentina no le resulto demasiado reveladora la acusación de Javier Milei a Clarín de ser el alma de la corrupción que destruyó al país en 2002 y sembró muerte y desolación.
Quizás estamos un poco a contramano, cuando se puede apreciar que el tema de la inmensa mayoría de los medios, lo más importante fue la comedia infantil de Facundo Manes y la prepotencia barata de Santiago Caputo.
Pero hablando en serio, el pánico que provoca la mafia del medio señalado por Milei, define las características del poder, del periodismo y la moral reinante.
En el extraño mundo que habitamos en el cual Trump oficia de pacificador y Milei es el que desafía a Magnetto, no es fácil hacerse de un lugar que resulte placentero.
El único problema que se plantea la camorra diaria es si les conviene aplastarlo ahora a Milei, teniendo en cuenta que eso lo debilita en la elección, especialmente en la provincia de Buenos Aires.
No hay moral en esa duda, por supuesto. Y hoy van con una promesa vaga de Trump en un titulo impresionante de la tapa. Ya habrá tiempo para la ejecución, pero no quiere la mafia que Milei se les caiga de golpe. Y ya están diciendo que no perdió nada por el tema de la estafa cripto.
O lo echamos y nos quedamos sin nadie, dice Clarin, o posponemos la ejecución.
Carlos Caramello en un articulo cita en deudaprometida.com a un personaje de Hamlet que habla de su estado mental. "Hay método en su locura". Es decir que sabe usarla.
El mundo habla de la criptomoneda $Libra y de las mentiras de Milei. Y Milei dice que fue un problema entre terceros. Él tuiteó porque siempre le gusta, él retuiteo. Los diarios de EEUU, en especial, se hacen un festín con ese personaje que les resulta un Trump en miniatura, igual de trapalón y desequilibrado.
Nos olvidamos ya de Vischi y su voto radicalmente traidor de sí mismo. Se arrabian por lo de Manes que ademas falseó las características de la estúpida actitud del jefe de Milei, pero hay que decirles que mucho peor es que fuesen radicales, el alma de la impunidad parlamentaria que consiguió Milei. Pero tranquilos que a Milei lo investiga una empleada suya.
¿Vale la pena todo esto? Cuando termina cada día, usted y muchos pensamos que no.
Pero empieza la jornada y hay que animarse y caminar hacia otro desencanto. Nos podemos regalar la idea de que hay cierta dignidad en la derrota. Y allá vamos.
La cobardía, enferma. Los silencios cómplices, aturden. Y sin embargo usted maneja hacia el trabajo, hace equilibrio en el bondi, dice buen día con una sonrisa. Sueña con un mundo mejor. Y otros hacemos radio, creyendo que ese mundo también es posible.