Una joven parapléjica ratificó este martes la voluntad de se le aplique la eutanasia, paralizada 'in extremis' en agosto pasado a petición de su padre, y denunció "coacciones" de entornos católicos para que desista.
Noelia, de 24 años, intervino en la vista sobre el caso, celebrada a puerta cerrada en la ciudad de Barcelona y ante la jueza que deberá decidir si avala su deseo, en el primer juicio de ese tipo en España, informaron fuentes jurídicas.
El caso enfrenta al gobierno regional de Cataluña, que defiende la decisión de la comisión de garantía y evaluación (compuesta por personal médico, de enfermería y juristas), que en julio de 2024 autorizó la eutanasia de Noelia (por unanimidad de los 19 miembros), y al padre de la chica, representado por el grupo católico Abogados Cristianos.
La Fiscalía apoyó la petición del padre para que se suspendiera la eutanasia --prevista para el pasado 2 de agosto--, pero todavía no se ha pronunciado sobre si debe autorizarse la muerte asistida de la joven, para lo que dispone de un plazo de cinco días.
Además de la propia Noelia, cuyo interrogatorio solicitó la Fiscalía, declararon en el juicio siete especialistas médicos y forenses, que coincidieron en que la mujer no sufre ninguna alteración mental que merme su capacidad de decidir.
Los testigos contradijeron así la tesis de Abogados Cristianos, que sostiene que la chica, que arrastra graves secuelas y una pérdida total de autonomía a causa de un intento de suicidio en noviembre de 2022, sufre un trastorno límite de la personalidad que le impide decidir sobre su vida.
Noelia reiteró ante la jueza la voluntad de recibir la eutanasia, que lleva ya mucho tiempo esperando, aseguró. Aclaró que nunca ha tenido dudas de su voluntad de poner fin a la vida.
La eutanasia es un derecho reconocido por la ley desde 2021 en España, uno de los pocos países donde es legal. Está regulada como ayuda médica gratuita para morir tras un procedimiento que pueden solicitar los mayores de edad que sufran "una enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante" que afecte a la autonomía y que genere un "sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable".
"Coacciones, cruces y estampitas religiosas"
Durante el interrogatorio, Noelia afirmó haber sido coaccionada para que desistiera de la eutanasia por parte de entornos católicos vinculados al centro de menores en el que pasó gran parte de su vida tutelada.
Personas de ese entorno llegaron a inundar de "estampitas (religiosas), cruces y símbolos religiosos" la habitación del centro sociosanitario donde ahora reside, explicó delante de la magistrada.
Los médicos que declararon en la vista oral, incluido un forense, confirmaron, como ya consta en el expediente administrativo, que la joven cumple con los requisitos exigidos por la ley de eutanasia: un sufrimiento físico y psíquico constante, reiteradamente expresado como intolerable y sin pronóstico de mejora o curación.
Aparte de los supuestos trastornos mentales de la joven, los abogados católicos que representan al padre hicieron referencia a una anotación de semanas antes de la fecha fijada para la eutanasia en la que Noelia parece expresar dudas sobre el deseo de morir.
Consultada sobre esa nota por los responsables del centro sanitario en el que está ingresada, la joven aseguró que no tenía ninguna voluntad de echarse atrás y añadió que no era consciente de escribir ese documento en un estado de lucidez.
No obstante, según los criterios de la comisión de evaluación, se contactó con un notario para que levantara acta de su voluntad de seguir adelante con el proceso de eutanasia.
Finalizada la vista oral, la jueza dio cinco días a las partes para que aporten sus informes de conclusiones y decidirá a continuación si avala la eutanasia. La resolución podrá recurrirse en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.