El último 28 de octubre se celebraron los 40 años de la salida de Never Mind The Bollocks primer y único disco legítimo de Sex Pistols, y una auténtica declaración de principios, por condiciones de aparición, ética y estética, circunstancias que lo encuadraron como uno de los momentos más importantes de la música moderna. Aquellas páginas de oro y pis llevan impreso a lo efímero como imperativo punk, la falta total de pretensiones y un desprecio desnudo por la longevidad. Pero el mundo siguió girando y nada de aquello que el punk denostaba se terminó. El género pudo pervivir de igual manera y hoy Cadena Perpetua, autoproclamada banda de punk rock argentina, no miró hacia arriba sino hacia atrás, y se puso a repasar más de 25 años de carrera.
El cuarto de siglo empezó a festejarse en 2015, con un primer concierto en el Luna Park, y el círculo se cierra ahora, con la presentación del documental No mires al cielo, más un show en el recuperado Estadio Obras junto a los colegas rosarinos de Bulldog. “Es una banda con nuestra misma trayectoria, con la que hemos compartido muchas giras. Creo que es la primera vez que tocan en Obras, pero lo más importante es que nos llevamos bien. Para mí no es lo mismo tocar con cualquier banda”, endulza Hernán “Vala” Valente, guitarrista y cantante. Una vez clausurado ese circuito, el trío se va a mudar a Temperley durante unos días, para registrar su séptimo larga duración de estudio, el primero en ocho años, con un EP, un split junto a Jauría y un disco en vivo en el medio. “Esperamos que sea un disco diferente, que no sea lineal, que las canciones varíen –sigue Vala–. No vamos a escapar, como nunca lo hicimos, de la observación social y personal. Habrá poca poesía, tratamos de ser bien directos y claros. Llegamos bien conscientes, con la música cerrada y algún lugar vacío para letras. Nos gusta lo que estamos haciendo, eso nos da tranquilidad”.
Presentada oficialmente hace tres semanas en el ND Teatro, No mires al cielo es la primera película editada por Cadena Perpetua, un documental que, con imágenes de archivo, entrevistas actuales y material de aquel Luna Park festivo de 2015, pretende ser el espejo retrovisor del espectador durante 129 minutos. Vala define: “Trata sobre una banda que sortea obstáculos con cariño y tiene ganas de hacer cosas. Por eso el título es importante, significa que con convicción las cosas van sucediendo, porque nosotros nunca deseamos llegar a ningún lado, siempre fuimos una banda de amigos que fue logrando cosas, casi sin proponérselo”. El protagonista elige las palabras “coherencia” y “cordura” para definir el ánimo del trío a lo largo de los años, condiciones que posibilitaron capear las crisis y asimilar los instantes de éxito como el grupo de amigos que todavía son: “Había muchas imágenes de cuando éramos chiquitos, así y todo se nos veía responsables, particularmente noté que nos preocupaban las letras de las canciones, tener una base de público que nos permitiera tocar, no vendernos nunca, y que los discos siempre fueran diferentes. Sigo pensando lo mismo quizá 20 años después, y eso me hace sentir bien”.
* Domingo 10/12 a las 18 en Obras, Av. del Libertador 7395, CABA.