Gabin, de 8 años, se pone inquieto unos minutos antes de acostarse, porque ya no puede encontrar su atrapasueños en su habitación. ¿Qué pasaría si las pesadillas llegaran a asaltarlo en ausencia de este pequeño objeto protector?
El atrapasueños, que a menudo se encuentra en tiendas de artesanía o recuerdos, se ofrece regularmente a los niños para ayudarlos a evitar tener malos sueños.
Un aro suspendido adornado con hilos y plumas, la leyenda de los indios norteamericanos, cuenta que el niño está protegido desde la cuna de los espíritus malignos presentes en las pesadillas. Esta red atraparía los malos sueños hasta la primera luz del día y dejaría pasar los buenos sueños para acompañar al niño en su sueño.
La fábula amerindia cuenta que la madre araña, en el origen de la vida, transmitió sus conocimientos a las mujeres del pueblo para que cada niño pudiera tener su propio atrapasueños. No se trata de regalarlo o venderlo porque está especialmente diseñado para un sujeto: el tejido del atrapasueños opera a través de su singularidad.
"El tiempo de un sueño" es el título de la exposición temporal que se presenta en el Musée des Confluences de Lyon hasta el verano de 2025. La nota de prensa anuncia que "el ser humano pasa un tercio de su vida durmiendo y gran parte de este tiempo soñando". Se invita a los visitantes a moverse entre la neurociencia, las artes, las culturas del mundo y el psicoanálisis.
La exposición nos promete un viaje por "etapas para acercarnos a este misterio", una hermosa sala está dedicada a los atrapasueños. Pero, ¿cuál es este misterio? Para Lacan, "lo real, [...] es el misterio del cuerpo hablante, es el misterio del inconsciente."
Para el psicoanálisis, los sueños y las pesadillas son del orden de lo íntimo, intrínsecos al sujeto, y dan testimonio de la marca de la lengua en su cuerpo. El atrapasueños, con sus mallas tejidas alrededor de un agujero, tiene puntos de convergencia en su representación con el lenguaje en la medida en que "sólo es concebible como una red, una red sobre la totalidad de las cosas, sobre la totalidad de lo real".
Pero los sueños y las pesadillas no se distinguen por ser atrapados o rechazados en una nasa que estaría al servicio del sujeto. La nasa es el sujeto mismo en la medida en que no sólo está representado por un significante en relación con otro significante, sino que es él mismo este movimiento de apertura y cierre.
El primer capítulo del Seminario X titulado "La angustia en la red de los significantes" hace que "el significante brille" según la expresión de J.-A. Miller: "es una red -figura esta palabra– que parece hecho para atrapar el pez de la angustia, si se me permite decirlo así".
Y continúa: "Al principio se trenza una red, pero a lo largo del Seminario se revela cómo esta red de significantes es golpeada, como el mismo nivel especular, por una cierta impotencia".
El psicoanálisis, en cambio, considera al soñador como aquel que lleva dentro de su ser todos los colores de la pulsión. ¿Deberíamos elegir la palabra correcta entre atrapasueños o atrapapesadillas? ¡Nada es menos cierto! Depende de cada persona usarlo o no, dependiendo de lo que haya que atrapar. El desafío de la práctica analítica es enfatizar los sueños y las pesadillas en la medida en que ya son una interpretación singular del sujeto.
*Sueños y fantasmas en la infancia. Psicoanálisis Lacaniano 2025/02/27.