La toma de la escuela primaria en Alto La Sierra, paraje del municipio de Santa Victoria Este, en el Chaco salteño, donde la tensión entre familias criollos e indígenas viene de arrastre y crece con el correr del tiempo, terminó ayer en una pelea entre mujeres y denuncias de discriminación. 

El enfrentamiento quedó registrado en videos. En uno se aprecia el momento en que una mujer le aplica a otra, que parece indígena por su vestimenta típica de pollera larga, una descarga eléctrica con una picana. Este elemento, tristemente conocido por su uso en el terrorismo estatal en la década del 70, es usado en zonas rurales de cría de ganado para arrear animales. 

En otras fotografías mujeres originarias mostraron un látigo (otro elemento usado para el arreo) con el que dijeron que también fueron golpeadas cuando se manifestaban. 

Denunciaron esta agresión y la de la picana como nuevos actos de discriminación contra las comunidades indígenas que habían iniciado la toma de la escuela en protesta por la designación de una docente a la que responsabilizan de haber proferido dichos de odio y discriminatorios contra las comunidades.

El rechazo a la designación de esta docente fue elevado por nota el lunes último y llegó a conocimiento de las autoridades el martes. Sin embargo, referentes originarios afirmaron que ya antes habían hecho el reclamo.

Por otro lado, la Policía de Salta confirmó ayer que en Alto La Sierra hubo enfrentamientos y se habían recibido denuncias penales en relación a agresiones.

Mientras esto sucedía en el llano del Chaco salteño, a solo 179 metros sobre el nivel del mar, a casi 750 kilómetros y a 3775 metros sobre el nivel del mar, en San Antonio de los Cobres, cabecera del departamento Los Andes, padres y madres volvieron a tomar la escuela primaria. En este caso, por un reclamo que originalmente se hizo a mediados de febrero, en contra de designaciones de docentes que, a entender de la comunidad educativa, son contraproducentes para los alumnos. Ayer sumaron la queja por la falta de condiciones edilicias para iniciar las clases, dado que el agua de las lluvias traspaso techos (incluso con desprendimientos) y paredes.

En ambos casos, las instituciones reciben a niños y niñas que pertenecen a comunidades indígenas, del Pueblo Wichí en las tierras bajas del Chaco salteño y Kolla en las tierras altas de Los Andes.

“Desprecio y racismo”

En Santa Victoria Este la toma es en la Escuela N° 4555, Rosario Vera Peñaloza, de Alto La Sierra. Es un capítulo más de las confrontaciones que vienen dándose entre la mayoritaria población indígena y la minoritaria no indígena, en un territorio que es de uso ancestral de pueblos originarios. 

“Que vaya a un lugar en el que no haya indígenas”, dijo a Salta/12 Justiniano Pérez, uno de los referentes de las comunidades originarias, mientras mostraba una nota fechada el 3 de marzo. En ella piden que se reubique a una docente de la zona recién recibida que fue designada para impartir clases en el nivel primario de la escuela.

La educadora, que integra una familia criolla, es conocida por las comunidades, dado que viven en el mismo pueblo. En la nota enviada a Educación, los referentes indígenas sostuvieron que esta mujer demostró en su vida social un “fuerte desprecio y racismo hacia los pueblos indígenas”, por lo que manifestaron su preocupación porque se desempeñará como docente de la institución a pesar de “conductas inapropiadas” que vieron fuera de la institución y en el ámbito social.

Afirmaron que la docente forma parte de una organización criolla y en distintas oportunidades "ha realizado comentarios llenos de odio, despectivos, hacia los originarios, padres de sus futuros alumnos, comparándolos con animales y utilizando un lenguaje racista”.

En la nota, elevada a diferentes autoridades del Ministerio de Educación de Salta, se indicó que “es fundamental que se tomen medidas inmediatas para su traslado o reubicación" y de esa manera tendrán "la seguridad y garantía de que todos los alumnos indígenas" podrán acceder "a una educación sin racismo y discriminación”.

Recordaron que “el racismo y discriminación causa abandono escolar". Y ratificaron que "existe un nivel alto de racismo y en especial hacia las mujeres", que "son desvalorizadas por su identidad, cultura, vestimenta, rasgos y color de piel”.

Ante cualquier “daño y atropello”, las comunidades afirmaron que harían responsable al Estado provincial. Mientras, advirtieron que “ningún alumno indígena asistirá a clases hasta que se solucione (...) el tema de la docente”.

“La docente fue designada dentro del marco legal que regula las designaciones”, respondió por su parte Patricia Choque, supervisora del Ministerio de Educación en la zona del departamento Rivadavia y que tiene a su cargo la Escuela Peñaloza. Antes de que se conociera de la confrontación ocurrida después del mediodía de ayer, la funcionaria afirmó que las comunidades informaron este martes de la decisión de tomar la escuela. Indicó que la directora de la institución labró ayer un acta en la cual asentó la imposibilidad de ingresar al establecimiento y realizó la denuncia correspondiente.

Choque afirmó que en febrero se intentó dialogar para llegar a un acuerdo, pero “no se pudo porque están muy enfrentados” los sectores, por un lado las familias criollas y por el otro las wichí.

Añadió que ya hay una docente reubicada por las denuncias de discriminación, pero “la situación en este caso es de una docente que recién iniciaría”, quien ingresa como suplente de la titular que fue ascendida como directiva de la institución.

“Oídos sordos a nuestros pedidos”

Por su parte, en la Puna, padres y madres de estudiantes de la Escuela N° 4661 "Carlos Guido Spano", de San Antonio de los Cobres, reiniciaron ayer la toma de la institución que se hizo inicialmente a mediados de febrero.

En este caso rechazan la designación de docentes que están en el final de sus carreras y buscan conseguir cargos en escuelas ubicadas en zonas desfavorables para mejorar su salarios con vista a sus jubilaciones. 

Cristina Cruz, mamá de tres niñas de primaria, aclaró a este diario que no todos los docentes actúan de esta manera. Pero sostuvo que la situación perjudica la educación del alumnado dado que “los chicos solo tienen cuatro días de clases a la semana, y como los docentes no están acostumbrados al clima, piden además carpeta médica”. Además, una vez que se jubilan deben esperar entre 15 y 20 días a quien los reemplace.

Entre los reclamos sumaron el mal estado de la infraestructura. Ayer, pese a los reclamos anteriores, se dieron con la escuela estaba llena de agua a causa de las lluvias. “La señora de la cocina rompió en llanto de ver como la escuelita se cae a pedazos”, dijo Cruz al indicar que si ayer los chicos y chicas no ingresaron a las aulas fue porque “en un acta anterior dejamos escrito que, si no daban respuestas, íbamos a volver a la toma de la escuela”.

Padres y madres también piden que se refuerce el Hogar Escuela de manera que pueda recibir a mayor cantidad de estudiantes. Por las condiciones geográficas, chicos y chicas que residen en parajes más alejados en la montaña, quedan internados en este Hogar Escuela. Pero Cruz afirmó que hoy el Hogar no puede atender la demanda existente en la zona. Dijo que hay solamente entre 15 y 17 albergados, pese a que son muchas las infancias en edad escolar que viven en zonas alejadas. 

Hasta ayer, la única respuesta que tenían por parte de la supervisora a cargo de la zona fue que se elevaría el reclamo por la falta de puesta a punto de la infraestructura escolar al intendente Alberto Carral. Los tutores, en tanto, solicitaron la presencia de la ministra de Educación, Cristina Fiore.