Manuel García-Mansilla lleva una semana en la Corte Suprema, y ya aprendió el arte de la puñalada por la espalda. En su primera decisión en el máximo tribunal, falló en contra de los intereses de Javier Milei –que lo puso a dedo en la cima del Poder Judicial argentino– al negarle la licencia a su consorte de decreto, el juez federal Ariel Lijo, para que se mude de los tribunales de Comodoro Py al Palacio de Justicia de la calle Talcahuano. Lijo respondió que seguirá en su juzgado a la espera de que el Senado decida si le da el aval para convertirse en supremo.
Su jugada desconcertó a Milei, que lo designó a dedo
García-Mansilla se ató a su silla: debutó en la Corte y le negó la licencia a Lijo
Si quiere sumarse ahora al máximo tribunal, el magistrado debería renunciar a su juzgado en Comodoro Py. Lijo ya dejó trascender que piensa esperar el trámite del Senado y aspira a juntar los dos tercios necesarios para asumir el cargo.

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