En el marco dos apagones grandes en sólo un día en Capital Federal y el Conurbano en plena ola de calor, volvió a ponerse sobre el tapete la crítica a los aumentos tarifarios que el gobierno de Javier Milei les concedió a las empresas eléctricas, que no reaccionaron en consecuencia sosteniendo el servicio con mayores inversiones. Más allá de que Argentina atravesó años de boletas de servicios muy bajas y que llevaron al país a la pérdida del autoabastecimiento y una sequía de dólares por importaciones excesivas, en el Gobierno de Javier Milei se dieron saltos muy fuertes en los valores, cargando la mayor parte del peso de los incrementos en los sectores menos pudientes. De hecho, los aumentos porcentuales de esos segmentos hasta triplican las subas de los sectores de mayores ingresos.
Además, esas familias usan un mayor porcentaje de sus ingresos para cubrir tarifas que los más ricos. Todo esto en un esquema de transferencia de ingresos a los sectores empresarios, que recompusieron rentabilidad vía tarifas y siguen prestando un servicio deficiente y con bajo nivel de inversiones. En las últimas horas, de hecho, el propio gobierno de Milei dispuso una investigación pericial para saber si los cortes de Edesur fueron por sabotajes o por falta de obras.
Yendo a los datos concretos de tarifas, las cifras surgen de un trabajo del Instituto Argentina Grande -que agrupa a técnicos liderados por el ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis- al que accedió Página I12 y que se basa en números del INDEC para relevar una situación compleja. En los papeles, desde que Milei es Presidente, las tarifas que pagan los N1, el segmento de altos ingresos, subieron un 97 por ciento; mientras que las que pagan los N2 y N3, bajos y medios ingresos, aumentaron 235 por ciento y 459 por ciento, respectivamente. Es así que, según el informe, "los hogares de ingresos medios están pagando casi lo mismo que los hogares de ingresos altos".
El dato de la gestión Milei contrasta, además, con lo que venía pasando antes de su llegada al poder. El informe del IAG reportó que desde que se inició la segmentación tarifaria, en septiembre del año 2022, las facturas que pagaban las personas de ingresos altos, N1, subieron más que las del resto de los segmentos. La referencia es "para un 38 por ciento en términos reales"; mientras que en los otros dos segmentos cayeron, en promedio, un 36 por ciento". Es decir, el camino inverso al actual, donde los que sostienen los tarifazos son los sectores medios y bajos.
El sueldo se va en servicios
El mayor problema de los tarifazos en la era Milei es, además, que llegaron todos juntos, primero muy fuerte y luego sostenido de manera permanente, casi mensual. Esto detonó el bolsillo de los hogares, que ya estaban afrontando niveles de Alimentos muy altos, producto de la devaluación del gobierno de diciembre del 2023. El resultado, niveles de consumo básico muy bajos, aún con una inflación desacelerando.
El trabajo del IAG también va en este sentido. El dato más fuerte aquí es que si se toman usuarios del AMBA con consumos de 350 kilovatios (hasta 250 hay subsidios del Estado) y se mide el peso relativo de una boleta de luz sobre una remuneración mediana del sector privado, es decir, el salario que mide el Ministerio de Trabajo, se cruzan las curvas de altos y medios ingresos. El informe muestra que el peso de la tarifa de luz en el N3 (sectores medios) en febrero del 2023 era del 1,7 por ciento y enero del 2025 fue de 4,8. En el caso de los más ricos, el usuario N2, el peso en febrero del 2023 era de cerca de 3 por ciento y hoy es de 4,9 por ciento.
En el caso de los N2, los de ingresos más bajos, en febrero del 2023 el peso sobre el salario era de algo más del 1 por ciento, pasando a ser, en enero del 2025, del 2,3 por ciento. El informe en cuestión también muestra otros aspectos interesantes: por ejemplo, si se mide el peso relativo de las boletas de luz sobre el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en noviembre del 2023 era de 2,6 por ciento y hoy es de 10 por ciento.
Lo interesante aquí es que se trata del peso de un solo servicio, la luz. Si a este esquema se le cargan el resto de los servicios y tarifas, se explica por qué las familias siguen asegurando que no llegan a fin de mes. Todos los servicios subieron entre 3 y 4 veces más que la inflación general en la era Milei. En el caso de la energía eléctrica, el aumento general que dispuso el Gobierno en lo que va de su gestión es del 400 por ciento.