Atravesada por el mundo de la gastronomía, por la relación con los alimentos, los recuerdos de la infancia y con la presencia de un crimen sin misterio en su comienzo, Lucía en la puerta vaivén, de la escritora rosarina Veronica Laurino se presenta esta tarde en la ciudad de Buenos Aires. Será a las 18, en la Casa de la Lectura (Lavalleja 924), donde la autora estará acompañada por Florencia Walfisch y la actriz Lucía Grosso leerá algunos textos de esta novela publicada en 2023 por la Editorial de la Universidad Nacional de Rosario.
Lucía trabaja en una cocina. Y la novela empieza en un momento bisagra en su vida. La joven ve alterado su mundo cuando entra a la cocina y encuentra que Gastón, su maestro y amigo, acaba de asesinar a Braulio, el dueño del restaurante en el que ambos trabajan.
La novela se lee como si fuera un susurro amoroso. "En realidad yo quería hablar del mundo de las cocinas pero había que poner un conflicto, y en realidad el conflicto está resuelto, nace como un conflicto ya resuelto, si bien hay un crimen, desde los primeros capítulos sabemos quién fue el asesino y casi que también los motivos", dice Laurino sobre su novela.
El vaivén de la puerta puede leerse también en relación a los sentimientos de la protagonista, que se encuentra con que la persona que la protegió, le abrió una puerta a la vida laboral, es capaz de hacer algo horrible. "Cuando pensé a escribir la novela, la idea inicial era que cualquier persona es capaz de matar", plantea la autora y en el devenir de su novela, Lucía desconoce a su amigo, porque "no pensó que podía llegar a matar a alguien".
Los temas desbordan como plantas bien cuidadas en la trama. Es preponderante la interrogación sobre la naturaleza y los alimentos que en un pueblo -la Lucía del título es oriunda de Arroyo Seco, cerca de Rosario- están a la mano, pero en la ciudad quedan subsumidos en el supermercado.
"Estoy muy vinculada al tema de la naturaleza, y me interesa el tema de las plantas, y también la relación que tenemos con los alimentos, porque hay gente que no sabe que la zanahoria está enterrada, que es una raíz, cree que se compra en el supermercado y que ignora dónde se cultiva", sigue Laurino sobre uno de los ejes de su novela, que fue presentada el año pasado en Rosario.
De perfil bajísimo, lejos de las redes sociales, Verónica Laurino es una escritora prolífica. Nació en Rosario en 1967 y se niega a contar con un teléfono celular. Trabaja como bibliotecaria en la Biblioteca Argentina Juan Álvarez, un orgullo de la ciudad.
La novela Breves Fragmentos ganó el Concurso del Concejo Municipal y se publicó en 2007. El libro de poesía 25 malestares y algunos placeres se publicó en Ciudad Gótica en 2006. En 2007 publicó por Vox el libro de poesía Ruta 11 y en coautoría con Carlos Descarga Comida china por Alción.
La novela juvenil Vergüenza, escrita junto a Tomás Boasso, se publicó en Sigmar en 2011. En 2013, Erizo publicó la novela Jardines del Infierno. En 2014 sale Sanguíneo escrito junto con Fernando Marquínez (Baltasara) y en 2016 se publica el libro para infancias Paren de pisar a ese gato (Libros Silvestres).
En 2019 salió la novela Alimañas en la casa nueva, otro libro infantil, éste de cuentos, Mula (Ciudad gótica) y El círculo naranja (Editorial Mburucuyá). También escribió Superherúa, una encantadora historia destinada a niñxs.
Para Lucía en la puerta vaivén leyó "algunos libros específicos, porque hay mucha escritura sobre las cocinas".
El epígrafe es de Anthony Bourdain. "Es un cocinero que me interesaba mucho porque tiene una visión de las cocinas nada romántica, que es realista y hasta cruel", y también es importante una cita de Leonardo Da Vinci. "Leí muchas cosas, el más citado es el de Leonardo, porque fue un inventor de las cocinas".
Laurino es una gran lectora, pero administra ese caudal sin jactancia para escribir. "No soy de la gente que acopia información para saturar el tema. A las citas, si son por pedantería, prefiero no usarlas, pero también, en un libro una tiene innumerables influencias de las lecturas que hizo en su vida. Las tiene incorporadas. Sería ingenuo pensar que se escribe desde la nada", dice Laurino, quien considera que una autora como Margarite Duras es una influencia "en cualquier cosa" que ella escribe. "Su mundo me atrapó y lo tengo incorporado".