Según un estudio que recopila datos de casi 80 mil varones a lo largo de 50 años, una mejor calidad de semen se asocia con más esperanza de vida. De acuerdo al trabajo realizado por un equipo de investigadores de Hospital Universitario de Copenhague-Rigshospitalet (Dinamarca), quienes tienen un mayor número de espermatozoides móviles viven casi tres años más en comparación a quienes no los poseen. En efecto, la calidad seminal, lejos de solo constituir un indicador de la vida reproductiva, también podría funcionar como un indicio de longevidad en las personas.
El trabajo, publicado en la revista Human Reproduction, incluyó el análisis de los datos pertenecientes a 78.284 hombres a lo largo de medio siglo. Se trata de información colectada en el laboratorio público de análisis de semen de la capital danesa, entre 1965 y 2015. Como se trató de hombres que acudieron a esta institución por consultas ante probables problemas de infertilidad, la muestra resultó representativa al recopilar diferentes valores de calidad seminal. Esto es, la muestra incorporó ejemplos que demostraban valores óptimos, así como también, incluyó referencias que exhibían una ausencia total de espermatozoides.
Así, luego de un examen exhaustivo, pudieron estimar que los de mejor semen (es decir, aquellos que tenían más de 120 millones de espermatozoides móviles) vivían en promedio 2.7 años más que sus pares con una calidad inferior (esto es, los que en el recuento total no superaban los 5 millones). Algo así como: dime cómo es tu semen y te diré cuánto vives.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores daneses se enfocaron en características como la concentración de los espermatozoides, su forma y la movilidad que tenían. Esta información fue puesta en relación con los registros estatales del país, que ofrecieron datos vinculados a si esas personas estaban vivas o si estaban muertas. En este último caso, también consiguieron arribar a las causas de su defunción. Se supo, en este sentido, que un 11 por ciento de la muestra (8.600 personas) había muerto durante los 50 años que constituyó el lapso de análisis.
Asimismo, el trabajo distinguió entre aquellos que no tenían espermatozoides por una obstrucción en su aparato reproductivo, o bien, por otras razones. La asociación entre mejor semen y más calidad de vida estableció un vínculo notable, más allá de otros aspectos que suelen ser relevantes y se descartaron como las enfermedades previas y los hábitos de vida de los participantes.
Un aporte para quebrar el tabú
A diferencia de las mujeres que tienen la rutina de ir al ginecólogo y suelen controlar su salud reproductiva con mayor disciplina, no ocurre lo mismo con los hombres. Los andrólogos son los profesionales que estudian, exploran e investigan las funciones hormonales, sexuales y reproductivas masculinas. Desde trastornos reproductivos a infertilidad y vasectomías, pasando como temas convocantes como erección, eyaculación y orgasmos, existe un amplísimo abanico de consultas que pueden realizarse.
Este trabajo difundido por el equipo danés se proyecta como una nueva contribución en el marco de la salud sexual reproductiva de los hombres. Cuando consultan a un andrólogo, por lo general, se les solicita un espermograma, es decir, un análisis de semen. A partir de una muestra en condiciones específicas (recolectada al poco tiempo de la eyaculación, luego de días de abstinencia) se evalúa la cantidad y la calidad de los espermatozoides. Los profesionales solicitan esa información porque al interpretar los resultados, estos podrían repercutir, por ejemplo, en las chances de embarazo. Para tener referencia, a diferencia de otros animales, un humano fértil tiene entre el 5 y el 10 por ciento de los espermatozoides ‘normales’. Con ese margen pequeño se logran reproducir y construir familias.
Obtener más y mejores datos sobre el semen, a mediano plazo, podría ser una pista para estimar afecciones que las personas podrían desarrollar en el futuro. Las evaluaciones de fertilidad, bajo esta premisa, podrían usarse como indicios para prevenir enfermedades; más si se tiene en cuenta que los hombres que suelen realizarse exámenes como los espermogramas habitualmente son jóvenes.
Por el momento, sin embargo, del estudio no se desprende que una mala calidad de semen se asocie directamente a cáncer, enfermedades cardiovasculares o lo que fuera. De aquí la magia de la ciencia: en tanto campo abierto y en constante transformación, siempre debe complementarse con aportes futuros.