El Tribunal Oral Federal N° 1 de Salta condenó a dos hombres a penas de 7 años de prisión, mientras que a un tercero le impuso 3 años de prisión efectiva, en calidad de cabecillas de una organización que transportó 44 kilos de cocaína en el tanque de combustible de un camión Mercedes Benz, cuyo decomiso fue ordenado en la misma sentencia.

Integrado por Marcelo Juárez Almaraz, Federico Díaz y Marta Liliana Snopek, el Tribunal impuso la pena más alta para Felipe Reynaldo Quispe y Alberto Abel Liquitay, a quienes consideró "coautores de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes", mientras que a Faustino Irineo Urzagaste lo condenó por el mismo delito como partícipe secundario y le fijó la pena menor de prisión.

Esa sentencia, dictada el 27 de febrero, fue el epílogo de anteriores condenas por el mismo delito a otros cinco hombres dictadas en la etapa previa a la realización del juicio oral, mediante procesos abreviados homologados por el juez federal de Garantías N° 1 de Salta, Julio Bavio. Los cinco acusados haber participado del transporte de los 44 kilos de cocaína. 

De esta manera, el 10 de septiembre de 2024 fue condenado a 4 años de prisión Daniel Fabián Suárez. El 30 de septiembre Néstor Sebastián Figueroa fue condenado a 5 años y 11 meses de prisión, mientras que Pablo Exequiel Torres y Fredy Sabino Rodríguez fueron condenados a 3 años de prisión condicional como partícipes secundarios. Finalmente, el 30 de diciembre fue condenado Julio César Amador, a 5 años y 11 meses de prisión.

Otros dos implicados en la operación, Luis Roberto Nieves y Gustavo Ariel Quispe, hijo de Felipe, fueron declarados prófugos y se ordenó su captura nacional e internacional.

La investigación, detención e imputación de los acusados, como la litigación en juicio, fue llevada adelante por el fiscal general Eduardo Villalba y el auxiliar Jorge Viltes Monier, en representación de la PROCUNAR NOA.

En el debate la fiscalía expuso que el caso surgió de otra investigación de la Gendarmería Nacional, que derivó en la detención en el sur de Salta de cuatro personas el 22 de marzo del 2023, cuando transportaban poco más de 10 kilos de cocaína de Orán a Tucumán.

La fiscalía detalló que con la información extraída de los teléfonos secuestrados y tareas de inteligencia criminal, se pudo establecer que Felipe Quispe tenía nexo con esta banda, como proveedor de la droga. Así se avanzó en la investigación de la organización liderada por Quispe, que se presentaba como vendedor de áridos. 

Los fiscales describieron que se estableció que los acusados operaban bajo una específica distribución de roles. La droga provenía de Bolivia a través de mochileros que cruzaban por pasos ilegales a la altura de la localidad jujeña de La Quiaca y que seguían con la carga a través de la Puna hasta llegar a San Salvador de Jujuy, donde la cocaína era acondicionada en vehículos con “doble fondo” y luego era trasladada a la ciudad de Salta, como escala previa de otros destinos del país.

El 4 de enero de 2024 la banda fue desarticulada cuando llevaba a cabo un transporte de 44 kilos de cocaína oculta en el tanque de combustible de un camión Mercedes Benz, que fue interceptado en la ruta provincial 66, a la altura de la finca El Pongo, en Jujuy.

En cuanto a los roles, la fiscalía detalló que Nieves, Quispe y su hijo participaron en la adquisición de la droga y el camión y también intervinieron en la coordinación y la provisión de recursos, en las distintas fases de la operación, con colaboración de Rodríguez, medio hermano de Quispe.

Por otra parte, Urzagaste fue el encargado de conseguir al transportista, que para este este caso fue Figueroa, quien estuvo acompañado por Torres. Luego, Rodríguez y Amador trasladaron la droga hasta un taller ubicado en la calle Cuba de la ciudad de San Salvador de Jujuy, propiedad de Liquitay, quien junto a Suárez acondicionó la cocaína en un doble fondo fabricado en el tanque de combustible.

La fiscalía reconstruyó que en un primer tramo Gustavo Quispe condujo el camión cargado con la droga hasta la casa de Rodríguez, donde lo esperó Nieves junto a Figueroa y Torres, quienes asumieron la conducción hasta que fueron detenidos en la ruta 66. Gustavo Quispe y Nieves, en tanto, iban por delante en un automóvil Fiat Siena cumpliendo la función de “coche puntero” para alertar sobre los puestos de control de las fuerzas de seguridad. Ese 4 de enero ambos pasaron y no se dieron cuenta de la detención posterior del camión, cuando lo advirtieron, regresaron al taller de Liquitay y huyeron al norte de Jujuy. Hasta el momento no pudieron ser detenidos.

La fiscalía sostuvo que Liquitay, Felipe Quispe y Urzagaste tenían una posición superior al resto de los acusados. El auxiliar fiscal Viltes Monier ratificó el rol de Quispe, de 66 años, como coordinador, tanto en la adquisición e ingreso de la droga, como en las otras etapas del delito. Afirmó que el acusado cumplió un papel relevante en la obtención del camión, que aprobó la elección del transportista y que estuvo encima en cada aspecto de la operación.

En cuanto a Liquitay, la fiscalía sostuvo que intervino en la puesta a punto del camión, en especial en el acondicionamiento del lugar en donde se iba a ocultar la droga. Y agregó que Urzagaste estaba un poco más abajo en la jerarquía, y su aporte estuvo en elegir a un transportista que no tuviera vínculos con los otros implicados ni fuera de la zona, como lo fue Figueroa junto a Torres, ambos oriundos de Salvador Mazza.