Pese a la catarata de críticas que recibió, el Gobierno aseguró que no dará marcha atrás con la designación por decreto, y en comisión por un año, de Manuel García-Mansilla en la Corte Suprema. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, remarcó que el nuevo integrante del máximo tribunal continuará en ese cargo hasta el 30 de noviembre, incluso si la Cámara de Senadores llegara a rechazar su pliego. “El nombramiento en comisión es una facultad que tiene el Poder Ejecutivo”, expresó Francos. Además, indicó que "no hay plan B" si no asume el juez Ariel Lijo.
El funcionario señaló, en declaraciones a la AM 750, que las designaciones tanto de García Mansilla como de Ariel Lijo --quien aún no juró-- se apegan a la Constitución Nacional y que el rechazo de sus pliegos en el Congreso no implicaría que deban abandonar sus puestos. “Hasta el 30 de noviembre están uno ya en su cargo y el otro puede estarlo en función de esto. Es una designación que hizo el Poder Ejecutivo de acuerdo a la Constitución. En caso de que se rechace, el magistrado sigue en funciones hasta el 30 de noviembre, pero sus funciones son legítimas”, insistió.
La advertencia de Franco se da en medio de las negociaciones que llevan adelante los bloques opositores para rechazar los pliegos en el Congreso de la Nación. Unión por la Patria, el radicalismo disidente e, incluso, legisladores del PRO podrían sumar sus firmas para llevar adelante una sesión especial la próxima semana y discutir el tema en el recinto.
En la Comisión de Acuerdos de la Cámara alta hay dos dictámenes que se oponen a la nominación de García-Mansilla. En principio, ya cosecharon el respaldo de ocho senadores que están en contra de la designación del juez. El número que requiere la oposición es nueve, por lo tanto, está muy cerca de lograr el objetivo.
El jefe de Gabinete también se refirió a la situación particular de Ariel Lijo, a quien la Corte Suprema le negó el pedido de licencia extraordinaria en su cargo en Comodoro Py. “No tenemos un plan B para Lijo. Si la Corte no le toma juramento es una decisión de la Corte, el Gobierno no puede hacer nada”, señaló.
Tanto Horacio Rosatti, Carlos Rosenkratz, Ricardo Lorenzetti como García-Mansilla decidieron no otorgarle la licencia a Lijo, quien dejó trascender que no renunciará a su puesto en el tribunal federal y espera la aprobación de su pliego en el Senado. Sólo Ricardo Lorenzetti votó a favor.
Tras la llamativa resolución de los cortesanos, Francos calificó de “destacable” la postura que adoptó García-Mansilla en contra de Lijo. “Demuestra que es un juez totalmente independiente. A mí me parece destacable. No me sorprendió ni me tiene que sorprender. El juez, una vez que asume en la Corte, expresa su posición desde el punto de vista jurídico y de acuerdo a la Constitución”, completó.