Seis actrices presentaron una demanda colectiva contra el productor de cine Harvey Weinstein por el delito de abuso sexual, a la vez que acusaron a los directivos de sus dos estudios (Miramax y Weinstein Company) de conformar una organización para que esos casos no salgan a la luz. “Weinstein es un predador. (Su hermano) Bob lo sabía. Su consejo de administración lo sabía. Sus abogados lo sabían. Hollywood lo sabía. Lo sabíamos. Ahora el mundo lo sabe”, indicaron. La denuncia, presentada en un tribunal de Nueva York, pretende sumar a “las cientos de mujeres” que sufrieron abusos, violaciones y otras agresiones sexuales por parte del productor cinematográfico. Por otro lado, el fotógrafo de moda Bruce Weber, que participo en varias campañas de Vogue, Ralph Lauren y otras marcas internacionales, fue denunciado por haber abusado sexualmente a dos modelos masculinos.
El mismo día que la revista Time eligió como “persona del año” a las “rompedoras del silencio”, aquellas mujeres que denunciaron públicamente la violencia machista en distintos espacios de poder en Estados Unidos, las actrices Louisette Geiss, Katherine Kendall, Zoe Brock, Sarah Ann Masse, Melissa Sagemiller y Nannette Klatt pusieron su firma para iniciar una demanda colectiva contra Weinstein, el (ya no) todopoderoso de la industria cinematográfica norteamericana. “Somos seis mujeres, pero representamos a cientos que fueron acosadas o abusadas sexualmente por el señor Weinstein”, afirmaron, en referencia al sin fin de acusaciones contra el productor que se reprodujeron en los últimos meses. En la demanda, las actrices contaron que fueron “asaltadas, retenidas en habitaciones de hotel, en aviones y en sus casas y enfrentaron la amenaza de que sus carreras terminaran si rechazaban sus propuestas sexuales no deseadas”.
Pero la denuncia colectiva, que presentó el estudio legal Hagens Berman en Nueva York, no apuntó sólo a Weinstein sino que fue más allá: para las seis demandantes, las dos compañías del productor (Miramax y Weinstein Company) y sus distintos ejecutivos crearon la “Empresa Sexual Weinstein”, una organización encargada a tapar los abusos de este hombre multi galardonado en los premios Oscars. Todos fueron denunciados por los delitos de “crimen organizado, agresiones y soborno de testigos”. “La Weinstein Sexual Enterprise tenía muchos participantes y fue creciendo a medida que la conducta de Weinstein era más difícil de ocultar”, señalaron las actrices en un comunicado.
“El 2017 no pareció ser particularmente auspicioso para las mujeres”. Así comenzó el editorial anual de la revista Time, al hacer mención del habitual menosprecio del presidente de Estados, Donald Trump, para combatir la violencia de género. Por eso, la decisión de elegir en la tapa a cinco “rompedoras de silencio” fue, justamente, para remarcar este quiebre social que desarticula estructuras machistas en distintos espacios de poder. “Ashley Judd, Susan Fowler, Adama Iwu, Taylor Swift e Isabel Pascual, Todas ellas son inspiradoras del movimiento #MeToo (“yo también”), que propaló millones de denuncias de abusos en las redes sociales en, al menos, 85 países y desataron uno de los cambios de mayor velocidad en nuestra cultura”, agregó el editor de Time, Edward Felsenthal.
Por su parte, el actor Dustin Hoffman fue cuestionado en un reconocido programa de televisión estadounidense, luego de ser acusado por la escritora Anna Graham Hunter por acoso sexual. El presentador John Oliver, que conduce el ciclo Last Week Tonight, le reprochó haber minimizado la situación. Hoffman volvió a decir que no creía haber hecho “nada malo” (Graham denunció que el actor le había realizado propuestas sexuales) y que los comentarios eran los típicos de un set de grabación. “Esas respuestas son exactamente el tipo de reacción que molesta”, contestó Oliver.
El mundo de la moda no es ajeno a este quiebre social. “El acoso sexual a los modelos es una epidemia”, afirmó la abogada Lisa Bloom en una conferencia de prensa que brindó junto a dos modelos que denunciaron haber sido abusados sexualmente por el reconocido fotógrafo Weber. Las dos víctimas contaron que el retratista, de 71 años, se aprovechó de su posición y, en distintas sesiones de fotos, los abusó. La industria del modelaje es responsable de la explotación de sus modelos”, agregó Bloom.