“La exportación de hacienda en pie puede reducir la oferta de carne y productos lácteos en el mercado interno, lo que puede llevar a un aumento de los precios”, asegura Ernesto Ramírez, dueño de Frigomayo, el frigorífico de 25 de Mayo.
“A la industria le interesa generar valor agregado con mas producción, esta es una desregulación para que los productores puedan exportar, no para la capacidad instalada del consumo interno”, sostiene Gustavo Marcos, titular de la Cámara de la Industria Cárnica (CAINCA), que representa a más de cuarenta frigoríficos bonaerenses. Entre ellos, Frigomayo.
Gabriel Vallejos, presidente de la Federación de Sindicatos de la Carne, remarca que el decreto firmado por Javier Milei es “lamentable y penoso”. “Es una demostración más de insensibilidad con los trabajadores, porque si los ganaderos y la Sociedad Rural ven que esto es productivo, habrá menos manos de obra”, explica.
Y Javier Rodríguez, ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, lugar que acapara el 50 por ciento de la faena nacional, advierte que la medida “atrasa 120 años”. “Es un símbolo de este modelo de desindustrialización que promueve Milei y no favorece en nada a sectores productivos, ni al agro ni la industria”, agrega.
Todos conversan con Buenos Aires/12 acerca del reciente decreto 133/25 que elimina la prohibición de exportar ganado en pie. Es decir, quita el eslabón productivo de la cadena cárnica, sacando a los frigoríficos de la ecuación y llevando la hacienda desde el campo al exterior. Ninguna de las voces arroja buenos augurios.
El análisis contextual realizado por estos actores del sector es el mismo y no ven en la medida un disparador positivo. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, 2024 fue el peor año de consumo de carne vacuna por persona en el país de los últimos 100 años.
Sobre este punto, el ministro Rodríguez también detalla que el nivel de faena cayó fuertemente en 2024 y continuó descendiendo en enero del 2025. Fueron 586.666 cabezas en este último enero, contra 623.458 en diciembre, según los datos de CAINCA.
Y la situación de los precios, que se desprende del mismo informe elaborado por la cámara que aglutina frigoríficos, muestra un acelerado aumento en el último tiempo. A modo de ejemplo, el vacío, un corte tradicional para la parrilla, aumentó 150 por ciento a lo largo del año pasado, de 7 mil pesos el kilo a más de 17 mil.
Así, para la mayoría de los consultados, la medida no favorece ni impulsa un escenario que tiene un derrumbe de consumo de carne, un crecimiento en sus precios y un escenario exportador poco empático con Argentina.
Un escenario que, además, ya se está mostrando signos que superan la línea de la preocupación. Como bien contó este medio, el Frigorífico Regional Las Heras no paga sus sueldos desde noviembre. Sus 200 empleados tomaron las instalaciones de la planta y aún esperan una respuesta de parte de los dueños luego del desplome en las ventas y la merma en la rentabilidad de las exportaciones.
El por qué de la medida
“No es más que una medida basada en la ideologización del gobierno nacional que quiere volver a la etapa agroexportadora, pero con el agravante de que para el mundo somos caros por el atraso del dólar”, explica Rodríguez ante la consulta sobre la motivación de llevar esta desregulación.
Para Federico Sturzenegger, encargado de motorizar este tipo de decretos, la derogación del decreto 322/1973 tiene su valor en que “la exportación de ganado en pie vivo es un mercado activo e importante en el mundo” y porque “la mayoría de los países ganaderos lo permiten (92 países exportan ganado en pie)”. Entre ellos, cita a Australia, Canadá o Francia.
Pero para otros, como la agrupación Bases Federadas, “lejos de un proyecto de país con valor agregado y con industrias trabajando a tope, regalamos el negocio de la faena y todos sus subproductos a otros países”.
Desde el punto de vista de la organización que aglutina a pequeños y medianos productores de todo el país, “el gobierno nacional pone el foco en beneficiar a un pequeño sector intermediario y parasitario del sector productivo”. En este eje, el ministro Rodríguez encuentra un punto en común y señala que esta decisión de Javier Milei y Luis Caputo “apunta a un negocio o nicho en particular y no con la magnitud que tiene esta cadena en Argentina”.
“Una vez desde Bases Federadas, nos ponemos en la vereda de enfrente de este modelo primarizador, que propone el vaciamiento de las pymes y la desaparición de productores”, apuntaron desde la agrupación.
La contracara provincial
Rodríguez asegura que la frase que los dueños de los frigoríficos "no entienden qué es lo que busca el gobierno nacional”. Para el ministro, la Casa Rosada “no dialoga” y, por ende, lleva adelante “medidas absolutamente inconsultas”.
“Pocos países compran ganado en pie, por eso no es un negocio importante y, además, hay temas sanitarios complejos porque hay mayor riesgo cuando se exporta ganado en pie”, remarca el titular de la cartera agraria bonaerense cuestionando las afirmaciones del ministro de Desregulación libertario.
Uno de los casos que tomaron relevancia sobre este aspecto se dio el año pasado. Más de 1.600 terneros fueron sacrificados en España luego de que un barco que transportaba los animales hacia países árabes fue rechazado y navegó por el Mar Mediterráneo más de tres meses a la deriva.
Por estas razones, y otras vinculadas al “cuidado animal”, países como Nueva Zelanda anunciaron un proceso para abandonar la venta de ganado en pie y fortalecer su industrialización.
En la provincia de Buenos Aires, la contracara está puesta en el plan de desarrollo de nuevas plantas frigoríficas municipales o regionales que tiene por objetivo, principalmente, la reducción del costo en la logística del mercado de la carne.
“Tenemos municipios con una importante producción primaria donde no hay industrialización y se da el absurdo de que el productor tiene que gastar dinero en un flete para llevar a faenar los animales a 80 kilómetros y a veces a 150, entonces los consumidores de la localidad que produce pagan el precio del flete ida y vuelta en el corte”, explica Rodríguez.
Así, entre las recientes actividades del ministerio estuvo la apertura del frigorífico municipal en Coronel Pringles. El distrito gobernado por el vecinalista Lisandro Matzkin, hombre ligado al PRO, es el segundo en importancia en lo que respecta a la ganadería ovina y no contaban con instalaciones para faenar.
En lo que va de la gestión de Kicillof, el Ministerio de Desarrollo Agrario inauguró siete frigoríficos de distinta clase, ya sean ovino, bovinos o porcinos. Son parte de los 18 que se tienen proyectados en el marco del programa Frigoríficos en Marcha que impulsa la cartera encabezada por Rodríguez.
En esta misma línea, Ernesto Ramírez de Frigomayo resalta la importancia de “ofrecer incentivos para fomentar la producción de carne y productos lácteos para el mercado interno, como subsidios o créditos a los productores”.
“Es importante desarrollar la cadena de suministro para garantizar que la producción de carne y productos lácteos sea eficiente y sostenible, así como educar a los consumidores sobre la importancia de apoyar la producción local y sostenible de carne y productos lácteos”, resalta.