La dirigencia de Newell’s anunció para esta semana el inicio del proceso electoral en el club pero aún no convocó a la reunión que va abrir las deliberaciones junto a las agrupaciones opositoras. Si esta semana no se formaliza el llamado a la asamblea extraordinaria se cae toda posibilidad de que la próxima Comisión Directiva puede asumir a tiempo para intervenir en el mercado de pases de invierno para el primer equipo de cara al torneo Clausura.

De promesas inclumpidas el socio e hincha de Newell’s ya está agotado. Pero hay más. El presidente Ignacio Astore está a horas de faltar una vez más a su palabra. Es que el compromiso de que la próxima dirigencia tenga a cargo el libro de pases de invierno, que abrirá los primeros días de junio y finalizará el 10 de julio, se queda sin tiempo. Para que las nuevas autoridades asuman a tiempo de poder gestionar el armado del equipo es perentorio que la directiva rojinegra convoque a la asamblea extraordinaria esta semana para estar en condiciones de realizar la misma a fin de mes. De esta manera a fin junio podría tener lugar las elecciones y la lista que se imponga en las urnas tendrá al menos la primera semana de julio para trabajar sobre el armado del equipo.

Pero Astore quiere una reunión entre las agrupaciones opositoras para definir la fecha de la asamblea que dejará constituida la Junta Electoral. Y hasta ayer la convocatoria a los opositores no se produjo. Más allá de que dicho cónclave no es necesario para fijar fecha a asamblea, en tanto Astore no organice el encuentro con los diferentres sectores políticos no habrá fecha y así se extienden los plazos para renovar autoridades en el marco de una crisis deportiva y económica grave que atraviesa la entidad.

La escasa credibilidad que tiene la palabra del presidente leproso en la institución es asumida por la oposición y con resignación todos los sectores reconocen que el próximo libro de pases quedará bajo responsabilidad de los actuales directivos, quienes hicieron en los útimos tres años pésimos negocios, principalmente en la contratación de fútbolistas, siendo el caso más inexplicable la compra del delantero Juan Ramírez por cuatro millones de dólares a Nacional de Uruguay el año pasado. Este año el punta uruguayo pasó a préstamo a Everton de Chile sin cargo.