Imaginen, si quieren -lo que los historiadores podrían llamar pensamiento contrafactual- un mundo en el que Jesse Plemons, el actor que interpretó al personaje más escalofriante de Breaking Bad, fuera uno de los rostros de la trilogía de secuelas de Star Wars. Si se puede creer en ciertos informes, esto estuvo a punto de suceder. Pero quizá no. "Oh, Dios", dice Plemons, haciendo una mueca. "Fui, hice una audición terrible. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo... eran sólo escenas sin contexto. El director J. J. Abrams fue muy amable, pero yo estaba cayendo en una espiral".

En retrospectiva, probablemente sea bueno que Plemons -entonces en un momento feroz gracias a la repercusión de su papel en Breaking Bad como el violento exterminador de plagas sin empatía convertido en cocinero de metanfetamina Todd- nunca se acercara demasiado a esa galaxia muy, muy lejana. Hay algo en Plemons que resulta demasiado creíble para algo tan extraterrestre como La guerra de las galaxias: una verosimilitud rara y fuera de lo común. Si se lo pusiera en una película de Star Wars, la gente saldría corriendo del cine en mitad de la escena para comprobar que están a salvo, que no hay una Estrella de la Muerte planeando amenazadoramente sobre el horizonte.

Además, la serie de proyectos que siguieron a aquel rechazo, desde éxitos televisivos de prestigio (Fargo) y dramas intimistas (Other People) hasta importantes premios Oscar (El poder del perro; Judas y el Mesías negro), lo convirtieron en uno de los actores de carácter más solicitados del momento. Que se lo pregunten a Steven Spielberg, Martin Scorsese o Yorgos Lanthimos.

Estoy sentado con Plemons en una tarde gris de febrero, en una pequeña habitación de hotel con vistas a las calles del centro de Londres. El actor de 36 años viste con elegancia: abrigo de espiga, camisa vaquera y botas; lleva el pelo largo y peinado hacia atrás. Al principio de su carrera, Plemons fue comparado a menudo con un joven Matt Damon, pero la verdad es que no hay nadie que lo confunda con él. Tiene uno de esos inimitables rostros más grandes que la vida: ojos estrechos y mercuriales, y una amplia y tensa hamaca de sonrisa. Además, parece delgado. De hecho, su cuerpo ha cambiado notablemente en los últimos años. "Es una de las muchas cosas extrañas de este trabajo", dice lentamente.

"Primero engordé para Pacto criminal", explica, en referencia a Black Mass, la película policíaca de 2015 en la que Plemons interpretó al mafioso de la vida real Kevin Weeks frente al Whitey Bulger de Johnny Depp. "Nunca imaginé llegar a interpretar un papel así. Engordar fue una decisión que tomé a esa edad, dada esa oportunidad para ese director... y estaba interpretando a una persona real. No me arrepiento. Pero fue muy fácil engordar y mucho más difícil adelgazar. No sé si volvería a hacerlo, porque me estropeó un poco".

Hace una pausa y continúa. "Sentí que esa decisión que tomé dictaba en cierto modo el tipo de papeles que me pedían que interpretara, y entonces empezó a filtrarse en mi propia identidad... que no era necesariamente la que yo era antes de eso".

Guerra civil.
 

 

A Plemons le costó entrar en el reparto de Guerra civil, el thriller distópico de Alex Garland de 2024: perder peso, ayunar y cambiar de estilo de vida (Sólo aparece en una secuencia, como un soldado empeñado en matar a desconocidos según lo "americanos" que él percibe que son: ser el "tipo de americano" equivocado acarrea la ejecución). "Que me pidieran que interpretara a ese personaje y no poder verlo con mi peso actual... eso me sacó de mis casillas", dice. "Además de tener niños pequeños. Y volví a controlarme. Después de perder peso, aparte de sentirme mejor, siento que he abierto otra puerta a posibles papeles que puedo interpretar."

El amenazador papel secundario de Plemons fue la secuencia más comentada de Guerra Civil. La provocadora historia de Garland sigue a unos periodistas de guerra itinerantes en un futuro cercano imaginado: Estados Unidos se encuentra en el estertor del tercer mandato de un presidente fascista, y la nación, dividida ideológicamente, ha estallado en un violento conflicto. Los paralelismos con los Estados Unidos actuales son numerosos y evidentes. La situación es similar en Día cero, un thriller de seis partes que acaba de estrenarse en Netflix y que aborda una serie de ideas tensas y extraídas de los titulares: un presidente estadounidense con deterioro cognitivo, el estado de vigilancia, conspiracionistas retorcidos y ciberterrorismo.

"Con muchos de los proyectos en los que he estado trabajando últimamente, los paralelismos con la realidad son innegables, dice Plemons. "Pero los actores siempre nos centramos en los personajes, en las relaciones, en los aspectos humanos. Si los demás sacan esas conclusiones, estupendo".

El actor tiene la costumbre de acariciarse la barbilla cuando está pensativo, mostrando el tatuaje descolorido que lleva en la parte interior del dedo. En él se lee "TVZ", que significa Townes Van Zandt, el brillante y problemático cantautor (y también tejano) fallecido en 1997. Van Zandt cantaba sobre inadaptados, misántropos, gente enamorada... es fácil adivinar por qué su música resonó en Plemons, que ha hecho carrera interpretando a hombres poco convencionales.

"La mayoría de la gente no es una sola cosa", dice, pensativo. "Bajo la superficie hay mucho más de lo que nos gustaría pensar, bueno y malo. Cuando leo un guión, me interesa alguien que no se revela de inmediato ni encaja en ninguna categoría. Creo que viene de un lugar de querer entender... y también son simplemente más divertidos".

Fue la oportunidad de interpretar a un personaje como éste lo que impulsó a Plemons a fichar por Día cero. Robert De Niro protagoniza la serie en el papel de George Mullen, un ex presidente que dirige un controvertido grupo de trabajo que amenaza la libertad civil tras un ciberataque masivo. Plemons interpreta a Roger, su antiguo ayudante, que ahora se dedica a arreglar asuntos políticos, con no pocos secretos. "Me encanta Roger, lo escurridizo que es", dice Plemons. "Tiene una cualidad impredecible".

Otro factor que influyó en su decisión de fichar por la serie -aparte del "cautivador" guión- fue la oportunidad de volver a trabajar con la creadora Lesli Linka Glatter (anteriormente trabajó con ella en la miniserie 2023 Love & Death "y me encantó la experiencia"). Plemons ya había trabajado antes con De Niro en las películas policíacas de Martin Scorsese El irlandés y Los asesinos de la luna. "Es una de esas cosas con las que nunca había soñado», dice Plemons. "Es uno de los mejores actores de todos los tiempos. Las pocas escenas que tuve con él en El irlandés, hice todo lo que pude para no asustarme". Con Día cero, al menos, se sintió "un poco más cómodo con la realidad de trabajar con él".

Lo que resulta extrañamente sorprendente de Zero Day es lo normal que parece el personaje de Plemons, tras un año en el que se vieron Guerra civil y Tipos de gentileza. Esta última película, un tríptico negro como el alquitrán del director de La langosta, vio a Plemons (como la mayoría de los demás miembros del reparto) asumir tres papeles diferentes. En el primero interpreta a un hombre cuya vida entera está controlada por su jefe (Willem Dafoe), hasta el más mínimo detalle. En la segunda, es un marido convencido de que su mujer (Emma Stone) ha sido sustituida por una réplica casi idéntica, por lo que la convence para que se mutile. En la tercera interpreta a un miembro de una secta sexual a la caza de una figura mesiánica con poderes sobrenaturales.

Incluso si no ha visto la película, probablemente pueda deducir de lo anterior que no ha sido un éxito de público. Excepto entre los jurados de los festivales, claro: Tipos de gentileza le valió a Plemons el premio al mejor actor en el Festival de Cannes. Para Lanthimos, se trata de un regreso al tipo de surrealismo oscuro y desconcertante que definió sus primeras películas, después de haberse convertido en un improbable favorito de los premios con las poco accesibles La favorita Pobres criaturas.

"No es una película para todo el mundo", dice Plemons, "lo cual es realmente emocionante, que haya gente dispuesta a asumir estos riesgos. No creo que mi abuela la haya visto, y espero que nunca lo haga", agrega, dejando escapar una gran risa.

Es difícil explicar por qué Plemons tiene tanta facilidad para interpretar a bichos raros. Ayuda, por un lado, que su cara es constitucionalmente difícil de leer. Plemons parece tener a su disposición todo un catálogo de estrabismos microscópicamente diferentes, cada uno de los cuales transmite algo completamente nuevo (astucia, sospecha, angustia, vacuidad, ira). Y, sin embargo, fuera de cámara, esta opacidad no resulta en absoluto aterradora.

Tipos de gentileza.
 

 

Aunque Tipos de gentileza se siente sin trabas en su ruptura del tabú, Plemons ha mencionado que una escena fue "un paso demasiado lejos". La secuencia, en la que intervienen el primer personaje de Plemons y su esposa, interpretada por Hong Chau, fue cortada durante el montaje. ¿Qué tenía de malo, pregunto? "No quiero ni decirlo", dice, con un tono de gravedad en su voz. "Un matrimonio..." Se detiene. "Fue una de esas escenas que te ponen enfermo".

Lo bueno del trabajo de Lanthimos, dice, es que "todo el surrealismo, el absurdo y el horror a veces se parecen más a la vida que las cosas superrealistas. Porque la vida es a veces muy extraña, desorientadora y vertiginosa". No es de extrañar que los dos, además de Stone, vayan a colaborar de nuevo en la próxima Bugonia (La sinopsis oficial dice que la película "sigue a dos jóvenes obsesionados con las conspiraciones que secuestran a la alta ejecutiva de una gran empresa, convencidos de que es una alienígena que pretende destruir el planeta Tierra").

A estas alturas, Plemons lleva tres décadas dando tumbos por la industria. Hijo de un bombero y de una profesora de educación especial, Plemons empezó como actor infantil, algo que tiene en común con su mujer, Kirsten Dunst. Ambos se conocieron cuando interpretaban a un matrimonio en la brillante segunda temporada de Fargo (él, un leal y sufrido carnicero; ella, una ama de casa sofocada, caprichosa y causante del caos), pero no empezaron a tener una relación sentimental hasta un tiempo después. Desde que se emparejaron, han aparecido juntos en El poder del perro y Guerra civil, obteniendo ambos sendas nominaciones al Oscar por la primera, y ahora tienen dos hijos.

Ser actor infantil, dice Plemons, "me expuso a una edad tan temprana a tantos tipos diferentes de personas. Si no me hubiera metido en esto tan joven, sigo pensando que me habría atraído. Pero gracias a la decisión de mis padres de llevarme a una audición comercial, aprendí que era posible. Que era posible ganarse la vida haciendo esto".

Breaking Bad.
 

 

Mientras que Dunst alcanzó el estrellato en películas como Mujercitas y Jumanji, Plemons era más bien un actor infantil que trabajaba; dio el salto a la fama a los 18 años, cuando fue elegido para el papel de Landry Clarke, un forastero con fobia a los deportes en una ciudad universitaria obsesionada con el fútbol, en la serie de fútbol americano Friday Night Lights. La serie, que duró cinco temporadas, fue adorada por la crítica, pero relativamente poco vista. Breaking Bad fue una historia diferente: cuando Plemons fichó por la saga de la metanfetamina, estaba a punto de convertirse en todo un fenómeno cultural.

Su personaje, Todd, es uno de los más desagradables del repertorio de Plemons, un lacayo despiadadamente práctico vinculado a los supremacistas blancos. Plemons ha sugerido previamente que el personaje podría estar "en el espectro". "No sé si todavía estoy de acuerdo con eso", dice. "Supongo que en algunos aspectos es útil, en otros es limitante, clasificar a un personaje así. Es obvio que hay algo en él que le impide comprender la gravedad de sus actos".

El hecho de que Plemons haya sido capaz de librarse de Breaking Bad es una prueba de su capacidad de adaptación; Todd es el tipo de personaje memorablemente malvado que puede aferrarse a un actor como una garrapata. "Breaking Bad estaba tan en boga cuando se estrenó", dice Plemons. "Incluso cuando yo empecé a trabajar en ella, ya tenía muchos seguidores. Creo que todavía no lo he vivido del todo... Es probable que algunas personas sigan viéndome -y refiriéndose a mí- como Todd, o cualquiera de los otros apodos con los que se llamaba al personaje".

Se ríe con complicidad. Durante años, Plemons fue perseguido con el sobrenombre de "Meth Damon", una referencia tanto a la droga preferida de Breaking Bad como al mencionado parecido con una estrella de cine). "Es algo extraño conocer a la gente que sólo te conoce como un papel. Te ven como una persona diferente, que ha hecho cosas horribles".

(Imagen: AFP)
 

Nuestro tiempo está a punto de terminar, y estoy pensando, de nuevo, en Star Wars. En la generación de Plemons, es habitual que cualquier joven actor prometedor sea introducido con calzador en el mundo de las superproducciones; parte de la razón por la que la obra de Plemons ha sido tan sólida es que ha evitado en gran medida incursiones en la esfera del cine pochoclero convencional.

Cuando le pregunto si se trata de una estrategia deliberada por su parte, Plemons parece inquietarse ligeramente. "Bueno, hice una película llamada Jungle Cruise; hice una película llamada Battleship", dice, con una sonrisa divertida e inescrutable. "Lo pasé muy bien en ambas películas. Pero... ¿es una decisión consciente? La mayoría de mis decisiones no son conscientes. La mayoría son como: 'Ah, joder, tengo que hacer esto'".

Sea cual sea el origen de esa sensación -su conciencia, su inconsciente, su instinto o una extraña clarividencia-, ya es demasiado tarde para dejar de escuchar.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.