La conducción del interbloque de Cambiemos en Diputados no quiere perder más tiempo y aceleró para la próxima semana el tratamiento del ajuste previsional que ya cuenta con la media sanción del Senado. Es por ello que el presidente del cuerpo, el macrista Emilio Monzó, trabaja para integrar las comisiones parlamentarias que tendrán a su cargo el estudio del proyecto. En ese marco, la CGT decidió ayer recuperar un rol más activo, para frenar quejas internas, y buscará reunirse con los diferentes bloques de la oposición para acercarles su rechazo a la reforma previsional. En la central obrera hay un contenido optimismo ante la posibilidad de frenar la iniciativa que perjudica a los jubilados y pensionados.
Los nuevos diputados ya juraron y desde el domingo estarán en la plenitud de sus funciones. En ese sentido, Monzó deberá conformar las comisiones de Previsión Social y Presupuesto y Hacienda que tendrán a su cargo el análisis del texto normativo. Cambiemos pretende que el martes estas comisiones se reúnan en plenario pero antes cada una tendrá que elegir sus propias autoridades. Una tarea que ya vienen realizando tanto Monzó como Nicolás Massot y Mario Negri, presidentes de los bloques del PRO y la UCR respectivamente.
Este trío tendrá además la tarea de sumar los posibles aliados a los 108 legisladores propios. Los necesitan tanto para habilitar el quórum de la futura sesión como aprobar aprobar el proyecto que le esquilma los haberes a los jubilados. La mirada del oficialismo está puesta en el recientemente creado interbloque Argentina Federal que cuenta con 35 integrantes. Consideran que los diputados que responden a los gobernadores de Tucumán, San Juan, La Rioja, Córdoba y Salta acompañarán el proyecto tal como lo hicieron sus pares del Senado. Los oficialistas saben que entre los viejos integrantes del bloque que responden a Diego Bossio hay un grupo que no comulga con esta iniciativa pero si consiguen 19 votos de esos 35 se darán por satisfechos.
Ahora bien, con este tipo de proyectos que tienen un efecto negativo de manera inmediata en la población no suele ser tan fácil sumar votos. Es por ello que tanto desde el Frente para la Victoria como de otros bloques opositores comenzaron la tarea de ablande de estos legisladores que en principio acatarán lo que les ordenen sus gobernadores. A este esquema, aunque no de manera coordinada, se sumará la CGT.
Ayer, durante la reunión de mesa chica, los cegetistas evaluaron la coyuntura política y decidieron elaborar lo que podría considerarse como “un mini plan de acción” de cortísimo plazo con el objetivo de frenar la reforma previsional pero también la fiscal. De todas formas postergaron para el lunes la decisión de cómo se implementará porque entienden que en las próximas horas pueden producirse algunas novedades judiciales con alguno de los integrantes de la familia Moyano.
Los sindicalistas también coincidieron en no limitar el diálogo con los diputados en el tema previsional sino avanzar en el fiscal porque aseguran que los gobernadores acordaron con el Gobierno en pos de mejorar la coparticipación “la aplicación desmedida del impuesto a las ganancias que sufren y sufrirán los trabajadores a partir del nuevo pacto fiscal”. Por ahora no saben si este punto crítico que detectaron en el nuevo pacto fiscal es fruto de un descuido, error o a propósito. Para el lunes quedó también la definición de publicar una solicitada con la que buscan dejar en claro qué es lo acordado en la reforma laboral. De todas formas hay algunos miembros de la mesa chica que desean que ese proyecto quede para 2018.