El presidente Javier Milei se encuentra nuevamente en el centro de la polémica, esta vez por su relación con la Beca Presidencia de la Nación, una iniciativa de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Eseade), una universidad privada vinculada estrechamente con sus ideales y su mentor Alberto Benegas Lynch. A días de protagonizar el escándalo por la "difusión" del token $LIBRA, Milei autorizó el uso de su imagen para promocionar esta beca.
Lanzada en febrero, la beca tiene como objetivo cubrir el 100% de los aranceles para estudiantes de grado y posgrado interesados en cursar carreras alineadas con los principios del liberalismo económico y la defensa de la propiedad privada, valores que Milei promueve desde el comienzo de su carrera política. La campaña fue impulsada por Eseade, que eligió nombrar a la beca “Presidencia de la Nación” en honor al presidente, destacando su relación ideológica y profesional con la universidad.
El respaldo presidencial y la campaña publicitaria
Aunque no fue Javier Milei quien lanzó la campaña, el respaldo institucional quedó claro. La universidad colocó afiches en la vía pública en diferentes puntos de Buenos Aires, destacando la imagen del presidente con la banda presidencial, junto al logo de la institución y un código QR para obtener más información. En estos carteles, se promocionaba una beca dirigida a estudiantes que buscan una educación de "excelencia", alineada con los valores impulsados por el presidente.
La universidad sostiene que esta beca es una iniciativa privada, sin apoyo estatal. Sin embargo, la presencia de la figura presidencial en la promoción genera dudas sobre la verdadera intención de la institución. La cercanía con el presidente podría sugerir un intento de asociarse con su figura para atraer apoyo, lo que plantea interrogantes sobre el uso de recursos públicos y la posible utilización de esta campaña con fines políticos.
El vínculo con Benegas Lynch y la controversia ética
Eseade, la universidad fundada por Alberto Benegas Lynch, se posiciona como uno de los principales bastiones del pensamiento liberal en el país. Sin embargo, resulta difícil pasar por alto que Milei permita que su imagen sea vinculada con una institución privada fundada por un amigo cercano, un admirador de su ideología. Este vínculo se ve reforzado por el hecho de que, en 2022, Milei fue distinguido con un Doctorado Honoris Causa por la misma universidad. La pregunta que surge es: ¿se trata de un apoyo genuino a la educación, o de un favorecimiento a una institución que, directa o indirectamente, se beneficia de la cercanía al poder?
La principal crítica se centra en que Milei utiliza su posición para impulsar una beca en una universidad con la que tiene no solo afinidades políticas, sino también personales. Para muchos, el hecho de que un presidente respalde públicamente a una institución alineada con sus principios pone en duda su imparcialidad. Más aún cuando se percibe que este tipo de apoyo podría favorecer a un sector privado, en detrimento de una educación accesible y equitativa para todos.
Este episodio pone de manifiesto la cada vez más difusa línea entre lo público y lo privado en el gobierno de Milei. En lugar de implementar políticas que beneficien a la totalidad de la sociedad, se percibe un claro favorecimiento hacia unos pocos: aquellos que están más cerca del poder. Este panorama no solo pone en cuestión la equidad de las políticas públicas, sino que también genera inquietudes sobre el uso de recursos estatales para beneficiar a sectores privados que mantienen estrechos lazos con el oficialismo.