La comunidad educativa de la escuela 299 Ceferino Namuncurá, se movilizó el último viernes hacia la sede local del Ministerio de Educación, para pedir que se revea la medida oficial de cerrar cursos por falta de alumnos. Lo llamativo es que no fueron recibidos por la responsable del área quien, no conforme con ese gesto, hizo intervenir a la policía provincial. La comitiva tuvo entre sus interlocutores a Oscar Lupori, referente de la La Casita del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, quien se mostró consternado con la actitud de la directora regional, Virginia Gaibazzi. "Parece que no se quieren dar cuenta que el narcotráfico está siendo casi el dueño del barrio, y encima el estado nos cierra los cursos, esos mismos donde hacen falta que vaya nuestros pibes y pibas, para peleárselos mano a mano", expresó Lupori ayer a LT8 en referencia a la relaidad que vive la barriada más humilde del barrio de Fisherton, ya que la escuela se encuentra en José Ingenieros al 8600, y cobija a jóvenes de villa La Bombacha y Stella Maris, curiosamente el mismo territorio que maneja la tan mentada banda de Los Menores, sindicada en las crónicas policiales, como protagonista de hechos violentos ocurridos en la ciudad en el último tiempo.    

“Venimos en pro de una educación popular, de una educación que a nuestros niños y adolescentes los saque de los peores riesgos y peligros. ¿Ustedes saben quién es casi el dueño del barrio: el narcotráfico. Cómo contraponer fuerzas a semejante daño” dijo Lupori, referente del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, ex integrante fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Rosario (UNR). 

El discurso cayó en oídos sordos último viernes en la Delegación Regional VI de Educación, cuando acompañó a la comunidad educativa de la Escuela N°299 Ceferino Namuncurá a entregar un petitorio en rechazo al cierre de dos cargos docentes.

En ese reclamo estuvieron referentes de Amsafé Rosario junto a docentes y familias del barrio que antes habían realizado un abrazo solidario a la institución con igual propósito.

La seccional local de Amsafé remarcó -en un comunicado- que el barrio de esta escuela pública es uno “de los más castigados por la narco delincuencia y la profunda problemática social que atraviesan a las niñeces; con pobreza creciente, falta de trabajo y la precariedad de vida”. Y que es en esa realidad, en la que el gobernador Maximiliano Pullaro y su ministro de Educación, José Goity, -continúa el mensaje- “mandan a cerrar cargos aduciendo "falta de matrícula", realidad que nadie niega pero que ni siquiera se preguntan ¿qué hacemos para que lxs niñxs estén en la escuela y no en las calles? La escuela pública está para albergarles y que no terminen en las calles al desamparo”.

Desde Amsafé Rosario aseguraron que más que quitar los cargos docentes se deberían sumar otros, tanto para reforzar los aprendizajes como para responder a las situaciones de vulnerabilidad. Advirtieron que lo que sigue -a estos cierres- es la baja de categoría de la escuela (la determina la matrícula de alumnas y alumnos), y eso a corto plazo significa un vaciamiento de cargos docentes, directivos y de asistentes escolares.

La respuesta oficial al pedido de diálogo fue enviar presencia policial para amedrentar a quienes llegaron hasta la Regional a dejar el petitorio y conversar con las autoridades. Una medida que ya es costumbre en la gestión de Pullaro y Goity.

Teresa Fornes es otra docente que trabajó por más de 20 años en esta primaria y que se sumó a la petición por la continuidad de los cargos. Pidió que el Ministerio en lugar de clausurar oportunidades se disponga a escuchar y a trabajar con la comunidad. Lo hizo apelando a las y los supervisores presentes. “Por favor un poco de respeto, nos lo merecemos”, expresó y pidió a las autoridades que se acerquen a la escuela a debatir “cuál es el trabajo pedagógico que mejor se pueda hacer, que bienvenido sea; pero vengan al barrio, vengan a la escuela, vean a los pibes”, insistió.

Más tarde el secretario general de Amsafé Rosario, Juan Pablo Cassiello, aseguró que en sus más de 35 años de docencia y casi tantos de delegado gremial, “nunca se había encontrado con el autoritarismo como el de esta gestión”. “No puedo creer que venga la comunidad, que venga Oscar Lupori, las madres y no sean capaces de recibirlos, de escuchar, dan vergüenza ajena”, manifestó.