La convocatoria a acompañar y cuidar a los jubilados, que vienen sufriendo la represión de las fuerzas de Patricia Bullrich cada miércoles desde hace un año, primero por parte de la hinchada de Chacarita y luego por parte de una lista de hinchadas que crece a cada hora, es un nuevo e inocultable síntoma del malestar que generaron las políticas del gobierno libertario.
Buenos Aires/12 dialogó con algunos de los protagonistas de la movida, también cruzados por algunos hechos de la historia reciente, que va de las apretadas de Mauricio Macri y Javier Milei a la AFA para permitir el ingreso de capitales privados a las crecientes dificultades que atraviesan los clubes por la depresión económica.
"Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados. A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza”. La frase de Diego Armando Maradona data de 1992, cuando los maltrataba la dupla Carlos Menem y Domingo Cavallo, pero cobró nueva vigencia esta semana, a cuatro años de la desaparición física del ídolo, y fue un gran llamador para la movilización.
No es la primera vez que una figura popular interviene políticamente post mortem para enfrentar a un gobierno oligárquico. Por esa misma razón, la dictadura de 1955 secuestró el cuerpo de Eva Perón: para impedir que los descamisados se reunieran a rendirle homenaje y descubrieran su propia potencia.
"Los que van a estar ahí en primera fila no son barras", explica en estricto off the record un importante dirigente de uno de los clubes que protagoniza la movida y, con su experiencia sindical y política, ayudó a sus hinchas a darle forma.
“En su mayoría, son tipos de las agrupaciones, que participan de la vida institucional del club, que no tienen antecedentes penales. Por supuesto que, si hay cachengue, se van a plantar, pero no van a provocarlo. Los barras van a estar con una delegación chica, pero en segundo plano y sólo van a saltar si es necesario, porque son tipos que arriesgan mucho: algunos tienen libertad condicional, condenas en suspenso u otras situaciones legales parecidas”, agrega.
"En los clubes había mucha bronca con el tema de las SAD. Primero lo vimos en el nuestro pero después, en los palcos, en los partidos, charlas con los dirigentes rivales y te cuentan lo mismo. Se vivió como una intromisión, bah, como una porongueada. Entonces, estaba todo dado para que explote por algún lado. Y lo de los jubilados fue la chispa que encendió la pradera", reflexiona.
En la actualidad, tal vez como un síntoma de la fragmentación general, son pocas las hinchadas que no están divididas en más de una facción. Y, generalmente, si se encuentran, sus cruces suelen ser tanto o más violentos que con otras hinchadas, porque de su resultado depende el reparto del poder y los recursos. Por eso, una de las tareas centrales pero invisibles, tanto de los dirigentes de los clubes como de los cabecillas de los grupos, fue garantizar acuerdos de paz o treguas.
"Van a estar todas las cámaras del país ahí. Si justo, por darte un ejemplo, se agarran los hinchas de Racing de Corina con los de Dock Sud, vamos a dar el mensaje equivocado y le hacemos el juego al gobierno", sostiene.
Un día de tregua
Daniel Zambaglione es sociólogo especializado en sociología de la violencia, docente y doctorando de la UNLP y, por sobre todas las cosas, tripero. Por todo ese combo, viene siguiendo esta movida desde el primer minuto.
"En todos los clubes se dio exactamente el mismo proceso. Comenzó totalmente espontáneo, autoconvocado. Después se fueron sumando algunos departamentos o comisiones del hincha y, en algunos casos, las cuentas oficiales de los clubes en las redes", observa.
"Van a ir hinchas de Gimnasia y de Estudiantes. Va a ser un poco el espíritu de las marchas por La Noche de los Lápices. En La Plata, cada 16 de septiembre, las comisiones de derechos humanos de los dos clubes marchan juntas. El día antes y el día después se matan, pero ahí no. En realidad, es más que un día de tregua, porque la tregua es un alto en el combate. Esto es dejar de combatirse y, además, apoyar una causa común", señala.
Para Zambaglione, que recorre los barrios de la periferia platense, "no es la primera vez, en la historia argentina reciente, que la sociedad va más rápido que la política y le marca los tiempos, porque el malestar social es muy grande. Mi intuición es que esto va a despertar a la política en general, para que empiece a hacer oposición en serio".
"En Brasil hay una movida interesante de algunos clubes de fútbol contra el fascismo y contra el racismo, pero nada se asemeja a esto, que es inédito. En Argentina el fútbol y la política están históricamente entrelazados. Sociólogos y politólogos de todo el mundo están observando el fenómeno", concluye.
Flavio Azzaro, que con su señal de YouTube, Azza, es el principal streamer de fútbol del país, y se pronunció en el mismo sentido: "No puede ser que los hinchas de fútbol tengan que ir a hacer lo que tendrían que estar hablando los sindicatos. Me preguntó porqué se esconden".
Azzaro, en sus programas, es un ferviente defensor de las asociaciones civiles y los clubes en manos de los socios. Como hincha de Racing, de muy pibe participó en la gesta de la construcción del predio Tita Matiussi, dónde antes había un baldío.
Una cuestión de honor
Primero fue Chacarita. Cuando se viralizaron las imágenes de las fuerzas de seguridad golpeando a Carlos Dawlowski, de 75 años de edad, mientras reclamaba por sus derechos frente al Congreso con la camiseta tricolor puesta, el malestar se hizo general en los pasillos de las dos sedes del club, en especial la de San Martín, y las agrupaciones entraron de inmediato en estado deliberativo.
Así, el funebrero, un grande del fútbol argentino a pesar de su larga permanencia en la segunda categoría, decidió acompañar el reclamo de los jubilados. Ya lo hizo el miércoles pasado y promete hacerlo en lo sucesivo.
Casi enseguida, no casualmente, se pronunciaron en el mismo sentido los hinchas de Tigre. Ocurre que Tigre y Chacarita protagonizan el clásico de la zona norte, con Platense un escalón más abajo. Para los hinchas de Tigre, hubiera sido un deshonor cederle el protagonismo de esa gesta a sus eternos rivales. En la misma lógica se inscribe la decisión de Atlanta, los rusos de Villa Crespo.
Poco después, se pronunciaron los de Deportivo Morón. La explicación reside en la amistad que forjaron el club del oeste y Tigre hace ya medio siglo. En un partido entre ambos, un policía alcoholizado disparó contra el paraavalanchas visitante e hirió gravemente a un barra de Tigre. Fue el disparador de una batalla inolvidable entre ambas hinchadas, que hasta entonces no se tenían ninguna simpatía, y la policía.
La convocatoria del gallito a sus hinchas operó sobre los de All Boys y Nueva Chicago de la misma manera que la de Chaca sobre Tigre. Chicago tiene una larga tradición peronista, que va del apoyo a la histórica toma del frigorífico Lisandro de la Torre al famoso episodio en el que toda la tribuna cantó la marcha peronista en plena dictadura. Luego, la onda expansiva se volvió imparable. A los del ascenso se sumaron los de los clubes de primera división.
Distinto es lo que ocurrió en La Matanza. Almirante Brown convocó a sus hinchas. Deportivo Laferrere lo imitó, al costo de un conflicto interno. Fabricio Martinez, el jefe de la barra brava, es coordinador seccional de LLA, a las órdenes de Sebastián Pareja.
El Club Atlético Chacarita Juniors, como casi todo en el partido de San Martín, también es históricamente peronista. Muchos recuerdan el paso del dirigente gastronómico y operador menemista Luis Barrionuevo por la presidencia. Su presidente actual, Néstor Dipirro, conocido en el club como “el Tano” o “Dipi”, fue intendente de Comodoro Rivadavia y legislador provincial por el justicialismo en Chubut.
La relación del presidente Javier Milei con el fútbol es un tanto confusa. Era plateista de Boca, declaró que se volvió hincha de River y le gusta rememorar su paso por el arco de Chacarita en divisiones inferiores, de manera que es difícil que la iniciativa de la hinchada funebrera le resulte indiferente. A su vez, Dipirro le contó a Buenos Aires/12 que ese paso no se debía a su rendimiento deportivo sino a las cuantiosas donaciones que hacía su padre a las finanzas del club.
Del otro lado
El clima en las fuerzas federales no es el mejor. En las últimas semanas se sucedieron protestas de familiares de gendarmes y prefectos, cuyos salarios están por debajo de la línea de pobreza.
Esas movilizaciones y reclamos se organizaron a través de grupos de chat de Whatsapp, donde hacían catarsis y expresaban su enojo con la ministra Patricia Bullrich, por quien dicen sentirse "usados". Protestan los familiares porque los agentes, de hacerlo, se arriesgan a sufrir sanciones e incluso la baja.
Muchos de ellos hacen changas como guardias privados o manejan Uber a contraturno para complementar sus magros ingresos. Además, los traslados a la Ciudad de Buenos Aires o al conurbano, los obligan a afrontar alquileres incompatibles con sus salarios.
No está claro aún si la policía de la ciudad se sumará al dispositivo. Si se toma como indicador el estado de las relaciones entre La Libertad Avanza y el PRO, la respuesta debería ser negativa. No tiene sentido compartir el costo político de algo tan impopular como reprimir jubilados.
Tampoco se pronunciaron desde Las Fuerzas del Cielo, la agrupación que el funcionario tuitero Daniel Parisini fundó a instancias de Santiago Caputo, y se presentó en San Miguel como "el brazo armado de Javier Milei".
En las redes sociales, recibieron varias invitaciones a sumarse a defender a la policía. Hay que ver si aceptan. Un hincha con varios combates encima, que tiene agendada la cita del miércoles los definió: "son patoteros, patovicas de pelotero".