El presidente de Colombia, Gustavo Petro, prometió recuperar "el total del Micay", un enclave guerrillero ubicado en el suroeste de Colombia donde la semana pasada fueron retenidos 28 policías y un militar hasta su liberación el sábado tras intensas negociaciones.

"No retrocedemos", dijo el mandatario en una reunión televisada con sus ministros. "Vamos por el total del (Cañón del) Micay", una zona estratégica para la producción de cocaína bajo el control de disidentes de las FARC que rechazaron el acuerdo de paz de 2016.

El jueves, después de violentos enfrentamientos con la fuerza pública en medio de una operación en la zona, habitantes locales retuvieron a 28 policías y un militar. Su entrega dos días después a una comisión humanitaria fue producto de exhaustivas negociaciones con el gobierno y largas votaciones internas de la comunidad.

Petro considera que los pobladores de la región fueron "instrumentalizados" por una escisión del Estado Mayor Central (EMC), bajo el mando de alias Iván Mordisco, que en 2024 decidió apartarse de las negociaciones de paz que había iniciado con el gobierno un año antes.

Lo ocurrido en el Cañón del Micay "no es culpa del campesinado", afirmó el presidente, que destacó haber ingresado a la región "sin un muerto".

Según Petro, el EMC "no es una insurgencia, es un ejército privado del narcotráfico" y vinculó nuevamente al grupo con "una coordinación de la mafia suramericana con sede en Dubái (...) que incluso quiere matar al presidente".

En 2024, Petro ya había relacionado a Mordisco con un grupo denominado la Nueva Junta del Narcotráfico cuyos cabecillas, según él, se instalaron en Dubái y planean asesinarlo. "Ya van cuatro intentos", dijo el lunes. "Esa mafia domina el Micay. No son las FARC", sentenció.

Colombia atraviesa su más grave ola de violencia en la última década, con distintos focos en el noreste y suroeste del país. La escalada pone en jaque la apuesta del gobierno para lograr el desarme de todos los grupos armados y desactivar, mediante el diálogo, un conflicto interno de seis décadas.