La Corte Suprema de Estados Unidos anuló dos sentencias favorables al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, ubicado en Madrid, y reabrió la causa para que le devuelvan un cuadro de Pisarro a la familia de la antigua dueña del cuadro.

La obra que ahora se expone en el museo español había sido robada en 1939 por los nazis y los herederos de la dueña del cuadro piden su devolución. La obra en cuestión se llama "Calle Saint Honoré, por la tarde. Efecto de lluvia" y fue pintado en 1897 por el pintor franco-danés Camille Pisarro

Anteriormente dos tribunales habían fallado a favor de España, pero en California se aprobó una legislación para recuperar obras de arte obtenidas ilegalmente. El Tribunal Supremo de dicho estado comunicó que “se anula la sentencia y el caso se remite a la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Noveno Circuito para su posterior consideración”.

La historia del cuadro

"Calle Saint Honoré, por la tarde. Efecto de lluvia" es parte de una serie de quince obras que Pisarro pintó entre 1897 y 1898. El cuadro pertenecía a Lilly Cassirer Neubauer, una judía alemana que en 1939 fue obligada a venderlo a un funcionario nazi para poder salir con vida de Alemania y mudarse a EE.UU. Todavía durante la Segunda Guerra Mundial el Pisarro fue subastado en Berlín. En 1958 Cassirer Neubauer recibió una compensación económica, pero no pudo recuperar los derechos sobre la obra.

Hans Heinrich Thyssen Bornemisza, un empresario proveniente de familia rica y ferviente coleccionista de arte, lo había adquirido en Estados Unidos durante la década de los 70, sin saber sobre su historia. Recién en 1993 el gobierno español se lo compró al heredero de los Thyssen junto con todas las obras de la Colección Thyssen-Bornemisza por 288 millones de dólares. El cuadro está en el museo que lleva el nombre de esa familia desde que Heinrich Thyssen-Bornemisza lo compró. Según las leyes españolas el desconocimiento de que la pintura había sido robada convirtió a Thyssen Bornemisza primero y al Estado español más tarde, en sus propietarios legales luego de tres años de cada adquisición, cuando no había reclamos vigentes al respecto.

Tiempo después el nieto de Lilly Cassirer, Claude Cassirer, se enteró que el cuadro de su abuela estaba exponiéndose en el Museo Thyssen Bornemisza y decidió iniciar un reclamo al gobierno español que fue denegado. El nieto de la primera dueña falleció, pero su familia retomó el pedido al igual que la familia del pintor Pisarro, y ahora podría tener un final diferente. Sin embargo, la Fundación Thyssen-Bornemisza intenta garantizar que el cuadro "siga expuesto al público", según un comunicado que difundió luego de la nueva disposición de la Justicia en California.