Una agresión salvaje a dos médicos en la guardia del policlínico Eva Perón, en Granadero Baigorria, volvió a poner en primer plano la delicada situación de quienes trabajan en salud pública y que enfrentan a diario las consecuencias de la tensión social imperante. El personal decidió suspender desde entonces la atención en ese hospital, y el sindicato que los agrupa renovó el reclamo al gobierno provincial de garantías y mejoras laborales, al tiempo que le recordó al gobernador Maximiliano Pullaro su promesa de campaña.
La situación que detonó este malestar de trabajadores de la salud ocurrió el lunes, cerca de las cuatro de la tarde, en el populoso hospital provincial de Baigorria, sobre la ruta 11. Hacía 10 minutos que una mujer estaba siendo atendida en la guardia cuando un policía a cargo de la seguridad entró para requerir atención médica porque una persona afuera se había desvanecido. Dos médicos salieron de la guardia hacia la sala de espera.
La persona desmayada era un familiar de la paciente que estaba siendo atendida dentro de la guardia. Al acudir los médicos en su ayuda, el hombre que se había descompensado se puso de pie, y más personas rodearon a los médicos entre insultos y empujones. Entonces, el hombre dentro del tumulto –pariente directo de la paciente en atención– empezó a descargar trompadas y patadas contra los profesionales.
"Esa persona se puso a golpear y patear en la cabeza al médico de guardia que había ido a asistir. La gente y el guardia se metieron a separar al hombre, pero al compañero ya le había partido la boca de un rodillazo. Quedó con moretones y heridas cortantes, y el miedo y la angustia lógica de haber sufrido semejante ataque", describió Jerónimo Ainsuain, presidente de Siprus, el sindicato que nuclea a profesionales de la salud.
La atención se interrumpió de inmediato, y tras una asamblea gremial ayer por la mañana, tal decisión quedó firme y por tiempo indeterminado, a la espera de una reacción positiva del Ministerio de Salud provincial.
"Pedimos a las autoridades que brinden una respuesta institucional que nos respalde y le ponga un límite a esta violencia", resumió Ainsuain. "No alcanza solamente con acompañar, sino que el gobierno debe poner un orden, un mensaje a la población que acude a un centro de salud pública, que se advierta que esta violencia no es tolerable. No puede ser que seamos los trabajadores quienes debamos salir a decir que la atención se suspende. Que el Ministerio diga 'hasta acá', es responsable de garantizar la salud de la sociedad, pero también las condiciones de trabajo", reclamó.
En la asamblea de ayer afloró la relación entre la golpiza a los médicos de guardia con el contexto general en el que los trabajadores desarrollan su actividad. "Estas agresiones suceden a menudo, lamentablemente –trasladó el titular de Siprus–, vivimos en un marco de crisis social, económica, consumos problemáticos de sustancias, y se va agudizando", enumeró. Y sumó: "Además notamos que atendemos cada vez más pacientes, son personas que pierden su obra social, o se bajan de la prepaga, no pueden pagar los coseguros. Y enfrente, nosotros: con salarios de miseria, precarizados, que encima tenemos que padecer estas agresiones", analizó.
El dirigente gremial consideró en diálogo con Rosario/12 que este caldo de cultivo, nada nuevo por cierto, repetirá estos episodios. Hace algunos años ocurrieron sucesos parecidos en las guardias de los hospitales Roque Saenz Peña, en zona sur, y Anselmo Gamen, en Villa Gobernador Gálvez. "Estamos expuestos todos los días a este síntoma de descomposición social, de falta de registro del otro. ¡A los compañeros lo golpearon a un metro del destacamento policial, con el policía presente!", expuso Ainsuain.
Mientras tanto, el profesional que llevó la peor parte se recupera en su domicilio de las secuelas físicas y emocionales de lo que padeció. "Quedó con angustia, con miedo, como también los compañeros que estaban en la guardia y los que luego siguieron trabajando", dijo.
También es notorio el incremento de personas que acuden a las farmacias de hospitales y centros de salud en busca de medicamentos de enfermedades crónicas que no pueden costear por motu propio. "Además de eso, faltan medicamentos para la diabetes, la depresión, preservativos", agregó el dirigente de Siprus.
La situación crítica quedó resumida en estos días en un video que Siprus subió a sus cuentas de Instagram, donde se hace un repaso al deterioro edilicio y de recursos que campea en la salud pública provincial.
"Hoy un profesional inicial, sin antigüedad y sin adicionales, cobra 818.000 pesos, y con adicional de guardia activa de emergencia, $1.100.000, teniendo una o dos especializaciones y con 150 pacientes por día. Encima, la mitad de los profesionales de las guardias son monotributistas, y por el mismo trabajo cobran 300 mil pesos menos que sus colegas de planta", precisó Ainsuain.
"En estas malas condiciones, los y las colegas se ven compelidos a renunciar, a tomar licencias sin goce de sueldo, irse a trabajar a otro lado, al nivel privado. Entonces quedan cargos sin cubrir, en los Samco por ejemplo. Y así se arman listas de dos años de espera para hacer una cirugía, o de un par de semanas para una consulta de una especialidad", describió. Y lo relacionó con el último capítulo de paritaria, donde el gobierno provincial impuso su oferta del 5% de aumento para el primer trimestre del año. Los médicos esperaban obtener algo más para recomponer la pérdida del 25% de su poder adquisitvo durante el 2024.
El remate de aquel video que resume la crisis sanitaria es un fragmento de Pullaro en campaña, cuando afirmaba: "Vamos a volver a tener un sistema de salud eficiente, con médicos bien pagos, con insumos y equipamiento".