Con el foco puesto en encontrar a las dos hermanas desaparecidas y a las personas incomunicadas, Bahía Blanca comienza lentamente a intentar restablecer algunas de sus actividades luego de la catástrofe. Su intendente calificó a la situación actual como de "estabilización" para "empezar la normalización" y ya volvieron a funcionar parcialmente los hospitales y el transporte público, mientras que el 80 por ciento de la ciudad recobró el servicio eléctrico y se trabaja para retornar a las clases. Los testimonios dan cuenta de las incalculables pérdidas materiales en una ciudad que comienza a reconstruirse gracias a la solidaridad.
Aunque ampliada, la búsqueda de las hermanas Hecker --las niñas de uno y cinco años perdidas desde la inundación-- transcurrió durante otro día sin novedades. Las fuerzas provinciales extendieron este martes el radio de búsqueda en torno a la zona en que las niñas fueron vistas por última vez, entre Bahía Blanca y General Cerri. Hay agentes especializados, helicópteros, gomones y drones, pero todavía ninguna pista. Las perspectivas se vuelven cada vez más complicadas, aunque la familia todavía tiene esperanzas de que las chicas puedan estar resguardadas por alguien sin poder comunicarse.
Es que la lista de incomunicados es todavía extensa. Este martes el fiscal general del departamento judicial Bahía Blanca, Juan Pablo Fernández, precisó a medios locales que son 92 las personas en esa situación. "Hemos recibido 192 llamados de personas que no se han podido comunicar con sus familiares y queda por localizar a 92. Muchos han perdido el celular o se fueron a lo de un amigo, y hay sectores a los que es difícil acceder", dijo a la prensa. Las autoridades de seguridad provinciales y locales aseguran, sin embargo, que sólo tres personas fueron reportadas formalmente como "desaparecidas" desde el día de la catástrofe: las dos hermanas y otro hombre que finalmente fue hallado muerto.
En el medio, la ciudad empieza a intentar recomponerse. El intendente Fernando Susbielles aseguró que "la primera fase fue la emergencia a la catástrofe, ahora estamos tratando de terminar el proceso de estabilización para empezar el proceso de normalización". En ese sentido, este martes el Hospital Provincial Penna volvió a atender urgencias gracias a la rehabilitación de la planta baja, donde se reubicó ese servicio. Para eso la Provincia dispuso de grupos electrógenos que permitieron recuperar la luz, el gas y el agua. En paralelo, el Ministerio de Salud provincial habilitó un sistema de teleconsultas médicas gratuito y las 24 horas para los y las vecinas de Bahía Blanca. Se puede acceder a través de la web de Salud con una pestaña específica para la ciudad.
En cuanto a las escuelas, el municipio continuaba este martes la inspección para relevar daños y evaluar la vuelta a clases. Por ahora se recabó la situación de 186 edificios, 34 con daños graves, 64 con daños moderados y el resto con daños leves o sin daños. Se espera que la dirección de educación del partido informe a cada escuela cuándo podrán retornar a clases. Susbielles indicó que este martes quedaban alrededor de 250 personas evacuadas y agregó que en las próximas horas se habilitarán 24 puntos en la ciudad para el retiro de alimentos y otros elementos de necesidad para los afectados.
Mientras tanto, la empresa Edes, prestataria del servicio eléctrico, informó que el 80 por ciento del municipio ya tiene luz, mientras que para el resto sigue trabajando en las cámaras subterráneas que quedaron inundadas tras la tormenta. Con la vuelta de la luz, los celulares, de a poco, van volviendo a tener batería y señal. Es que la caída del servicio afectó a las antenas de las empresas de telefonía, que recién ahora empiezan a restablecerse.
Buena parte de los y las ciudadanas de Bahía estaban incomunicados desde la caída del servicio durante el temporal, y recién ahora comienzan a darse cuenta de la magnitud de lo ocurrido, así como de su repercusión a nivel nacional. Juan Pablo, vecino de uno de los barrios cercanos al Canal Maldonado, contó ahora a Página/12 que "recién el lunes pude cargar un poco el teléfono y tener noticias". El hombre recuerda que la peor parte ocurrió por la mañana del viernes, alrededor de las 7, y que todo ocurrió "muy repentinamente".
Juan Pablo sostuvo que al principio vio que circulaba el agua por las calles y pensó que se iría por las canaletas de las esquinas: "Pero me fui a hacer unos mates a la cocina y, cuando volví, vi que por la puerta directamente estaba entrando agua, ya en la esquina era un río que avanzaba por la calle", señaló. "Fue horrible y sigue siendo horrible porque hay muchísima gente afectada. Yo estoy en la puerta de mi casa porque adentro todavía tengo barro, la casa me quedó medio metro bajo agua", agregó.
Pablo Cangioli, otro vecino de Bahía Blanca, no sufrió tanto la inundación en su casa pero sí la incomunicación con seres cercanos. Contó a este diario que la casa de la madre de su pareja quedó bajo el agua y no tenían cómo comunicarse con ella: "A su mamá se le llenaba de agua la casa, le flotaban la heladera y los muebles, y de repente dejó de mandar mensajes porque perdió la conexión", narró y calificó a la situación como de una "desesperación terrible". Tanto que su pareja quiso salir en auto hacia lo de su madre y no pudo porque la calle "era un río". "Menos mal que no lo intentó porque se hubiera llevado el auto", advirtió Cangioli.
Finalmente pudieron salir al bajar el agua y así confirmar que la mujer estaba bien, al igual que otros allegados y amigos con los que estaban incomunicados. "Un amigo estaba en el sillón de su casa mirando cómo el agua entraba sin poderla parar. Le levantó los parqués, que flotaban por la habitación. Pudo salvar algunas cosas poniéndolas sobre los parqués que flotaban, realmente es una escena de película", sostiene y grafica cómo es el panorama hoy de las calles de la ciudad: "Todos con colchones y cosas en la vereda. Eso se repite por miles. Hay cuadras enteras con los muebles así".