Este 11 de marzo se cumplieron 49 años del secuestro y la desaparición de Miguel Ragone, el médico del pueblo y el último gobernador electo de la provincia de Salta antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Su gestión apenas duró un año, cinco meses y 22 días, ya que el 23 de noviembre de 1974, la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón ordenó la intervención de los tres poderes provinciales. 

Ayer también se cumplieron 52 años de los comicios en los que fue electo gobernador de Salta, el 11 de marzo de 1973. 

Tras su destitución, Ragone siguió ejerciendo la medicina, pero el 11 de marzo de 1976 fue secuestrado al salir de su domicilio para dirigirse a su trabajo en la clínica Cruz Azul. 

La Mesa de Derechos Humanos de Salta, la Asociación Miguel Ragone ​y la Liga Argentina de Derechos Humanos Filial Salta realizaron ayer un acto en el busto del exgobernador ubicado en las inmediaciones del macrocentro salteño. 

Cristina Cobos, referente de los organismos de derechos humanos en Salta y joven militante peronista durante el gobierno de Ragone, encabezó el acto leyendo un breve relato que la escritora y militante de derechos humanos Raquel Adet plasmó en su libro "La Causa Ragone". En el apartado "Herencia" se hace un breve cuestionamiento al uso que se hizo de la figura de Ragone desde su desaparición hasta el inicio del proceso judicial para investigar este hecho, ya en la década del 2000. 

Adet tomó un breve apartado de una publicación en el Semanario El Expreso, en la edición publicada el 16 de octubre de 2004. Allí se afirmaba que Ragone fue secuestrado dos veces: "secuestraron su humanidad, lo asesinaron y escondieron su cuerpo. Una vez muerto, secuestraron su memoria y soslayaron el crimen". Para Adet, esta reflexión hacía referencia a lo que hizo "el poder" durante un cuarto de siglo con la historia del militante peronista, específicamente en el gobierno de Juan Carlos Romero, hoy senador nacional por Salta y aliado al gobierno de Javier Milei.  

Para Cobos, fue importante traer el texto a la actualidad por el paralelismo que encontró con lo que se vive hoy en la provincia. Adet critica la cooptación del legado de Ragone por un gobierno que se presenta como defensor de los derechos humanos mientras oculta las injusticias contemporáneas, como la pobreza y la desigualdad.

"No queremos derechos humanos acotados a los años de la dictadura, ni utilizados para tapar las lacras del presente. Desigualdad y pobreza, desnutrición infantil, trabajo en negro, asentamiento sin servicios, la injusticia generada por las políticas de los 'gobiernos democráticos', que violan todos los días los derechos humanos", dice el texto de Adet, que insiste en que Ragone condensaba los valores sociales y políticos de los 70 y estaba en las antípodas de la dirigencia romerista. 

En los años 2000, la militante criticaba a las gestiones provinciales que se apropiaban de la memoria del médico y le rendían homenajes, depositando flores ante su busto y pronunciando discursos, cuando en realidad "trabajan para el olvido, para reducirlo a un cliché, a una figurita, para enterrar definitivamente sus sueños y sus proyectos, para convertirlo en un busto vacío de contenido". Es una maniobra, dijo, "que el poder suele aplicar sabiamente". 

En ese punto Adet sostenía que los organismos de derechos humanos deben "luchar por mantenerlo realmente vivo, porque la herencia que deja Ragone no es un busto ni una película, no es tampoco el reclamo de una justicia tardía", sino que es "la lucha impostergable por una vida digna para todos".

La vigencia

La lectura que realizó Cobos fue el puntapié inicial para que militantes de organismos de derechos humanos, autoridades y estudiantes universitarios, junto a referentes sindicales realizaran fuertes críticas a la gestión provincial y nacional. 

Un ejemplo fue el cuestionamiento a la puesta en marcha del Plan Güemes, lanzado en diciembre último con el fin de reforzar el control en la frontera entre Argentina y Bolivia. Sin embargo, a la semana de lanzarlo tuvo al menos un muerto y tres heridos por la represión que ejerció la Gendarmería Nacional contra pasadores de hojas de coca en la frontera con el Estado Plurinacional de Bolivia.

Elena Rivero, de la Asociación de Derechos Humanos "Coca Gallardo", tomó la tragedia que sucede en Bahía Blanca, y además de solidarizarse, puso el foco en el reclamo permanente por la ausencia del Estado nacional en aquella ciudad. "Cuánta vigencia tienen esas palabras pronunciadas hace 35 años" (las de Raquel Adet) porque "hoy tenemos un Estado ausente, un gobierno negacionista, pero que además de eso, un Estado que deja la soberanía nacional y una vez más se va a endeudar con el Fondo Monetario Internacional", expresó. 

Referentes de organismos de derechos humanos de Salta

"La gente tiene hambre, no solamente los de Bahía Blanca, en todo el país. Los chicos no tienen las escuelas en condiciones. La salud es un desastre, los enfermos oncológicos se mueren y todos los días hay un nuevo registro de gente que no recibió a tiempo los medicamentos", lamentó Rivero. 

Aún así dijo que ante un panorama desolador, se debe enviar un mensaje de esperanza porque "el pueblo argentino es un pueblo leal, es un pueblo solidario, es un pueblo que ha luchado en todos los momentos de la historia". Es por eso que convocó a una nueva marcha para el 24 de marzo, día de la Memoria, Verdad y Justicia; invitó a que la provinca de Salta "sea ejemplo en todo el país". "Salgamos a las calles a manifestar", insistió.

"Un ejemplo"

Cristina Cobos molitó con Miguel Ragone y trabajó durante su gestión en la gobernación como empleada en el Ministerio de Economía, en septiembre de 1973. Ragone asumió la gestión provincial el 25 de mayo de 1973. "Para mí, Miguel Ragone es un ejemplo que tuve la suerte de conocer a los 19 años" cuando empezó a militar fuertemente, recordó.

Cobos dijo que en 46 años de servicio en la administración pública "nunca ningún gobernador se comparó o se asimiló a lo que realmente Ragone era", ya que era una persona muy honesta, pero que además promovía "un gobierno del pueblo". 

Recordó que el médico solía decir: "El pueblo es a quien yo le tengo que rendir cuentas de lo que voy a hacer". Cristina Cobos resaltó que esa concepción del ejercicio público le resultó significativa, y "siempre buscaba en todos los gobiernos algún gobernador que se le parezca o que quisiera hacer o continuara lo que realmente Ragone dejó", pero no lo encontró.

En la misma línea destacó que en un año y medio de gobierno Ragone dejó plasmadas en leyes y decretos, una gran cantidad de definiciones importantes y si "si los otros gobernadores lo hubieran continuado, otra hubiera sido Salta".