Las autoridades de la Aduana y el Gobierno intentan despegarse del escándalo sobre discrecionalidades en el control del equipaje de una pasajera vinculada a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Aseguraron que el organismo “realizó los controles de la rutina” en la aeronave y sostuvieron que no hubo “ninguna irregularidad” en ese proceso. Lo mismo dijo el vocero Manuel Adorni, quien además negó que "tuviera algo que ver" con el presidente Javier Milei.

No obstante, la Aduana aclaró que se “inició un sumario interno con el objetivo de investigar los hechos” y anticiparon que en caso de que haya ocurrido “el personal responsable será desafectado” de sus tareas.

El intento de los responsables de la Aduana de deslindarse de la nueva denuncia que sacude al Gobierno fue expresado a través de un comunicado en el que el caso fue calificado como un mero “rumor que tiene como finalidad involucrar a la Aduana con una supuesta irregularidad”.

La denuncia que concitó la atención pública y que involucra a esa entidad de control indica que la exazafata Laura Belén Arrieta, parte del comité organizador de la CPAC, arribó al país con valijas que no fueron controladas por la Aduana debido a una “orden de arriba”.

Ante esa información, el comunicado oficial de la Aduana dice que “tanto a la aeronave como a la tripulación y a los pasajeros se les realizaron los controles de rutina, conforme a la normativa vigente al momento del arribo del medio de transporte, sin detectarse ninguna irregularidad o novedad en el proceso”.

“Cabe destacar que el mismo avión quedó en situación de tránsito en un hangar del aeropuerto hasta el día 5 de marzo, cuando partió con destino final a París, donde también se efectuaron los trámites de rutina sin que se registraran novedades”, agregó el texto.

Tal como lo informó Página/12, el avión en el que viajó Arrieta es un Bombardier Global 5000, propiedad del empresario colombiano Ricardo Uribe, de Rua Group. Se trata de un Jet de lujo con la matrícula norteamericana N18RU, cuyo costo ronda los 8 mil dólares la hora de vuelo.

La nave aterrizó en Aeroparque el 25 de febrero, donde se le efectuaron controles "de rutina" y no se detectaron irregularidades. La pasajera, según las mismas fuentes, llevaba sólo una valija de mano y otra de mayor tamaño y peso.

La Aduana aclaró que “ante las versiones periodísticas que sugieren la posibilidad de fallas en el control aduanero, las autoridades competentes han iniciado un sumario interno con el objetivo de investigar los hechos”.

“Si el resultado de la investigación confirmase cualquier irregularidad, el personal responsable será desafectado”, concluyó.

Por su parte, el vocero presidencial Manuel Adorni sostuvo que Arrieta "se sometió a todos los controles de la Aduana" y que es "una ciudadana que nada tiene que ver con el gobierno".