La violencia que se vivió desde temprano en las inmediaciones del Congreso Nacional se trasladó al interior del recinto de la Cámara de Diputados. Una sesión caliente que comenzó con acusaciones cruzadas por el criptogate terminó con golpes, gritos, insultos, empujones entre legisladores libertarios y una estrategia desesperada por parte del oficialismo para evitar la derogación de facultades delegadas al presidente Javier Milei.

Pese a los intentos de La Libertad Avanza por desactivar la sesión especial, la oposición logró avanzar con los expedientes que más irritaban al Gobierno y los ánimos se caldearon. Cerca de las seis de la tarde, cuando la Cámara había dado una muestra de sensatez al votar por unanimidad la emergencia para Bahía Blanca, la diputada de Unión por la Patria Victoria Tolosa Paz planteó dos propuestas que agitaron la sesión: introducir el emplazamiento para que las comisiones trataran también la eliminación de las facultades delegadas de la Ley de Bases y que se regularizaran las autoridades de la comisión de Juicio Político, ya que el oficialismo desconoce la designación de Marcela Pagano (integrante del propio oficialismo) como presidenta.

Las iniciativas desataron una catarata de gritos e insultos, especialmente entre los libertarios y quienes fueron expulsados del bloque pero, al menos hasta ayer se mantenían como aliados. Se trata del titular del bloque Movimiento de Integración y Desarrollo, Oscar Zago, y las libertarias disidentes Marcela Pagno y Rocío Bonacci, quienes permanecían sentadas en sus bancas garantizando el quórum. El diputado oficialista Lisandro Almirón provocó a Zago, hasta que este se levantó de su banca y el enfrentamiento derivó en golpes y empujones. En los pasillos, Página/12 vio a Cristian Ritondo sujetar a Zago en el ingreso al recinto para impedir que diera quórum.

Almirón responde políticamente a Martín Menem, quien rechaza la designación de Pagano al frente de esa comisión. En simultáneo, la diputada Lilia Lemoine y María Celeste Ponce amenazaron a Pagano y Bonacci que estaban sentadas en sus bancas. La santafesina Bonacci le tiró un vaso de agua a Lemoine, que las increpaba para dejaran libres sus bancas y se interrumpiera la sesión. “No tengo miedo, me debo a mi banca. No van a impedir que cumpla con la defensa de las instituciones. Me cueste lo que me cueste voy a defender la institucionalidad parlamentaria. Una cosa es el debate de ideas y otra muy distinta la violencia para impedir el funcionamiento de un poder de la Constitución Nacional”, escribió desafiante Pagano en su red social X.

La maniobra fue aprovechada por Menem, quien primero pidió un cuarto intermedio y luego levantó la sesión argumentando la falta de quórum al advertir que quedaban 128 diputados en sus bancas, apenas uno menos del necesario. “Vos no podés ser presidente de la Cámara”, le recriminó encendido Máximo Kirchner, cuando el recinto ya se había convertido en un caos. Los diputados de Unión por la Patria exigieron a Menem que continuara la sesión y garantizara el orden: “Tenés que poner orden, es tu bloque, son diputados de tu bloque, corresponde que continuemos”, insistió Kirchner. “Yo no puedo hacer nada”, respondió el presidente de la Cámara.

La estrategia diseñada por los ingenieros del caos criollo logró su objetivo de impedir el avance opositor. Tolosa Paz le reveló a este diario que contaba con el respaldo del resto de las fuerzas políticas que habían acompañado los demás giros a comisiones, pero el escándalo protagonizado por los libertarios interrumpió “el plan de trabajo” acordado con los otros bloques. “La barra brava que pensaban que tenían afuera, la tenía La Libertad Avanza en pleno recinto”, denunció al salir del Palacio Legislativo. 

Desde Unión por la Patria, además, advirtieron que analizarán “las consecuencias que tiene para un parlamento contar con un presidente que no cumple con el reglamento, viola los principios constitucionales del derecho a finalizar una sesión con la votación correspondiente y manipula todo a favor de Javier Milei”.

El desenlace de la sesión no solo expuso la fractura entre los libertarios, sino que también reforzó las dudas sobre la capacidad de Menem para conducir la Cámara. El radical Fernando Carbajal denunció: “Diputados del Gobierno atacaron con violencia a los diputados del MID para dejar sin quórum la sesión. Situación de violencia nunca vista en el recinto. En vez de imponer orden Menem levantó la sesión y salió huyendo. Una maniobra autoritaria”.

Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda, también cargó contra el riojano: “Mientras en la calle reprimen brutalmente, tuvimos que ver como adentro del Congreso diputados de LLA violentaron a 3 diputados que estaban dando quórum. El presidente de la cámara levantó la sesión cuando había quórum para votar emplazamiento por moratoria jubilatoria, eliminación de las facultades delegadas, y la ratificación de las autoridades de la comisión de juicio político”.

Desde temprano, los aliados del gobierno acusaron a la oposición de “destituyente” por impulsar la creación de una comisión investigadora y la interpelación de funcionarios. La diputada Silvina Giudici, del PRO, trató a los opositores de “lobos con piel de cordero, mostrando su verdadera intención: frenar el cambio e intentar por todas las vías que este gobierno se vaya”. 

El escándalo parlamentario dejó al descubierto el nivel de tensión que atraviesa La Libertad Avanza, donde el nerviosismo se intensifica por el avance de las investigaciones por el criptogate. La preocupación por las posibles consecuencias del escándalo financiero ya hizo que el gobierno pisara en falso en el Congreso el pasado 1 de marzo, cuando el asesor presidencial, Santiago Caputo, increpó al legislador Facundo Manes.