Víctor Hugo Morales lanzó una lapidaria crítica al presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por la brutal represión a los jubilados que marcharon junto con hinchas de fútbol a inmediaciones del Congreso para reclamar contra el ajuste del Gobierno.
El editorial completo de Víctor Hugo Morales
¿Quién fue el que dijo "Vengan zurdos de mier..., los vamos a buscar donde estén"? ¿Quién amenazó durante una semana sobre la represión que finalmente se desencadenó? ¿Cómo contenerse cuando la marcha empieza y un policía descarga un palazo atroz sobre una mujer de 80 años? ¿Era una barra brava?
A la noche, el sistema informativo de la extorsión se basó en los patrulleros y los contenedores incendiados por la rabia y la desesperación. No tenían los palazos a los viejos, los heridos de cinco balas de goma en el cuerpo, al periodista Pablo Grillo, que ahora se debate para salvar su vida, que recibió la atrocidad, la cápsula de una cápsula de gas en la cabeza, que puso en juego su vida.
Un sistema represivo y cobarde puesto en marcha en una batalla desigual de piedras y gritos contra las armas mucho más poderosas de la policía, preparados, arengados por una ministra desquiciada en su brutalidad y un presidente que esconde sus estafas de todo reiteradas bajo la alfombra roja del incendio de la ciudad.
Era imposible no imaginar lo que sucedió: la provocación de Bullrich y el desenfreno moral del Presidente. Las tapas de los diarios mafiosos preparando el terreno para lo que sabían que inexorablemente sucedería, alentando la violencia.
Incitación... hostigamiento... bravata... ofensa deliberada para que, al terminar el día, en vez de hablar del fin de las facultades especiales del inadaptado social que conduce el país (eso debían resolver en el Congreso y terminaron en un bochorno de trompadas), en lugar de criptomonedas, del abandono de Bahía Blanca, del viaje tardío y vergonzoso a la ciudad, el título fuese "Los heridos, los detenidos".
Que la Bullrich, en su brindis trasnochado, dijese en la Nación + "vamos ganando"
Lo cual sonó a "quédense tranquilos ustedes y los Magnetto de TN... vamos ganando".
Le estaban ganando a Pablo Grillo, al cura "Paco", a la jubilada de 80 golpeada en la cabeza.
En El Gatopardo, el sobrino le dice al príncipe que hay que cambiar para que nada cambie.
¿Dictadura por Macri, Milei? Ese es el cambio para que todo siga como siempre entre el establishmente y el pueblo.