¿Qué pasaría si alguien descubre un hongo milagroso que cura cualquier enfermedad? Esa fue la pregunta disparadora de la serie animada Efectos colaterales, y la respuesta que propusieron sus autores no es para nada sencilla: millones en juego, asesinos a sueldo, agentes de la DEA, corporaciones Big Pharma, tensiones metafísicas y científicos independientes dispuestos a lo que sea con tal de que el secreto no caiga en las manos equivocadas, todo en un thriller salpicado con toques de comedia absurda y hermosos delirios alucinógenos que a poco de su estreno en Max se metió entre sus producciones más vistas. Creada por Joe Bennett (Planeta de recolectores) y Steve Hely (Veep), la serie se plantó como la nueva apuesta fuerte de la plataforma por historias animadas que comiencen a competir con las producciones tradicionales, y para ello contó a su vez con una dupla de productores de peso detrás: Mike Judge (Beavis and Butt-Head) y Greg Daniels (Los Simpson, Parks and Recreation y la versión norteamericana de The Office).

La historia comenzó a tomar forma seis años atrás en un bar de Los Ángeles, una tarde en la que Bennett y Hely se cruzaron de manera azarosa, se reconocieron y comenzaron a charlar: “Hicimos click de inmediato divagando sobre películas de los noventa que amamos: El fugitivo, los guiones de Charlie Kaufman y todas las de los hermanos Cohen”, contó Hely en una entrevista reciente. “En un momento, Joe comenzó a hablarme sobre esta idea que tenía para una serie, un ejercicio mental de escritura con preguntas: ‘¿Y si alguien encontrara la medicina más potente del mundo? ¿Qué pasaría con sus descubridores? ¿Quién trataría de detenerlos?’”. Por esos días, Greg Daniels y Mike Judge, socios creativos de la serie King of the Hill, estaban comenzando juntos una productora de animación. “Nos reunimos con ellos y nos entusiasmamos conversando sobre esa premisa, que enseguida se disparó hacia un thriller muy particular”, agregó Hely. “Eso fue en 2019, y desde entonces no paramos hasta hoy. En los primeros días Joe tuvo que preparar una pequeña animación para que la gente que leía el guion pudiera orientarse, porque lo primero que nos decían era siempre lo mismo: ‘¿Qué es esto?’”.

Con diez episodios de veintitrés minutos estrenados de a uno por vez (el último se podrá ver el domingo 30), la primera temporada gira alrededor de las aventuras y desventuras de Marshall Cuso, un experto en micología con aires hippies que anda siempre en ojotas y camisas abiertas, alguien que sale desnudo al jardín para dar de comer a sus patos y que un día durante una expedición al estilo Indiana Jones descubre en Perú la seta milagrosa: el ángel azul, “la orquídea fantasma de los hongos”, como él mismo la llama en un guiño a John Laroche, el inolvidable horticultor retratado por la escritora Susan Orlean e interpretado por Chris Cooper en la película El ladrón de orquídeas.Nos entusiasmaba esta idea del héroe atípico, y gran parte de la personalidad vino de Laroche, específicamente de la interpretación de Cooper”, contó Bennet. “Marshall tiene esa cosa de tipo experto y desquiciado, descuidado y muy seguro de sí mismo, un poco rudo y muy sensible a la vez. Y nos gustaba que fuera un pacifista con ideas o filosofías que él sabe muy bien que son minoritarias”.

El autor del descubrimiento es Marshall Cuso, un experto en micología con aires hippies.

El arco narrativo matiza con humor y surrealismo una carrera despiadada entre intereses políticos y corporativos que buscan impedir que Marshall haga público su descubrimiento. Entre los personajes principales están los agentes de la DEA Caprano y Harrington –fanáticos de Harry Belafonte–, el CEO adicto a su celular Rick Kruger (interpretado por Mike Judge, tal como hizo en los '90 con Beavis y Butt-Head) y la científica Frances Applewhite, compañera de secundaria de Marshall y asistente de Kruger que se entrega a la inercia de trascender posiciones mientras intenta fingir demencia ante los dilemas éticos de sus prácticas. “Tratamos de mostrar un poco la humanidad de los personajes para no caer en eso de ‘¡Jaja, soy el villano malvado con ánimos de lucro!’”, agregó Hely. “Al momento de crear el guion hablamos con agentes retirados de la DEA y con científicos de las Big Pharma. No quisimos crear un Voldemort sino más bien personajes con claroscuros atrapados en un sistema que los devora”.

Buena parte del equipo a cargo de la animación es el mismo que el de Planeta de recolectores, el proyecto anterior de Bennett, una atrapante experiencia de realismo lisérgico desplegada en doce episodios y lanzada en 2023 también por Max. Tanto Bennett como Benjy Brooke, director de animación de ambos proyectos, visitaron Argentina a fines del año pasado en el marco del festival internacional de animación BitBang: dieron charlas, presentaron retrospectivas de sus obras en el Gaumont y adelantaron escenas hasta ese momento inéditas de Efectos colaterales. La serie contó a su vez con el aporte del estudio argentino-español Le Cube en gran parte de la producción y con el animador argentino Diego Polieri bien arriba en los créditos de cada capítulo como supervisor de animaciones: “Hay una esencia en Efectos colaterales que viene del contraste entre un realismo extremo y personajes dibujados como caricaturas, de manera cercana a lo gracioso, que a su vez tienen poses y gestos con un nivel de detalle casi absurdo para animaciones de este tipo”, señaló Polieri en charla por chat. “Si sumamos eso a cómo está narrada, con una historia que tranquilamente podría haber sido filmada como live action, el resultado es algo novedoso en las series animadas para adultos”.

Las charlas para continuar en una segunda temporada están abiertas y los creadores se muestran confiados: “Ya trazamos el mapa para seguir explorando las posibilidades de esta historia de manera que continúe siendo emocionante”, apuntó Hely. “Estamos entusiasmados. La animación es un medio narrativo poderoso, y tenemos la esperanza de que las personas que se enamoraron de Succession, Breaking Bad u otras grandes series le den una oportunidad a Efectos colaterales. Fue todo un desafío lograr esa mezcla de naturalismo y fantasía en un thriller dramático por momentos y divertido en otros. Desde el principio buscamos hacer algo diferente a lo que se acostumbra en la animación para adultos, y estamos más que felices con el resultado”.