Hoy se cumple una semana del temporal que lo arrasó todo y en Cerri, una localidad de poco más de 9000 habitantes en el oeste Bahía Blanca, hay un movimiento incesante: camionetas, ambulancias, camiones cisternas y “anfibios” del Ejército, retroexcavadoras, tractores, autos, motos, bicicletas. Todos ralentizados, circulan despacio por calles en las que los montículos de chatarra húmeda se esparcen con pocos metros de distancia. Por estos días, es un pueblo “No hay un colchón sano”, es la frase que lo resume todo en este lugar en el que el 98 por ciento de la  población se vió afectada y más de la mitad se autoevacuó